martes, 30 de junio de 2009

Estamos jugando o estamos en serio.

Mi segundo hermano mayor, Rafael, era muy aficionado a los animales tanto así que su profesión era veterinaria y zootecnia le gustaban las vacas, los caballos y los perros en ese orden ascendente, por ello aunque tuvo de los tres en su granja, lo que más abundó fueron los perros. Su especialidad era amaestrarlos para defensa personal, y cuando uno lo miraba trabajando él siempre expresaba: Si te pones a jugar con él, él pensará que es un juego; pero si te pones serio con él, él sabrá que es un trabajo.

El Dr. Rodriguez, pediatra que recibió a toda la camada de nuestros hijos y sobrinos, cuando nos quejábamos de que el bebé hacía ésto pero no hacía lo otro, que cómo le enseñábamos a ésto o lo otro, él siempre nos decía: El bebé siempre, por naturaleza, sabe cuando se está jugando con él y cuándo se está en serio con él. ¿A qué vienen éstos ejemplos? Muy sencillo, por naturaleza al hombre le gusta más "jugar" que ser "entrenado".

Y es por esa razón que muchos jugamos con Dios en lugar de tomarlo en serio. Nos gusta clamar a EL en tiempos de angustia, pero no nos gusta que nos entrene; nos gusta que nos responda nuestras oraciones, pero no nos gustan los "compromisos" con EL; nos gusta decir: "Primero Dios" pero en realidad son nuestros planes y no los de EL; nos gusta decir que sí, que creemos en EL y que somos de EL, pero nos gusta vivir a lo Frank Sinatra... a nuestra manera y no a la de Dios. Todo aquél que tome en serio a Dios, Dios lo tomará en serio, por ello nos dice: "Clama a mí en el día de la angustia, y yo te responderé" (Salmo 50:15). Pero todo aquél que juege con Dios, Dios jugará con él por no tomarlo en serio, por ello también sentencia: "Desechaste todo consejo mío, y mi reprensión no quisiste, por lo tanto, TAMBIEN YO ME REIRE EN VUESTRA CALAMIDAD, Y ME BURLARE CUANDO VINIERE SOBRE VOSOTROS LO QUE TEMEIS (Proverbio 1:25-26). En nuestra caminata hemos visto situaciones horribles de éste tipo, que no le deseamos a nadie. Bien decía nuestra amada bisabuela Sofía: Con Dios no se juega mijo.

lunes, 29 de junio de 2009

Hasta que se conviertieron.

Hemos escuchado testimonios de personas que dicen: "Es que no leo las escrituras porque no las entiendo", o, "Yo leo y leo pero no entiendo nada". Bueno, primero que todo hemos de decir que las escrituras no son un libro fácil de entender, y segundo, que se llegan a entender solamente cuando el Espíritu de Dios nos guía a entenderlas pues bajo su inspiración es que fueron escritas.

El no entender las escrituras no es nada nuevo, en el libro de Corintios capítulo tres y versos 1-16, nosotros leemos de la mano de Pablo, la historia que narró Moisés en su momento, y es el hecho de que muchos en el pueblo de Dios, incluyendo a sus líderes, no entendían la lectura de las escrituras, por la sencilla razón de que "negaban" todo pensamiento acerca de Jesús el futuro Mesías. Y que, fue hasta que el velo del templo se rompió precisamente en la venida de Jesús como Mesías, que ellos empezaron a entender porque el velo de los ojos también les fue roto o quitado. Pero para ello dice Pablo: "Tenían que convertirse al Señor" (ver el verso 16), en donde el verso utilizado por Pablo fue "epistrefo", palabra proveniente del latín "convertirere" que significa cambiar una susbtancia, objeto, o persona en otra substancia, objeto o persona. Ejemplo muy claro de lo cual tenemos en el "agua" que Cristo convirtió en "vino" para las Bodas de Caná de Galilea.

Para entender las escrituras nosotros entonces, tenemos que "convertirnos" al Señor, lo que conlleva que seamos llenos del Espíritu Santo el cual nos explica todo como lo dijo Jesús en los momentos de su partida al cielo en las nubes, vea Hechos 1:5. No entenderemos las escrituras pues hasta que no nos convirtamos al Señor.

domingo, 28 de junio de 2009

Con Dios no podemos tener secretos.

Cuántas veces hemos escuchado el término: "Pero no se lo digas a nadie, porque es un secreto". Secreto viene de la palabra latina "secretu" que significa "lo que no puede ser revelado", y secretaria o secretario vienen de la palabra latina "secretariu" que significa: "persona a la que se le confiere algo oculto y que no debe divulgarlo". Pues bien, todos los hombres tenemos secretos, que no queremos o no quisiéramos que otras personas conocieran, pero lo que no sabemos o no queremos entender es que delante de Dios no hay nada oculto. Las escrituras lo demuestran.

David en el Salmo 139, que es un salmo que exsalta la omnipresencia y la omniciencia de Dios, nos habla de que a pesar de que el mismo hombre fue creado en "oculto" o sea dentro de la madre, para Dios no le fue encubierto su ser (ver el verso 15); y que, mucho menos ya nacido le será oculto su corazón y su actuar, pues lo que el hombre es en lo privado tarde o temprano lo será expuesto en público (ver 1era. de Corintios 14:25). Jesús mismo cuando estuvo sobre la faz de la tierra se los dijo a sus discípulos en varias ocasiones (Mateo 10:26; Marcos 4:10 y Lucas 8:17 y 12:2) "Que no hay nada encubierto que no haya de saberse, ni nada "oculto" que no vaya a descubrirse".

Es más, Dios nos da un ejemplo práctico con respecto a sus secretos, pues EL también los tiene, con la diferencia que sus secretos no son como generalmente lo son los nuestros, vergonzosos, sino los tiene por misericordia para que no suframos o no seamos lastimados. Como sea, Dios mismo ha tenido secretos durante la historia humana (ver Proverbios 25:2 por ejemplo), pero en su tiempo se los hará saber al hombre, vea Romanos 16:25-26 en otro ejemplo, el "misterio de los tiempos"(que no es más que un "secreto") que se mantuvo "oculto" a través de los tiempos, se ha manifestado ya. Y ¿Cuál es ese misterio? Que en Jesucristo somos uno, que en Jesucristo está la salvación, que el evangelio es de Jesucristo y que Jesucristo es el evangelio. No se trata tampoco pues, de colgar todas nuestras intimidades en un blog de internet para que todo mundo se entere de nuestras vidas, recordemos que la discreción también es una virtud, nos referimos al simple hecho de que tenemos que vivir conscientes de que a los hombres les podemos ocultar secretos, pero a los ojos de Dios somos transparentes.

sábado, 27 de junio de 2009

Y el milagro fue...

En Exodo capítulo 12 podemos leer la historia de cómo el pueblo de Israel sale de tierra egipcia, salen seis cientos mil hombres sin contar a las mujeres y a los niños (verso 37); tomando en cuenta que hubiesen de ellos trescientos mil casados estamos hablando de novecientos mil adultos; tomando en cuenta que todos eran muy prolíferos (por dos razones: La primera, porque la misma escritura lo dice en Exodo 1:9; y segunda, porque todas las mujeres querían tener la oportunidad de ser la madre del Mesías, por ello mientras más hijos más oportunidad de que de su linaje naciera, quizás ahora entendamos también el por qué la esterilidad en las mujeres antiguas era un oprobio, según ellas Dios las estaba maldiciendo al negarles tal oportunidad), entonces hablamos de seis ú ocho niños por familia, lo que implica una cifra de al menos dos millones cuatrocientas mil personas a tres y medio millones de personas.

Salen cargados de alhajas, oro, plata y vestidos (verso 36)... pero sin comida ni agua. Y entonces al poco tiempo de caminar por el desirto viene la necesidad... ¡tenemos hambre y tenemos sed! ¿Y qué es lo que sucede? Un milagro, un milagro que duraría cuarenta años: Cae maná del cielo. Nos narra la historia que el pueblo de Israel pasa cuarenta años en el desierto, y durante esos cuarenta años, todos los días el milagro era que caía maná del cielo. Pero un día, llegan a las puertas de la tierra prometida, y para esa generación que había comido sin trabajar el milagro cambia: HOY NO HABRA MANA. Nunca más la comida y la bebida llegarían sin trabajar.

Todo creyente ha de vivir esos dos milagros, por ello es que tenemos èpocas en que el milagro es que comemos sin mucho esfuerzo, pero tenemos èpocas en las que el esfuerzo tiene que ser el doble, pero con todo: JEHOVA HA CAMINADO Y CAMINARA CON NOSOTROS. Para unos el milagro es comer sin mucho esfuerzo hoy, para otros el milagro es comer con mucho esfuerzo, pero seguro, que a ninguno de los suyos Dios ha dejado, deja o dejará con hambre.

jueves, 25 de junio de 2009

Líderes preparados no improvisados.

Durante toda la historia del pueblo de Dios, si la estudiamos con detenimiento, podemos observar que Dios ha utilizado líderes, èstos líderes deben de cumplir con ciertos requisitos para poder servir a Dios, uno de esos requisitos es por ejemplo que no pueden ser líderes "improvisados" sino líderes que se han tenido que preparar, y no por poco tiempo. Son líderes que se han preparado "en oculto", no son personas que hayan estado en gran eminencia antes de ser utilizados por Dios. Son líderes que se han preparado bajo el "fuego del sufrimiento", no precisamente en tiempos de paz, poder y prosperidad. Pues son ellos quienes han tenido que dirigir al pueblo de Dios, en los momentos de angutia, en los momentos críticos de la historia.

Veamos por ejemplo el caso de Noé, ciento veinte años preparándose para luego repoblar el mundo de una buena semilla; Moísés, cuarenta años prepararándose para guiár al pueblo por el desierto; luego David, trece años preparándose para luego dirigir el estado con el mayor poder del mundo entonces conocido; Pablo, toda la vida estudiando (recordemos que era fariseo) para luego evangelizar al mundo gentil. Y todos, líderes "no improvisados", líderes que se prepararon en lo "oculto", y sobre todo, todos preparados "bajo el fuego del sufrimiento".

Muy pronto, el Señor va a permitir la "manifestación de líderes que se han estado preparando en lo oculto, no improvisadamente, y bajo el fuego del sufrimiento", pues ellos serán los que nos guiarán al pueblo de Dios en medio de la Gran Tribulación que viene. Pues si alguien piensa que la crisis económica, que la crisis moral, que la crisis de principios que hoy vivimos es seria... aún no ha estudiado lo suficiente como para entender que como dijo Jesús: A penas estamos iniciando los dolores de parto, apenas estamos iniciando el tiempo de angustia más dramático que hayamos conocido como humanidad. (Mateo 24). Oremos porque esos líderes sean manifestados pronto, para que ellos nos den la solución, nos protejan con ideas y principios divinos, y no como los líderes humanos que dan soluciones efímeras.

miércoles, 24 de junio de 2009

Un año por cada día.

Todo el mundo sea creyente o no lo sea, conoce el hecho de que cuando el pueblo de Israel salió de Egipto pasó 40 años en el desierto, prueba de ello es que, todos en el mundo actual saben y hablan del maná como una fuente milagrosa de alimento que Dios le concedió a ese pueblo durante esos 40 años. Pero hoy queremos hacer una pregunta muy sencilla ¿Sabe usted por qué Dios llevó a ese pueblo durante 40 años durante el desierto? O, solamente lo repite porque así se lo enseñaron, o así lo ha escuchado a los que estudian las escrituras.

Dios tenía que sacar al pueblo de Israel de Egipto porque Egipto es un símbolo o una analogía de la esclavitud del pecado; Faraón es una figura de Satanás porque ata al pueblo de Dios; Egipto es relacionado en su descendencia con Cam, el hijo maldito de Noé, y por tanto, esa liberación era una lección para nosotros hoy, de que Dios nos liberará del pecado. Dios tenía que sacar al pueblo de Israel de Egipto porque fue una promesa que le hizo al padre Abraham, de que su gente sería esclava 4oo años en tierra extraña, pero que en la cuarta generacion lo libraría para darle una tierra prometida (Génesis 15:13-16).

Ahora bien, ¿Por qué serían en 40 años y no 40 horas, ó 40 semanas? La respuesta nos la dan las mismas escrituras. Cuando Moisés envió a los 12 testigos a reconocer la tierra, éstos tardaron en reconocer la tierra 40 días (vea Números 13:25) todos menos Josué y Caleb, dijeron que era una tierra de gigantes y que sería imposible tomarla (Números 13:31). Esto, enojó a Dios, y entonces dió la sentencia en Números 14:34-35. "Conforme al número de los días de cuarenta días en que reconcísteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día, y conoceréis mi castigo, YO JEHOVA he hablado... y allí moriréis". Así como el pueblo de Israel había visto el milagro de las plagas, y no le creyó a Dios que era capaz de darles lo que les estaba prometiendo, de la misma forma muchos de nosotros hoy, pecamos dudando de Dios luego de que si volvemos nuestros ojos, EL nunca nos ha fallado en el pasado. Cuidado, no sea que EL nos cobre esa incredulidad, ya no será un año por cada día, por la simple razón de que ya no hay tanto tiempo delante de nosotros, pero aún así, nos va a doler.

martes, 23 de junio de 2009

Los estorbos en el Plan de Dios.

Estorbar es definido en la Real Academia de la Lengua Española (nuestro idioma) como: "Poner o ser obstáculo para la ejecución de algo". El Plan de Dios, todo es "ejecución", Adán tenía una labor qué "ejecutar"; Noé tenía una labor qué "ejecutar"; Abraham tenía una labor qué "ejecutar"; Saúl, David, Salomón, usted y nosotros... tenemos una labor qué "ejecutar". Y, cualquier estorbo que se ponga o que pongamos, tengamos la seguridad que va a ser quitado de en medio por doloroso que éste sea.

En el caso de Adán el estorbo fue el Edén, simplemente lo sacaron de allí; en el caso de Noé el estar rodeado de impíos y de una generación maligna y perversa que rechazaba a Dios, le era un estorbo, simplemente borraron del mapa a esa generación; en el caso de Abraham, Ismael era un estorbo para los planes de Dios en Abraham e Isaac, simplemente Isamel fue echado de la presencia de Abraham; para David el amor de y hacia los hijos le fue un estorbo para con su relación con Dios, simplemente le fue quitado un niño al nacer, y luego otro en una batalla , Absalón.

En los tiempos de Jesús, herodes iba a ser un estorbo para el Plan de Dios en Jesús el Cristo, simplemente fue quitado de entre los vivos. Y si nosotros pensamos que somos parte del pueblo de Dios, tenemos que estar apercibidos y atentos de que cualquier persona, cualquier evento, cualquier elemento, cualquier deseo que se interponga en nuestra relación y unión con Dios... será quitado de en medio. Ahora bien ¿Quién es el que quita esos estorbos?... Dios, y nadie puede hacer nada para que así sea. Abramos los ojos entonces.

lunes, 22 de junio de 2009

Porque ese es el anhelo ardiente de la creación.

Todo núcleo familiar necesita un líder... para eso Dios puso a un padre de familia; toda empresa necesita un líder... para ella existen los gerentes y los presidentes de las grandes corporaciones; de la misma forma la iglesia del tiempo del fin, que es el tiempo que ya estamos viviendo, necesitará y pronto, líderes... para ello el Señor planeó desde antes de la creación del hombre, un grupo de personas que serán los faros de la humanidad en los últimos tiempos. En el plan de Dios, ese grupo de personas o líderes será muy pero muy especial, por el hecho de que serán quienes lleven en sus hombros a todo creyente durante la época más grave, más difícil, y más tormentosa que haya habido desde que el hombre fuera puesto sobre la faz de la tierra (vea Mateo 24:21, tiempo llamado por Jesús mismo: El tiempo de la Gran Tribulación).

Dice Pablo en el libro de Romanos que: "El anhelo ardiente de la creación es aguardar la manifestación de los hijos de Dios". La pregunta es ¿Y no todos somos hijos de Dios, desde el momento en que aceptamos el sacrificio de la cruz de Jesús?. Sí. El punto aquí es que lo que Dios nos dice en el idioma original es lo siguiente: " Que la "expectación" de la "institución" (entiéndase aquí el término por iglesia de Dios), es "esperar totalmente" la "revelación" de los "Hijos maduros de Dios" (ver el original de Romanos 8:19 en griego). Estos son los líderes que nos llevarán hasta el final de esos años de Gran Tribulación.

Ahora bien, las características de éstos "Hijos Maduros de Dios" no son para que califique cualquiera, veamos: 1) Tienen que ser "elegidos" por Dios, no es que se puedan hacer méritos para calificar (vea Mateo 10:1-4); 2) Tienen que ser de "condición humilde", para que estén conscientes de que tienen que tener una dependencia absoluta de Dios (lo vemos en los 12 apóstoles y en la elección de los díaconos en Hechos); 3) Tienen que creer y haber experimentado el "sufrimiento", el mismo Juan lo explica en Apocalipsis 1:9; 4) Según dice Pablo en Romanos y el mismo Juan en Apocalipsis, lo que reciben no lo reciben por conocimiento sino por "revelación", pues precisamente esa es la palabra utilizada por Dios para "manifestación", ser revelado. El conocimiento da sabiduría, pero la revelación da poder, y eso, Dios únicamente lo hace con sus "esclavos" vea Apocalipsis 1:1 la palabra "doulos"; 5) Tienen que ser gente que viva "apartada" del mundo, no precisamente enclaustrada en una montaña o en un monasterio, sino lejos de los placeres de la carne, vea Romanos 8:5 lo que dice: Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero ocuparse de los asuntos del espíritu es vida". 6) No puede ser gente que vivió en otra época y vaya a resucitar, tiene que ser gente que viva ésta generación, en ésta dispensación, pues es uno de los privilegios que otorga cada época, de la misma forma que es imposible que uno de nosotros pueda subir físicamente al arca de Noé, ese fue su privilegio. El mejor ejemplo de esto lo vemos con el profeta Elías y los 7,000 reservados para Jehová.

domingo, 21 de junio de 2009

Una clave en medio de la crisis.

No todos pero sí la mayoría de personas, nos conformamos con tener lo suficiente para cubrir nuestras necesidades económicas en tiempos de crisis como los que estamos viviendo. Pues bien, el Señor en su infinita misericordia nos ha dejado una clave para poder tener esos mìnimos. La Biblia tiene varios pasajes én los cuales nos aconseja para tal situación. Dice por ejemplo el Proverbio 21 y verso 13. "El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no será oído". Este verso nos da al menos tres lecciones: 1) Nos incita a que tengamos misericordia por otros, especialmente los necesitados; 2) Nos profetiza que nosotros algún día estaremos necesitados; y 3) Que la clave para que ese día recibamos, es dar el día de hoy.

En el Salmo 41:1 se nos dice: "Bienaventurado el que piensa en el pobre, en el día malo lo librará Jehová". Las lecciones de éste verso: 1) Nos recalca que pongamos nuestros sentimientos en los pobres; 2) Viene un día malo que tarde o temprano nos alcanzará, quizás dure poco o quizás nos dure mucho, pero el hecho es que nos va a tocar pasar angustia algún día. 3) Si cuando tuvimos, o, ahora que tenemos, pensamos y le damos al pobre, entonces calificamos para que ese día sea corto o no nos llegue.

Además la Biblia nos dice que es lo que NO debemos hacer con el pobre: "Oprimirlo" porque ofendemos a Dios (Proverbio 14:31); "Escarnecerlo" (significa burla) o sea, Dios no quiere que nos burlemos de los pobres (Proverbio 17:5). "No aborrecerlos" (Proverbio 19:7), esto nos hace suponer que si nosotros fueramos uno de ellos, no nos gustaría que por esa condición nos aborrecieran, y como decían nuestros sabios abuelos "el mundo da muchas vueltas y los que hoy estamos arriba, mañana perfectamente podemos estar abajo". Si algún día queremos recibir en la necesidad, la clave para nuestra crisis es dar cuando se tiene.

sábado, 20 de junio de 2009

No traspases los linderos antiguos.

Es increíble, penoso, y de lamentables resultados el ver hoy en día cómo las personas juegan con lo establecido, en lo personal nosotros estamos tan agradecidos con Dios en la familia, porque nos permitió tener abuelos y padres que nos enseñaron que la "palabra comprometida" de un hombre es como si "hubiera firmado un contrato". Tuvimos en la familia hermanos y primos, el privilegio de ver a nuestros ancestros comprometerse de palabra a hacer o a cumplir determinado asunto en determinado día, y pasara lo que pasara, así lo hacían.

Nuestros ancestros estuvieron lejos de tener un ´"conocimiento" como el que hoy podemos tener con respecto a Dios, a Cristo y al Espíritu Santo, debido a que nacieron en los años recientes a la prohibición de leer las escrituras, y que el evangelio recién había entrado a Guatemala (hablamos de hace exactamente 139 años). Pero, aún así, fueron criados bajo el temor de Dios y bajo el temor de sus leyes, lo que los hizo respetuosos también de los compromisos con los hombres. Como ejemplo comentamos lo siguiente: La Escritura nos dice en Proverbios 22:28: "No traspases los linderos antiguos, que pusieron tus padres". Antiguamente, la ingeniería no estaba tan avanzada como hoy, por lo que los terrenos se medían por pasos humanos, o simplemente, con decir "desde éste pino hasta aquél encino", "desde ésta roca hasta aquél árbol", "desde la carretera hasta el río". Y esas eran las medidas de la finca o el terreno que se vendía o se compraba, nunca nuestros abuelos abusaron de dichas medidas y eso nos enseñaron a Dios Gracias.

Nosotros podemos cambiar un poco el mundo actual, si delante de nuestros hijos hacemos lo mismo, no esperemos que el mundo sea diferente si abusamos de los linderos antiguos en cualquier tema de la vida diaria, no mintamos, no abusemos de los indefensos, no quitemos al huérfano, no engañemos a la viuda, no desprotejamos al anciano, no robemos al padre ni menos preciemos a la madre... porque esos también son linderos antiguos.

viernes, 19 de junio de 2009

Mas el alma de los diligentes será prosperada.

Nadie puede negar que estamos viviendo una de las eras o las etapas más obscuras de la humanidad en todo sentido. En lo social los extremos entre ricos y pobres se están marcando como nunca en la historia de la humanidad, cada día habemos menos clase media; en lo moral vemos cómo el homosexualismo, el lesbianismo, los crímenes pasionales, los crímenes comunes van subiendo de tono cada día más, debido a que los "derechos humano" defienden más al delincuente que a la gente de bien; en lo espiritual vemos con parcimoniosa e indefensa actitud cómo los negocios de Dios son manejados por muchos auto llamados líderes (lamentablemente la gran mayoría) como negocios propios, los cuales hasta se atreven a "heredar" a sus más cercanos parientes como se hace con un negocio particular o familiar.

En lo económico las cifras de desempleados no dejan de subir; las empresas grandes no dejan de perder, los negocios medianos no dejan de despedir y los pequeños están desapareciendo. Todo el horizonte de la humanidad se ve, a los ojos de un hombre normal cuesta arriba, difícil, como para desesperarse a tal punto, que solamente en Guatemala en lo que va del año presente han habido más suicidios que en las estadísticas de varios años atrás. ¿Cuál es la solución? ¿Quién tiene la solución?

La solución es y está en Nuestro Señor Jesucristo, solamente confiando nuestras vidas a EL, EL velará por nuestra alma, nuestro cuerpo y el sustento de ambos. Dice el Proverbio 13:4 que: "El alma de los diligentes será prosperada" y no dice ni agrega "dependiendo de las circunstancias". Simplemente nos dice que será prosperada. Ese tipo de inyecciones espirituales son las que recibimos quienes hemos confiado nuestras vidas a y en Jesucristo. Ciertamente no nos ofrece riquezas, ciertamente no nos ofrece llegar a gobernar grandes fortunas (aunque a algunos se las concede), pero nos ofrece prosperidad. Eso indica que al menos no careceremos de lo elemental que, en éstos tiempos preguntamos ¿Acaso no es ya mucho?

jueves, 18 de junio de 2009

Ministerios silenciosos.

Entre el conglomerado de personas que somos los seguidores de Cristo, en más de alguna ocasión hemos pensado en dedicarnos de lleno a predicar la Palabra de Dios. Las circunstancias son diferentes para cada quien pero en general no deja de pasar esa idea por la mente de la mayoría de personas. Al menos esa ha sido nuestra experiencia, y muchos de los que fueron compañeros nuestros en el Instituto Bíblico nos lo prueban, aunque al final, de todos los que nos graduamos solamente unos cuántos dirigen alguna congregación.

Sin embargo, los otros desarrollamos ministerios que nos gusta llamar silenciosos, pues son aquellos que aunque hacen obra dentro del pueblo de Dios, no son ni famosos ni pomposos. Pero siguen siendo igual de valiosos a los ojos de Dios. Hoy queremos compartir uno de ellos: Con los recientes terremotos que hubo en Honduras y El Salvador, una pared de la entrada de nuestra casa se doblegó de tal manera que estuvo a punto de caer, por lo que en éstos días decidimos tirarla antes de que causara un accidente mayor. No pensamos que fuera a salir tanto ripio, por lo que tuvimos que contratar un camión fletero para que lo sacara. Cuando fuimos a supervisar la extracción del ripio pudimos observar algo impresionante, el dueño del camión trabaja con su esposa y sus tres niños (10,8 y 6 años, la de 6 es una niña), y, mientras con la pala los niños suben los trozos de ripio a la palangana del camión, la mamá los hace contar 1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10 paladas. Al llegar a 10, inicia 9,8,7,6,5,4,3,2 y 1 paladas; luego la siguiente palada es A,E,I,O,U para regresar O,I,E,A en las otras cuatro. En pocas palabras la mamá es la maestra.

No podíamos dejar de contarles esto, pues para nosotros es un ministerio silencioso. Todos trabajan felices, todos cantan juntos, todos trabajan juntos, todos aprenden juntos, todos comen juntos. El camión que tienen es un camión de voltero (para los que no lo saben son aquellos camiones de palangana de metal que con una palanca hidráulicamente voltean la palangana y tiran lo que lleven sin necesidad de volver a palear uno mismo), su costo es de alrededor de $ 25,000 (dólares) pues es usado pero no lo deben. Bonito ministerio, silencioso pero bonito ¿No le parece?

miércoles, 17 de junio de 2009

Las oraciones sin respuestas aparentes.

Muchos creyentes en ocasiones nos sentimos indignos, nos sentimos condenados, incluso hasta hay quienes han llegado a dudar de su fe por el sólo hecho de que sus oraciones no han tenido respuestas... aparentes. La Palabra de Dios nos declara que El responde las oraciones de los impíos, cuánto más no responderá la de los justos. Vemos cómo Dios responde las oraciones de los impíos pues antes de conocerlo a El, nosotros orábamos y nuestras oraciones eran respondidas; y vemos que ya siendo parte de su pueblo las manifestaciones son mayores.

Sin embargo, hay quienes no reciben respuesta a sus oraciones aún siendo ya parte del pueblo de Dios, los motivos solamente Dios los conoce, y, eventualmente o con el tiempo nos lo hace saber. Pero hoy creemos que nos puede animar el hecho de que en la historia del pueblo de Dios encontramos a grandes hombres de fe, cuyas oraciones "aparentemente" no fueron respondidas. Recuerda usted a Abraham, el Padre de la fe, pues bien, si usted estudia los capítulos 18-19 de Génesis comprobará que Dios no escuchó el rosario de oraciones que hizo éste por Sodoma y Gomorra; pero lo que Abraham no sabía es que cuando éstas ciudades fueron destruidas solamente quedaron los justos... que era por lo que Abraham oraba. Si usted hace memoria de David, éste oró porque su niño nacido de un pecado grave con Betsabé no muriera, sin embargo el niño murió, a raíz de eso David vio cumplido su deseo de morar por largos días en la casa y la presencia de Jehová... que era el gran anhelo en las oraciones de David (véalo en 2da. Samuel 12). Si usted recuerda a Pablo, el gran titán del evangelio para el mundo, oró en tres ocasiones para que su problema de salud fuera quitado (muchos creemos que era en sus ojos el problema), sin embargo Dios le respondió que no, pero a cambio le dijo: Bástate mi gracia. Casualmente esa era la oración de Pablo durante su conversión.

Con todo respeto e incluyéndonos, no somos mejores que éstos tres hombres de fe, sin embargo son muchas las oraciones que nos son respondidas pronto, acaso las que no han tenido respuesta por muchos años estén siendo respondidas por medio de lo que nos acontece, y si somos imparciales para juzgar, también es posible que ya fueran respondidas pero simplemente no nos dimos cuenta sino hasta hoy que alguien nos hace reflexionar. Amén.

martes, 16 de junio de 2009

Porque cuando muera no llevará nada.

La Escritura está llena de pensamientos que nos llevan a que la mayor gloria que el hombre pueda tener no es el dinero, no es la fama, no es tener de todo, sino que es tener satisfacción, paz y tranquilidad. Pablo dijo: "Porque nada traemos a éste mundo y sin duda, nada nos llevaremos" (1era. Timoteo 6:6); David exclamó: "No temas cuando alguien se enriquece, ni cuando aumenta la gloria de alguno, pues cuando muera no se llevará nada" (Salmo 49:17); Salomón dijo: "No hay nada mejor que el hombre coma y beba del fruto de su trabajo" (Eclesiastés 2:24), y luego repite: "He aquí pues, el bien que yo he visto que da Dios a los hombres, riquezas y bienes y que coma de ellas, esto es don de Dios" (Eclesiatés 5:18-19).

Ahora bien, vivimos en un mundo tan trastornado que el niño que tiene varias chamarras no quiere taparse, mientras que el que no tiene quisiera una para hacerlo; jóvenes que tienen mucha comida en la despensa y viven a dieta para no engordar, mientras en la calle hay millones que no comen porque no tienen; enfermos que no quieren tomarse una medicina, mientras otros mueren porque no la tienen; unos que acumulan riqueza tras riqueza, mientras otros no tienen en dónde o con qué pasarla. Esto, no implica necesariamente que el tener nos convierta en pecadores, pero sí nos hace culpables si no compartimos y no enseñamos a compartir a los nuestros.

Dijo Pablo, uno de los pocos hombres ricos o acomodados que el mundo haya visto despojarse de las riquezas para servir al hombre: "Porque nada hemos traído a éste mundo, y sin duda, nada llevaremos". Luego la Escritura dice: "El que da al pobre a Jehová le presta" (Proverbio 19:17). La incógnita es entonces ¿Si la sabiduría de las riquezas está en comer, beber y dar, y cuando nos vayamos de éste mundo no llevaremos nada, entonces por qué no compartir con el que no tiene?
Sobre todo, cuando ésta Escritura misma nos dice que el bien que hagamos, Dios nos lo va a devolver. En lo personal una de las Escrituras favoritas con que vivimos desde que conocimos al Señor en una forma personal es: "Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan"(Salmo 37:25). ¿Estamos dando a los pobres? ¿Les estamos enseñando a nuestros hijos, y a los hijos de nuestros hijos que compartan el pan con los necesitados? Si es así, entonces, cuando lleguemos a viejos... no veremos a nuestros descendientes mendigar por pan.

lunes, 15 de junio de 2009

A la presencia de Jehová tiembla la tierra.

Algunas personas, las pocas, gozan con los temblores, pero la gran mayoría de personas les tememos por una u otra causa, otros les tememos porque pensamos en nuestros seres queridos y en lo incapaz que somos ante la fuerza y el poder de la naturaleza. Creemos que si entendiéramos un poquito de lo que sucede cuando hay un terremoto o un temblor, no fuésemos tan temeros sino más bien razonaríamos que Dios está actuando.

Al estudiar la Palabra de Dios vemos que cada vez que Dios, Jesús o el Espíritu Santo intervienen en algunos de los asuntos del hombre, la tierra nos avisa con un moimiento telúrico sensible. Veamos: Cuando el Arca del Pacto en donde moraba la presencia de Dios llega al campamento de los israelitas en 1era. de Samuel 4:5, tiembla la tierra. El Salmo 68:8 nos dice que la tierra tiembla, a la sola presencia de Dios. Cuando Jesús murió nos narra Mateo 27:51 que tembló fuertemente y luego hubo un terremoto grande en Mateo 27:54. Cuando el Espíritu Santo visitó a los discípulos en Hechos 4:31 la tierra tembló.

Ahora bien, lo más importante y lo más impresionante de todo esto es que la Escritura nos tiene anunciado un Gran Terremoto para el final de los tiempos, nos dice Apocalipsis 16:17 que: Cuando el séptimo ángel derrame la séptima copa de la ira de Dios, va a salir una gran voz del cielo, notificando que todo ha terminado, habrá relámpagos, truenos, un temblor y un gran terremoto cual no lo ha habido desde que los hombres han estado sobre la tierra. Vemos pues que cuando la tierra tiembla o hay un terremoto, es porque Dios nos pone mucha atención, lo que tenemos que entender entonces, lejos de temerle a los temblores, es que cada vez que la tierra se conmueve por un temblor o un terremoto es porque Dios está visitándonos. Al menos eso, dice la Escritura.

domingo, 14 de junio de 2009

En el reino de los cielos unos son convidados otros son forzados.

Hace unos días hablamos de que en el Reino de los cielos unas personas eran "escogidas" pero otras "elegidas", alguien escribió haciendo algunas preguntas, y por supuesto, no estando de acuerdo con el pensamiento. Consideramos que ésta puerta que Dios nos abrió ha servido para que unos, algunos o muchos, ampliemos nuestro conocimiento pero sobre todo nuestro entendimiento de los negocios de nuestro Padre. Agradecemos a todos los que escriben porque nos ayudan a nosotros a ampliar nuestro entendimiento, y agradecemos también que con el mismo respeto y amor que escribimos nos han escrito.

Ampliando un poco el concepto de dicho pensamiento, hoy nos referiremos a la Parábola de la Gran Cena, en donde es Jesús mismo quien nos explica: El reino de Dios es semejante a... "Un hombre que habiéndo preparado una gran cena, envió a sus siervos a "convidar a muchos", pero los "convidados" no llegaron, unos porque tenían que trabajar, otros porque querían cuidar de sus parientes, otros porque se estaban casando, etc". Entonces el hombre que preparó la Gran Cena "enojado" dijo a sus siervos: "Vayan por las plazas, vayan por las calles, y traigan a los pobres, a los mancos, a los cojos, a los ciegos", y, a pesar de que los siervos lo hicieron así aún había lugar en la Gran Cena, entonces el que preparó la cena dijo: "Vayan por los vallados y los caminos y "fórcenlos" a venir" (Lucas 14:15-24).

¿Entonces qué es lo que sucede? Creemos que la respuesta es muy fácil. No solamente nuestra mente es demasiado finita para entender los negocios de Dios, sino que por años hemos sido mal instruidos en los caminos de Dios. Luego, nos hemos vuelto muy comodones y preferimos que otro estudie y nos cuente, en lugar de nosotros dejar de ver nuestro partido de fut, ir al cine, ir de vacaciones, etc. para invertir tiempo en el Señor. Si invirtiéramos tiempo en el Señor, El nos daría réditos o interéses por invertir en EL. Y esos réditos se manifestarían en una "revelacion cada día más clara de lo que EL está haciendo y hará pronto". Unos son elegidos (convidados) pero otros son escogidos (forzados). ¿Por qué? Pues porque el trabajo que uno tiene que hacer no es para que lo haga otro. Pablo fue "escogido" para salvación pero nunca fue "elegido" para ir a los judíos; de la misma forma que los otros once fueron "escogidos" para salvación pero nunca fueron "elegidos" para ir a los gentiles. Y el hecho de que el que preparó la cena "enojado" forzó a unos a ir ¿acaso no implica que fueron escogidos y elegidos? Si no ¿porqué no obligó a los convidados? Simplemente, porque los escogidos y los elegidos eran los otros.

sábado, 13 de junio de 2009

Una carrera con paciencia y sin peso.

El escritor del libro de Hebreos nos llama a los creyentes en Cristo a que: "Teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, corramos la carrera que tenemos por delante", pero es precioso el consejo con que nos anima: "Corrámosla, pero con paciencia y sin peso alguno de pecado. No cabe duda que son las dos claves para que podamos terminar la carrera, y para que aparte de, la terminemos con éxito.

Aquí en Guatemala cada fin de mes de mayo, aproximadamente, se celebra una carrera matadora físicamente llamada "La media maratón de Cobán", todos los participantes que se inscriben reciben un número, ese número queda registrado en una lista la cual al término de la carrera es revisada para ver quién terminó la carrera y quien no, a quienes la terminan no importando el puesto en que queden le entregan una medalla de participación. En los juegos olímpicos existe otra que se llama de relevos, en donde cuando uno recorre una cantidad de metros específicos alquien más le recibe la estafeta y corre el trecho siguiente.

Dios nos ha puesta a nosotros a correr la carrera del creyente, esa carrera se asemeja a las dos que acabamos de mencionar, a la primera porque todo participante al final recibirá una medalla, no importa si entra de primero o si entra de último, TODOS tenemos derecho a nuestra medalla como galardón; el asunto es correr esa carrera con paciencia, sin peso de pecado y con dignidad. La otra carrera se asemeja a que nuestra carrera como creyentes dura 30, 40 y quizás un poco más de años, pero que al final hemos de dejar la estafeta en nuestros hijos, en nuestros nietos, y en otras generaciones, qué importante es pues, que lo hagamos con dignidad delante de Dios, para que sea EL el que nos dignifique delante de los hombres. No estamos hablando en la carrera cristiana de decir que somos cristianos, estamos hablando de que un buen árbol da un buen fruto , somos responsables de nuestros hijos, y de los hijos de éstos, y de las generaciones que nos ven... ¿Estamos instruyendo a nuestros hijos en la carrera del creyente? ¿Podemos levantar la frente ante los áctos de nuestros hijos? o simplemente pensamos: es que ya son grandes y no podemos obligarlos... los tiempos que vivimos son otros... a su tiempo... etc. etc. poniendo excusas para no cumplir con nuestras obligaciones y cargando con el peso de la culpa, haciendo que ni ellos ni nosotros podamos correr bien.

viernes, 12 de junio de 2009

¿Por qué por el desierto y por qué tan largo?

Para los que en alguna medida hemos estudiado las Escrituras, sabemos que el Antiguo Testamento contiene mucha tipología y mucha analogía para quienes vivimos el momento. Así, cuando estudiamos la vida de Noé, no solamente estamos estudiándo a un hombre de fe, estamos aprendiendo que el Arca es una figura de la congregación de los santos; que fue de tablas de madera porque los hombres somos como los árboles, y que tenemos que estar unidos; que el Diluvio es una figura de las tribulaciones, pero que Dios nos librará de ellas; que los que no creyeron a Noé, por no entrar al Arca, murieron porque representan a los que no tienen fe y por lo tanto mueren.

Pues bien, en Exodo vemos otra analogía muy linda y muy práctica, cuando los Israelitas son sacados de Egipto, dice la Palabra de Dios en capítulo 13 que fueron llevados por el desierto. Todos sabemos que esa caminata les llevó 40 años, un tiempo muy largo. Ahora bien, el desierto también es una figura de las tribulaciones que los santos hemos de pasar, pero tenemos que ver bien el panorama para entender que aún esas tribulaciones o ese desierto... SON Y VIENEN CON MISERICORDIA de Dios aunque nos cueste creerlo o verlo. Miremos lo que dice Dios a los Israelitas en Exodo 13:17: "Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios NO los llevó por el camino de los filisteos, que estaba cerca, porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto".

Vamos a ver si entendimos, 1) No había otra forma de llegar a la tierra prometida de no ser cruzando el desierto. Esto nos indica que todo aquél que prentende ser salvo sin tener problemas NO ha entendido los propósitos de Dios, y por lo tanto, NUNCA llegará a la tierra prometida. 2) Sentimos que los tiempos de penas, de sufrimiento, de limitaciones son largos pero el Señor en su misericordia nos los está cambiando por un tiempo de guerra, en otras palabras por si no hemos entendido, existe otro camino que el que estamos pasando pero es MAS duro, y el Señor, aunque éste nos parezca difícil sabe que es más transitable para nosotros. 3) El Señor nos va a proveer de lo necesario para que pasemos éste desierto en lugar de esa guerra, sino veamos cómo en el verso 21 dice que nos dará una nube para el día y una columna de fuego para la noche. 4) Más adelante dice que el calzado y el vestido no se van a envejecer durante ese tiempo de desierto. Quizás ahora entendamos que por duro que parezca nuestro desierto, Dios está en el asunto, y es misericordioso al llevarnos por ese camino en lugar del camino de la guerra.

jueves, 11 de junio de 2009

Ceñidos vuestros lomos, velando...

Cuando Lucas (12:35-40) nos narra el famoso "Sermón del Monte" vemos que nos hace una ampliación de los conceptos que nos emite Mateo, vemos cómo nos indica que tenemos que ser "siervos vigilantes y no descuidados". Para ello nos señala enfáticamente que vivamos con los lomos ceñidos y velando. ¿Qué podría estarnos diciendo Lucas?

Si nosotros analizamos la historia antigua del pueblo de Dios, veremos cómo esas mismas expresiones fueron utilizadas por Dios cuando se dirigió a Moisés, para que avisara al pueblo Israelita cómo debía prepararse para celebrar la Pascua antes de su èxodo de Egipto. Veamos Exodo 12:1-11: Dice: "Este mes, os será por principio de los meses (verso 2); el día diez escogerán un cordero, y será uno por familia (verso 3); el animal será sin defecto y macho de un año (verso 5); tomarán la sangre y la pondrán en los postes y en los dinteles de las puertas (verso 7); comerán la carne asada y con panes sin levadura y con hiervas amargas (verso 8); ninguna parte la comerán cocida ni cruda (verso 9); no dejarán nada de él (verso 10); y lo comerán CEÑIDOS VUESTROS LOMOS, VUESTRO CALZADO PUESTO, VUESTRO BORDON EN LA MANO, Y APRESURADAMENTE... en otras palabras VELANDO (verso 11).

Dios es bueno, inmensamente bueno, quizás por ello es que en nuestras mentes pensamos que EL es incapaz de castigar a alguien "solamente" porque olvidó algún detalle. No nos equivoquemos, Dios es bueno, es inmensamente misericordioso también, pero cuando en la historia EL dió instrucciones precisas los que no las cumplieron simplemente murieron en el camino. Entiéndase los que no marcaron los dinteles de las puertas con sangre, entiéndase la mujer de Lot cuando volvió sus ojos para ver lo que se les había prohibido ver, entiéndase Saúl cuando no quiso matar a todos los filisteos, etc. No debe sorprendernos pues, que Dios desee que seamos siervos que están prestos a partir con EL en cualquier momento, pero estando vigilantes y preparados.

miércoles, 10 de junio de 2009

En nada os afaneis.

Afán: Trabajo excesivo, ansia, anhelo, deseo vehemente, trabajo que trae congoja... son algunas de las palabras con que el Diccionario de la Real Academia Española define ésta palabra. Esta palabra nos da la idea de que quien se entrega afanado a alguna actividad, ésta parará absorviéndolo, ahorcàndolo, aislándolo, etc. de la familia, de las gentes, y del mundo real, pero lo más importante, separádolo de Dios.

Quizás fue por ello que en varias ocasiones Jesús dijo que no nos afanáramos. Las palabras exactas fueron: "No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni os afanéis por el cuerpo que vestiréis; acaso la vida no es más que la comida, y el cuerpo más que el vestido". Y luego hace una comparación que debíera de liberarnos de cualquier afán de ésta vida. "Considerad los cuervos que ni siembran, ni siegan, ni tienen despensas, ni graneros, y sin embargo, Dios los alimenta"(ver Lucas 12:22-24 y Mateo 6:25-34). Para nosotros en éste lado del océano, quizás el ejemplo del cuervo no lo vemos tan marcado, simplemente pensamos que es un ave más, sin embargo, para el pueblo de Dios no es así.

El cuervo está catalogado entre los animales inmundos para el pueblo de Dios, así que lo que Jesús nos estaba diciendo a través de éste pasaje es: "Que vuestra fe no decaiga nunca, no importan las circunstancias, no importa la crísis económica, no importa que tu trabajo sea escasamente remunerado, es más, no importa si no tienes trabajo por el momento, no importa el costo que la vida llegue a alcanzar... MI PADRE NO TE DEJARA MORIR DE HAMBRE NI TE DEJARA DESNUDO. Por ello concluye: ¿No valéis vosotros más que las aves?

martes, 9 de junio de 2009

Algunos son escogidos, otros son elegidos.

Desde nuestro punto de vista pareciera que una persona escogida es igual a una elegida, pero desde el punto de vista espiritual podemos ver muy claramente que hay diferencias. Por ejemplo, Dios nos dice por medio del libro de Romanos que: A los que antes "conoció", también los "predestinó", que a éstos EL "llamó", y también los "justificó", y que por último los "glorificó", y que a "todos ellos" les dará "todo" (Ver Romanos 8:28-32).

Esto quiere decir que Dios "sabía" quienes le seguirían, por ello EL los "seleccionó", luego los "atrajo" para sí, y ya estando con EL los "limpió" y a ellos les espera la "gloria" por siempre. Ahora, esto dice la Escritura es para TODOS los que EL conoció y llamó, por ello dice el verso 32 de Romanos 8: "Si no escatimó ni a su propio hijo por todos ¿Cómo no nos dará también con él, todo lo demás? Pero, de TODOS esos que Dios ha "llamado o escogido" no todos son "elegidos". Pues los elegidos están llamados a hacer las grandes proezas mientras que los escogidos no necesariamente. Unos ejemplos.

Jesús, según nos narra el libro de Mateo, escogió a doce discípulos pero vemos una diferencia entre ellos, por ejemplo cuando llamó a Pedro y a su hermano Andrés, cuando llamó a Juan y a Jacobo, dice la Escritura que ellos fueron "instantáneamente" a seguirle. Si lo notamos, Jesús estaba iniciando su ministerio, todavía no tenía fama, todavía era un desconocido, es más, según el relato de Mateo ni siquiera había hecho algún milagro. ¿Entonces cómo o por qué éstos le siguieron inmediatamente? Simplemente porque no sólo eran escogidos sino elegidos. Pues cuando vemos la vida de éstos cuatro discípulos, lo confirmamos. Jacobo y Pedro eran cabezas de la iglesia primitiva en Hechos 15 para el Primer Concilio, Juan estaba con Jacobo y Pedro el día de la transfiguración de Jesús y recibió la revelación del Apocalipsis, Andrés juntamente con los otros tres discípulos fueron los únicos que recibieron el mensaje del fin de los tiempos dado por Jesús en Mateo 24 (confírmelo en Marcos 13:3). Y vemos más, Pablo, escogido y elegido para que nos legara casi todo el Nuevo Testamento, y Judas, escogido y elegido para entregar a Jesús (vea el Salmo 109).

lunes, 8 de junio de 2009

Delante de Dios... transparentes.

Grandes hombres de la historia, hombres renombrados entre los pueblos, grandes personalidades de èpocas pasadas y actuales han pasado por la verguenza de que alguien, un historiador, un periodista, un familiar, un amigo, etc. sacan a luz el verdadero vivir de dicha persona. Muchos nombre de hombres y mujeres famosos y famosas han quedado en la verguenza, luego de que sus más profundos secretos se han visto descubiertos. ¿Quién iba a pensar que el gran símbolo de los artistas de hace unos años, era homosexual? ¿Quièn iba a pensar que uno de los hombres que recibió el premio Nobel de la Paz, era uno de los terroristas más grandes de la historia? ¿Quién iba a pensar que un hombre dedicado a predicar el nombre de Dios, abusaba sexualmente de muchos niños?

El hombre ha podido, puede y podrá engañar al hombre por toda la historia, pero dice la Palabra de Dios que delante de EL ¿Cómo se justificará el hombre? (vea Job 25:4). El hombre puede engañar al hombre porque éste es finito, éste es incompleto e imperfecto, por lo tanto sus capacidades son limitadas pues tan sólo es una imagen y una semejanza de Dios. El hombre no es igual a Dios quien es perfecto, infinito, poderoso, etc. Cuando estamos delante de Dios no podemos ocultar nada, si alguien sabe y conoce qué somos, cómo somos y el por qué, es EL, pues es nuestro creador (vea Génesis 1:27 y Salmo 24:1).

Los hombres que nos han antecedido, nosotros y nuestros hijos después de nosotros, podremos creer que porque no nos llegó el castigo inmediato a la hora de pecar, podemos decir una mentira, hacer una fachada de él, negarlo o simplemente ocultarlo, creyendo que con eso como no lo miran los hombres, Dios tampoco lo vió. El día en que seremos descubiertos será aquí y temprano o mañana en el día de nuestra muerte y tarde. Tenemos que saber que delante de Dios lo entendamos o no, somos transparentes y así debiéramos de vivir también delante de los hombres, acaso, ese sea el secreto para no ser avergonzados delante de Dios.

domingo, 7 de junio de 2009

¿Quién es sabio para entender las maravillas de Jehová?

En el mundo natural se considera "sabio" a una persona que habiendo estudiado una profesión, sea ésta química, física, matemáticas, ciencias, letras, etc. luego va, y sigue estudiando y gana un título de "Licenciatura en...", luego sigue estudiando y gana un título de "Master en...", luego sigue estudiando y gana un título más de "Doctorado en...", en otras palabras es una persona considerada "experta en... química, física, matemáticas, ciencias, letras, etc."

En lo espiritual, los grandes hombres de fe como David, consideran "sabio-a" a toda persona que habiéndo sido redimida por Dios lo alaba y lo glorifica constantemente, por el hecho de que no olvida todo lo que Dios ha hecho por él o ella y para él o ella. En el Salmo 107 vemos en todos sus versos, cómo El Rey David, nos insta a hacerlo y nos inmortaliza el poder y la voluntad de Dios. Nos explica que luego que clamamos a EL (Dios) en la angustia, El (Dios) nos responde (versos 13, 19 y 28), nos explica cómo nos sacó de nuestras aflicciones, cómo nos sacó de las tinieblas, de la sombra de muerte y cómo rompió nuestras cadenas (verso 14).

Nos muestra cómo es Dios quien convierte los desiertos en estanques de aguas, y la tierra seca en manantiales (verso 35); cómo establece a los hambrientos y funda ciudades en donde vivir; siembra campos y planta viñas, y hace rendir frutos abundantes en el mismo desierto, bendice y se multiplican en gran manera, y no disminuyen los ganados... todo esto para los suyos (vea los versos 35 al 38). Y termina diciéndonos El Rey David ¿Quién es sabio y guardará ésto, y entenderá las misericordias de Jehová? Sabio pues, desde el punto de vista espiritual y eterno, no es estudiar y estudiar y estudiar, sino tan sólo aceptar ponernos en las manos preciosas y muy confiables de Dios.

sábado, 6 de junio de 2009

Y no olvides ninguno de sus beneficios.

Una de las características negativas o si usted lo prefiere, una de las desvirtudes del hombre en general es el olvido. Olvidamos con mucha facilidad lo que nos ha acontecido en el pasado por ello es que repitemos los errores y las faltas. Dicen los grandes historiadores que por no recordar la historia es que los pueblos viven cometiendo los mismos errores en lo político, en lo social, en lo cultural, y ahora vemos muy palpablemente que también en lo espiritual.

Hoy en día nuestra falta de fe se base precisamente en ese olvido, porque olvidamos lo que Dios ha hecho por nosotros y para nosotros en el pasado, es que dudamos de lo que pudiera hacer mañana por nosotros o para nosotros. Hemos comido durante muchos años por su misericordia, pero cuando vemos la situación económica mundial, dudamos, que nos provea alimento mañana. Hemos podido comprar las medicinas pertinentes al caso en el pasado, pero cuando vemos los precios de las medicinas y los hospitales hoy, temblamos de pensar ¿Qué haremos si nos enfermamos otra vez? Hemos sacado adelante a nuestros hijos en el pasado, pero cuando vemos los costos de todo lo que nos rodea hoy, dudamos tener una provisión para mañana.

En el Salmo 103 David nos exhorta a que: "No olvidemos ninguno de los beneficios que Dios ha dado a nuestra alma en el pasado", en otras palabras nos exhorta a que confiemos, que fortalezcamos nuestra fe con lo que ha acontecido en el pasado por intermedio de Dios. David nos recuerda en este mismo Salmo en el verso 8, que Dios es grande en misericordia. No sólo podemos sino tenemos que confiar en Dios, dudar del poder y del querer de Dios para con nosotros es no tener fe en EL, y eso ofende su corazón. Eso es no tener fe en EL como si ya nos hubiera fallado en el pasado, y eso sabemos que no es verdad.

viernes, 5 de junio de 2009

Bendeciré al que te bendiga, pero maldeciré al que te maldiga.

Hace aproximadamente cuatro mil o cuatro mil doscientos años, Dios "escogió" de entre los pueblos idólatras (vea Josué 24:2), a un hombre llamado "Abraham" para ser la base de un pueblo que sería "escogido" de y para EL, ese pueblo sería llamado ISRAEL. La historia la vemos en Génesis 12, y allí podemos leer cómo Dios le promete bendecirlo y bendecir a quienes lo bendigan, pero también promete maldecir a quienes lo maldigan (ver capítulo 12 verso 3). En esa misma època promete Dios darle una "tierra", la tierra de Canaán, la cual de "ese" tiempo en adelante sería llamada "La Tierra prometida".

Dice el Salmo 24:1 que: "De Jehová es la tierra y todo lo que en ella habita", en otras palabras Dios es dueño de todo y de todos, lo que significa que es EL quien decide qué, cómo, cuándo, a quién y en dónde da algo. Y fue EL, el dueño de la tierra quien decidió darle a Israel la tierra del Medio Oriente, por lo tanto todo gobernante o todo pueblo que se oponga a ese principio, se está oponiendo a Israel, y todo el que se oponga a Israel se opone a Dios. En otro sentido todo pueblo y todo gobernante que esté a favor de Israel, estará a favor de Dios. Tenemos qué entender que no se trata de principios humanos, que no se trata ni de política interior ni de política exterior, que no se trata de democracias, sino se trata de entender que, creamos o no creamos en Dios, vivimos bajo principios TEOCRATICOS y por lo tanto tenemos, querramos o no, que sujetarnos a lo que Dios dispone como dueño de todo y de todos.

Existe una profecía escrita en Zacarías 14:1-5 en la cual vemos cómo en el final de los tiempos todos los pueblos estarán en contra de Israel, irán a la guera en contra de ese pueblo. Al principio creerán que la victoria les pertenece, pero muy pronto serán destruidos en su totalidad, dicha profecía está más pronto de lo que creemos en cumplirse. Y si usted cree que no, solamente lea los profetas mayores y verá que todos los pueblos que han estado en contra de Israel durante todos los tiempos, han sido o están siendo destruidos. Cuidémonos de no estar en contra de Israel pues es estar en contra de Dios.

jueves, 4 de junio de 2009

En todo esto, no encontró Job despropósito en Dios.

De todos es conocida la historia de Job, uno de los grandes hombres de la fe crisitana, favorecido por Dios en todos los aspectos de su vida, llega el día en que Job lo pierde todo, y ese todo no era poco pues dice la Escritura acerca de él, que era el hombre más grande en todo oriente. Tenía siete hijos y tres hijas, siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Sólo en éste último detalle podemos apreciar cuán rico era Job, pues la costumbre en aquellos tiempos era que el amo le daba de comer todos los días y todos los tiempos a sus empleados.

Nos narra la Escritura que un día cuando los hijos de Dios se presentaban delante de EL, también vino satanás, al cuál luego de una pequeña charla, es Dios quien le tira al ruedo a Job, y no sólo lo tira al ruedo sino le da permiso para que lo sarandée. Así, satanás baja a la tierra y le quita a Job todo lo que posee, lo enferma y lo deja en la miseria... pero nos sigue narrando la historia que Job, en TODO esto no le encontró despropósito alguno a Dios.

Esto nos da varias lecciones: Una: Job sabía que estamos en la mano de Dios siempre. Dos: El sabía que podemos confiar en Dios pues EL no sólo no sabe sino no quiere fallarnos. Tres: Job sabía que alguna lección tenía Dios para él y para otras personas. Cuarto: Job sabía que Dios no se había apartado de él, sino solamente lo estaba probando. Por ello, en lo que nos pudiera estar aconteciendo el día de hoy, seamos como Job, no le encontremos despropósitos a Dios, EL sabe el por qué de nuestra situación actual, y el final será bueno. (Vea Job capítulos 1 y 2).

miércoles, 3 de junio de 2009

La infinita misericordia de Dios.

Cuenta la parábola que era un padre acomodado que tenía dos hijos, un día el menor pidió su herencia para independizarse, el padre se la concedió y éste partió a tierras lejanas, en ellas, desperdició su fortuna en vicios y mujeres del mal vivir. Cuando se encontró en la ruina, no solamente tuvo que trabajar como empleado de los más bajo, sino se empezó a lamentar de lo que había hecho y hasta a dónde había llegado. Su lamento fue tan grande que al fin pudo darse cuenta de la clase de padre que tenía, pues en donde trabajaba los empleados estaban peor que los empleados de la hacienda de su padre. ! Imagínese usted, qué clase de padre tenía éste joven, que hasta los empleados estaban bien ¡ (La parábola se llama "El hijo pródigo", pero en lo personal la llamaríamos la parábola "Del padre bueno", la puede leer completa en Lucas 15.1-24).

Independientemente que ésta parábola la han utilizado por siglos para demostrar que la salvación se puede perder, en lo personal pensamos que la salvación no se pierde; simplemente pensamos que cuando nos alejamos de nuestro Padre Dios, dejamos de comer a su mesa para comer con los cerdos de éste mundo. Pruebas que respalden nuestro pensamiento: 1- El Padre NUNCA dejó de pensar y de llamar al joven como SU hijo; 2-El joven NUNCA dejó de pensar y de llamar al viejo como SU padre; 3- Cuando el hermano mayor se entera de la fiesta, llama al otro "éste tu hijo"; 4- Cuando el padre le explica al hijo "bueno" acerca del otro le dice: "este tu hermano" estaba perdido y ha sido encontrado.

En otra escritura dice: "Si vosotros siendo MALOS, no le dais a un hijo una piedra cuando os pide un pan, y no le dais una culebra cuando os pide un pez, cuanto más vuestro Padre Celestial no os dará el Espíritu Santo" (Lucas 11:11). No importa qué pecado hayamos cometido, no importa qué tan bajo hayamos caído, no importa qué tan lejos hayamos estado de la casa de nuestro Padre celestial, EL ha estado cada atardecer esperando vernos venir en el horizonte, y tiene un festín esperándonos para cuando nos mire llegar, algunos se molestarán por ese festín pues lo considerarán injusto, pero igual, Dios Padre nos llenará con su Espíritu Santo, nos recibirá con los brazos abiertos, y lágrimas de alegría en sus ojos. Meditemos.

martes, 2 de junio de 2009

El camino de la perfección.

Es difícil para uno imaginarse que "somos perfectos", cuando uno analiza sus tareas diarias y mira la falta de esto, la carestía de aquello, lo incompleto de lo otro, piensa uno y dice: ! Cuánto me hace falta para la perfección ¡ Sin embargo, eso es porque lo vemos con los ojos de hoy y con los ojos humanos. Pero Dios en su infinita misericordia y paciencia, no nos mira con esos ojos sino nos mira con los ojos puestos en la eternidad, con los ojos llenos de la misericordia que lo caracterizan, EL nos mira como productos ya terminados y no como productos en el proceso.

Nos imaginamos que así como el productor de alimentos enlatados no solamente mira unas latas vacías en la bodega, los jugos o los preservantes en sus cubas, las frutas o las verduras aisladamente en las mesas de trabajo, sino que mira en su imaginación cómo unas personas van poniendo las latas en la banda de rodamiento, cómo otras personas van introduciendo el jugo, otras más van colocando la fruta o la verdura, pero al final lo único que sale es una lata con una etiqueta... perfecta para ser consumida. Así nos mira Dios, como productos terminados no como productos en proceso.

¿Por qué Jesús diría: Sed perfectos como mi Padre y yo somos perfectos, si no se podría lograr? (vea Mateo 5:48). David nos da una guía para llegar a ese camino de perfección, vea el Salmo 101 completo lo que recomienda entre otras actitudes: Verso 2: caminar en integridad, verso 3: no poner nada injusto delante de nuestros ojos, verso 6: poner nuestros ojos en los fieles y no en los impíos; el mismo verso 6: caminar con ellos (los fieles); verso 7: no asociarse con personas que hacen fraude; el mismo verso 7: no decir y menos practicar la mentira. Y esto lo dice como corolario a la inquietud que se había hecho en el verso 2: Señor, entenderé el camino de la perfección cuando "vengas" a mí. David sabía, que el hombre no nos mira perfectos, pero que Dios si lo hace, luego de que EL "viene" a nosotros. Si algún día entendiéramos lo perfectos que somos delante de Dios, nos parece que viviríamos cometiendo menos errores y nuestra autoestima estaría mucho pero mucho más alta.

lunes, 1 de junio de 2009

Los días del hombre son como su sombra que pasa.

Dice la Palabra de Dios que pocos son los años del hombre sobre la tierra, para nosotros 60, 70 ú 80 años es mucho, pero dice la Escritura que en los más fuertes son 70 y que 80 ya es un exceso. El asunto es claro, Dios nos está diciendo que sea que hayamos tenido una vida muy cómoda, muy holgada o que hayamos tenido una vida llena de sacrificios y de penas, generalmente los años que duramos sobre la faz de la tierra son 80, y esto, con molestia y trabajo dice (vea Salmo 90:10). El punto es que la vida del hombre sobre la tierra es tan pasajera como su sombra.

La pregunta del millón es ¿Cuando muramos qué dejaremos a las generaciones futuras? Alguien que no hemos podido recordar dijo: "El que siembra un árbol, escribe un libro y tiene un hijo... ya puede decir que vivió". Es una frase muy linda, pero sin que seamos pesimistas el análisis sería: El árbol que plantamos ¿Le sirvió a alguien? ¿Cobijó a alguien? ¿Creció recto o torcido? El libro que escribimos: ¿Fue de utilidad para alguien? ¿Edificó o consoló a alguna persona? y lo más importante de todo, el hijo que tuvimos ¿Es bueno? ¿Da buen ejemplo? ¿Es útil a la sociedad o es una carga más? ¿Va en pos de Dios o del mundo?

La Escritura nos muestra que Dios nos dió sus leyes para que: "Las sigas tú, tus hijos, y los hijos de tus hijos... (y nos impresiona cómo termina la frase) después de tí". ¿Qué significa esto? Que no sólo nos debiera bastar con sacar el pecho y decírle a todo mundo que creemos en Dios, que somo cristianos, sino que al serlo, tenemos la obligación de "instruir" a nuestros hijos en los caminos de Dios, y "velar" por que ellos sigan por el camino en que los estamos instruyendo. Somos responsables por el árbol que sembramos, somos responsables por el libro que escribimos, y ¿no vamos a ser responsables por el hijo que tuvimos? Ojalá y el día que muramos alguien en las palabras de despedida del cementerio pudiera decir de nosotros: "Sus hijos son como plantas crecidas en la juventud, sus hijas como esquinas labradas como las de un palacio, porque él fue como un pueblo bendito cuyo Dios era Jehová" (Salmo 144:12). Así sea.