lunes, 30 de noviembre de 2009

Todavía somos los mismos.

Cuando Moisés sacó al pueblo de israel de Egipto luego de las diez plagas, éste llegó al Mar Rojo con el ejército de faraón y el mismo faraón tras ellos, éstos se vieron materialmente copados y su reacción primera fue "murmurar" lo siguiente: "¿Acaso no había sepulcros suficientes en egipto para que muriéramos allá? ¿Mejor nos hubiera sido servir en egipto que venir a morir al desierto?.

Para la gran mayoría de creyentes es sabido que egipto es una figura del mundo por todos los placeres y las riquezas que ésta nación e imperio ofrecía; que faraón por su poder, su malignidad, y al creerse también un dios, es figura de satanás; que el desierto al exponernos a la muerte física es una figura del mundo. Bueno, pues hoy el desierto nuestro se muestra en tanta prueba, en tanta lucha, en tanta aflicción material, y tanta necesidad espiritual que mantenemos, y, para muchas personas que nos decimos creyentes, es muy obvio que en momentos de alta tensión si nos preguntaran diríamos que "sería preferible servir a los egipcios que morir en el desierto".

Tenemos que entender que es un Dios bueno, un Dios de misericordia, y un Dios que nos ha escogido para andar en el desierto, el que nos ha escogido también para liberarnos de egipto y no para matarnos en el desierto. No habían terminado de murmurar los israelitas cuando Dios ya estaba dando la solución: Abriendo el mar. Lo mismo que nos sucede a nosotros hoy, y esa acción nos trae a arrepentimiento, pues vemos que aún sin que nosotros nos demos cuenta Dios ya sabe qué es lo que quiere, y qué es lo que va a hacer por y para nosotros y qué puerta va a abrirnos. Luchemos por no murmurar pues todavía somos los mismos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Las señales o vellones en el Señor.

Hace casi 10 años, cuando nosotros necesitábamos saber de Dios si era su voluntad que siguiéramos en la congregación en la cual estábamos o ya no, nos pusimos en oración para que nos diera una señal o vellon, cuando así fue, se lo hicimos saber a uno de los pastores y era toda nuestra intención agradarlos dándo las gracias por el tiempo que nos habían ministrado. Nos sorprendió mucho la actitud que tuvo cuando nos dijo que era "injusto" estarle pidiendo señales a Dios para hacer esto o lo otro.

Un poco aturdidos aún, cuando regresamos a casa, una vez más nos pusimos a orar por ese sentimiento de culpa al cual constántemente líderes insensatos introducen a las ovejas. Estábamos orando cuando el Espíritu del Señor en su infinita misericordia nos mostró algo que quizás hoy también le sirva a usted. En Génesis, al principio de la creación, Dios mismo nos habla de "señales" cuando dice en 1:14 que ha puesto al sol, a la luna, y a las estrellas como "señales", entre paréntesis ahora tal vez entienda usted lo que entendimos nosotros, fue por esas "señales" que los reyes magos que no eran magos que hacían magia sino "astrónomos" que "estudian" los astros (no astrólogos, que dicen "leer" los astros), supieron que nacería el Rey de los Judíos. Esto lo supieron porque vieron que la estrella más brillante del universo que se llama Arturo, se ponía en el centro o vientre de la constelación de Virgo o la vírgen, en un punto que señalaba el encaje de su nacimiento (Mateo 2:2). Luego, cuando promete a Noé que nunca más destruirá la tierra con agua, le pone por "señal" un arco iris (Génesis 9:11). Mira usted que Dios vuelve a usar las "señales" cuando le muestra a Abraham lo que hará con su descendencia (Génesis 15:5).

Y si usted va un poco más lejos y mira hacia el final de los tiempos, verá con tremendo asombro que el Hijo del Hombre no vendrá a juzgar a éste mundo sin que antes los suyos tengan una "señal" (Ezequiel 9:4 y Apocalipsis 9:4). Así que, si usted necesita una respuesta de Dios, y especialmente si usted lo que busca es agradarlo, corra y póstrese en oración y pida esa "señal o vellón a Dios" con toda congianza, no permita que ningún líder religioso, legalista y fariseo le robe su bendición.

sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?

Hace alrededor de unos 3,500 ó 4,000 años el pueblo de Israel estaba esclavo en Egipto, Dios le habló a Moisés para que fuera ante el Faraeón en turno y le pidiera que dejara ir al pueblo para que le adorara. La respuesta del Faraón fue el título de nuestro mensaje de hoy ¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?.

Hemos de recordar algunos detalles para poder entender en toda su magnitud ésta expresión. A nosotros nos parece, y de hecho lo es, muy arrogante y hasta una blasfemia, pero, debemos tomar en cuenta que en ese tiempo no sólo el pueblo de Egipto sino el Faraón mismo, creían que él también era un dios. Y que viviría por siempre como un dios, aún después de muerto, por ello es que sus tumbas eran unas ciudadelas preparadas para el paso al más allá. Pero, el punto central del asunto es el siguiente, como Faraón se creía un dios y no había oído hablar de ese "otro" Dios ¿A cuenta de qué lo iba a obedecer? ¿Cómo un Dios desconocido para él, podía serlo?

La historia nos cuenta en el libro de Exodo en los capítulos 4-6 lo que aconteció. Pero lo que nos interesa es el hecho de que muchos hombres el día de hoy, están en la misma situación de Faraón NO CONOCEN A JEHOVA COMO DIOS. Entonces ¿Cómo pretendemos que lo oigan? ¿Cómo pretendemos que lo obedescan? Bien dice el libro de Romanos ¿Cómo pues, invocarán en aquel en el cual no han creído? ¿Cómo pues, creerán en aquel de quien no han oido? ¿Cómo oirán sin haber quién les predique? (Romanos 9:14). Muchos el día de hoy mencionan a Dios en todas sus conversaciones, le piden a Dios que les ayude en sus negocios, en sus planes, en sus metas, pero en realidad NO LO CONOCEN pues no escuchan su voz, no siguen sus leyes, no obedecen a las normas que Dios ha dado a quienes sí son su pueblo, pues no salen al desierto a adorarlo.

viernes, 27 de noviembre de 2009

La letra pequeña en los Pactos con el Señor.

Muchas personas acostumbran hacer y firmar "pactos o tratos" con los hombres, y pocas veces se preocupan por leer lo que la letra "pequeña" de esos contratos dice. Por ello, cuando se presentan ciertas circunstancias se llevan los sustos de sus vidas, y las angustias continúan o se acrecientan, pues en los pactos con los hombres lo que la letra "pequeña" dice, son generalmente, los compromisos "más grandes" a los que esa misma gente se compromete.

En los pactos con los hombres usted lee en letra "GRANDE" los beneficios, pero en la letra "pequeña" están los "peros o los contras" de esos beneficios. Le pongo un ejemplo, usted compra una membresía para un "resort", y en letra GRANDE le dice que cuando usted ya no quiera o ya no pueda seguir pagando lo puede hacer que de todas formas usted goza de ésto y de lo otro. Pero en letra "pequeña" que es la usted no lee, dice que "entonces" usted acepta ya no tener éste, aquél y el otro beneficio, pero "acepta" seguir pagando "sólo" tanto de efectivo. En otras palabras, el compromiso de ellos, si eso llegara a pasar, es "limitado al mínimo" pero el suyo sigue casi que con las mismas condiciones de pago pero con mucho menos beneficios.

En los pactos con Dios la situación es, y en mucho, diferente. Dios con letra GRANDE nos pone los "beneficios", y con letra "pequeña" los contras. Juan 3:16 dice en letra GRANDE: "PORQUE DE TAL MANERA AMO DIOS AL MUNDO, QUE DIO A SU HIJO UNIGENITO, PARA QUE TODO AQUEL QUE EN EL CREA, NO SE PIERDA MAS TENGA VIDA ETERNA", y en letra "pequeña" dice en Juan 3:18: "el que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado". El salmo 50:15 dice en letra GRANDE: "CLAMA A MI, EN EL DIA DE LA ANGUSTIA; Y YO TE RESPONDERE", y en letra "pequeña" le dice al impío: ¿qué tienes tú que hablar de mis leyes, y qué tomar mi pacto en tu boca?. Meditemos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

La diferencia entre aguas tranquilas y aguas turbulentas

Hace unos días, hacia el final del invierno en Guatemala una hola de vientos azotó las mareas de nuestras playas, especialmente las del pacífico. Tuvimos el privilegio de estar frente a esas playas y ver y escuchar el estruendo de las olas al caer, habían momentos en los cuales daba mucho temor. Especialmente en la noche se escuchaban los retumbos de las olas, y francamente, con tantas noticias de sunamis, terremotos, etc, no dejaba uno de pensar ¿Qué sucedería si...? ¿Qué hacemos con los niños si...? ¿Quién nos ayudará si...? ¿Y aquí, para dónde corremos si...? Recordamos las palabras del poeta que escribió: "Sobre el inmenso mar profundo, se levanta un dragón; sobre las creztas de las olas veo su cabeza, que su cola deja caer serpentiente sobre el lomo de su superfice ".

Hoy, apenas hace treinta días, esas mismas aguas están tranquilas, las olas bañan la playa con una suavidad tan grande, que los niños huyen delante de ellas al venir y luego las persiguen al ellas retornar. TODO ES DIFERENTE, el agua da paz, las olas no gritan amenasantes como hace unos días, no hay temor en nadie, el mismo poeta diría: "El dragón está dormido". Imaginamos la escena hace 3,500 años. Un mar totalmente en calma, un mar que había sido recorrido tantas y tantas veces y nunca, había sido peligroso para los egipcios, el Faraón envía a sus soldados muy bien armados y preparados, sobre un pueblo que iba sin carros, sin barco alguno, es más, todo lo que le acompañaba era una dudosa fe puesta en un hombre, que apenas si estaba aprendiento a tener fe su Dios, Moisés. Llegan a la orilla del mar, un mar tranquilo, un mar en donde cualquier niño egipcio había jugado huyendo de sus olas al venir, para luego correr tras ellas al retornar, un mar que no daba temor a nadie, pero que ese día, sería diferente.

Mientras a una palabra suya se abría para que pasara su pueblo, al terminar de pasar éste, se convertiría en un mar cuyas olas gritaban abrazando y acallando el mismísimo grito de quienes perseguían al pueblo amado del único Dios. No quedó uno solo de los enemigos de los judíos, escena que volveremos a ver pronto en lo físico en Medio Oriente; y escena que vemos diariamente en nuestras vidas, quienes amamos a ese mismo Dios. "En el día de la angustia, CLAMA A MI, Y YO TE RESPONDERE", y tú me horarás todos los días de tu vida" (Salmo 50:15). Pero al malo dice: "¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, y tomar mi pacto en tu boca? Esa es la difencia entre aguas tranquilas y aguas turbulentas en la vida de una persona cuyo Dios es el único Dios.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿A quién, sino Dios?

Hemos tenido muchas y largas tertulias y hasta discusiones con algunos creyentes, en cuanto al tema de la famosa "predestinación" y en cuanto a la "salvación", nuestras largas noches de tertulia han terminado en la siguiente conclusión: "Que cada uno viva según lo que cree que Dios le ha revelado, pues nunca llegaremos a convencer a nadie de nada, sino solamente el Señor?

Pero, nuestro personal modo de pensar es que "estamos en las manos de Dios, y es "EL y únicamente EL, quien decide a quien pone, a quien quita, a la quien le da". Nos explicamos: Ejemplo primero: Fue Dios quien eligió a Jacob, y no Jacob a Dios, veamos: Romanos 9:11-16 "Pues no habían aún nacido, ni hecho ni bien ni mal, para que el PROPOSITO de Dios se cumpliese conforme a la ELECCION, no por las obras sino por Aquél que es el que LLAMA". Ejemplo segundo: Fue Dios quien eligió a Pablo, no Pablo el que elegió a Dios: Hechos 9:15: "INSTRUMENTO ESCOGIDO me es es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles". Ejemplo tercero: Fue Dios quien elegió a Abraham, no Abraham quien eligió a Dios: Génesis 12:1-2 "Pero DIOS había DICHO a Abraham, APARTATE de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, y yo te bendeciré". Ejemplo cuarto: Es Dios quien hace ricos y quien hace pobres a los hombres: 1era de Samuel 2:7 "JEHOVA enriquece, y EL empobrece, El abate y El enaltece".

No dependen de nosotros las circunstancias de la vida, Dios tiene un plan perfecto para cada persona, en los caminos de la vida unos se cruzan con otros, pero ninguno se cruza con el que Dios no lo desea. Nos cuesta pensar que somos piezas en un ajedrez, pero las evidencias están a la mano. En lo personal siempre hemos pensado que poco importa si somos o no somos parte de un plan orquestado, lo que debe de haber en nuestro corazón es una TREMENDA GRATITUD y vivir conforme ese pensamiento, pues si es cierto o no, somos privilegiados de todos modos, al estar o haber sido puestos del lado de los ganadores sin haberlo merecido. Dice el libro de Romanos que NINGUNO busca a Dios, que NINGUNO se acerca a Dios, que NINGUNO es bueno delante de Dios... y sin embargo, por su misericordia podemos acercarnos confiadamente a su trono ¿Será entonces que debemos estar agradecidos o no? ¿Será entonces que debemos cuidar nuestro vivir o no? ¿Será entonces a Dios a quien nos debemos o no?

martes, 24 de noviembre de 2009

Lo que nos dice la vida de los antiguos.

Constantemente vivimos leyendo la vida de Adán, de Noé, de Abraham, de Isaac, de Jacob, de David, etc. y, ciertamente en cada ocasión que las leemos nos convencemos de la relación que tuvieron con Dios, y son, efectivamente una motivación para que nosotros sigamos sus pasos. Pero hay un poco más que eso.

En ellos nosotros vemos lecciones prácticas para nuestra vida, y vemos también el camino del bien, las consecuencias del error, lo que cuesta no obedecer, lo que significa el sí obedecer, lo que agrada a Dios, o lo que no. En Adán por ejemplo, vemos las consecuencias de la desobediencia, pues perdemos ese estado de comunicación continua con Dios; en Noé vemos las consecuencias de la obediencia, pues vemos cómo podemos salvarnos y salvar a los nuestros actuando oportunamente; en Abraham, aprendemos a desprendernos con fe y con agrado de lo material, para luego recibir muchísimo más; en David vemos cómo la humildad consigue mucho más que el orgullo y el envanecimiento. En Ezequiel vemos cómo seguir a Dios correctamente nos incluye mucha angustia, pero que todas ellas Dios nos rescata.

Todas y cada una de las historias que se nos cuentan en la Biblia acerca de los antiguos, nos enseñan algo, lo que tenemos que hacer cada día es leerla, estudiarla y pedirle a Dios que nos diga ¿Qué lección me quieres enseñar hoy en la vida de Saúl? ¿Por qué me llevaste hoy a leer acerca de la vida de Pablo? Señor, heme aquí, has lo que quieras de mí. Así como lo hiciste con los antiguos, yo sé que lo que tú tengas para mí hoy, será mejor que lo que me diste ayer.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Guárdate de no volver a mi hijo allá.

Como la mayoría de creyentes conocemos nuestro Padre Abraham, el Padre de la fe cristiana, vivía en Ur de los Caldeos en Babilonia. Fue de allí de donde Dios le dijo que se fuera, que dejara esa tierra, que dejara a su parentela, y que, se fuera de la casa de su padre. La orden era muy clara, alejárse de todo ese mundo perdido incluyendo, lastimosamente, a su padre Taré. La razón de tener que dejar a su padre Taré, era porque en alguna medida se había contaminado con la adoración de ídolos, problema del cual Dios quería sacar a Abraham (vea Josue 24:1-3). Pero vemos que Abraham se equivoca, y al salir, se lleva consigo a su padre y prueba de su error es que la escritura dice: Salieron para ir a tierra de Canaán, y a Canaán llegaron, pero, Taré no llegó pues murió antes en Harán (ver Génesis 11:31-32).

¿Cuál era la razón por la cuál murió Taré? Simplemente cuando nosotros nos movemos y no es Dios quien nos ha hablado, la palabra que le dió a otro, no se cumple en nosotros. Taré, podría haber sido siempre un estorbo para nuestro padre Abraham, llevando la costumbre de adorar ídolos a sus espaldas. Pero, el asunto central en ésta historia es cuando Abraham entiende la separación que Dios quiere de SU gente con la gente del mundo. Cuando llega el momento de elegir esposa para su hijo Isaac, le dice a su mayordomo Eliezer: "Ve a la casa de mi padre y trae mujer para mi hijo de entre mis parientes, y cuídate de no regresar a mi hijo a esa tierra" (Ver Génesis 24:1-6).

Dios no quiere que su pueblo se mescle con la gente del mundo, pues le sería estorbo en su caminata. Por ello, debemos cuidar de no permitirnos el hacer alianzas matrimoniales, de negocios o de otra índole con personas que no piensan como nosotros, que no buscan lo que nosotros buscamos, que no tienen las metas que nosotros tenemos como hijos de Dios. Lo único que vamos a provocar es "estorbos" en nuestro camino. ¿Qué va a suceder el día que un matrimonio entre creyente y no creyente, quiera "presentar" a un niño al altar o lo quieran "bautisar"? ¿Qué va a pasar cuando en una sociedad entre creyente y no creyente, uno quiera dar "mordidas" para que una mercadería salga de aduanas, y el otro no quiera? El margen de ejemplos llenaría días de éste blog y la conclusión sería la misma: CUIDATE de no volver a mi hijo allá.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Siempre que Dios nos quita algo es para darnos algo mejor.

En el momento duele, no lo podemos comprender, hacemos razonamientos, hacemos memoria para ver en dónde nos equivocamos, pensamos si fue por causa de esto o de lo otro, creemos que no lo merecíamos, que es una injusticia, ¿Cómo Dios permitió que sucediera esto?. Sí, cuando perdemos algo que nosotros consideramos muy valioso, esas son nuestras ideas o pensamientos. Pero, nunca, que Dios lo permitió para darnos algo mejor, si algún día lo entendiéramos dejaríamos de ser más materialistas y nos enfocaríamos en lo espiritual.

Abraham, vivía en la cuna de la civilización de su tiempo, el imperio del momento, la ciudad más avanzada en tecnología de su mundo, y Dios se la quita. ¡Abraham! vete de tu tierra (la cuna de la civilización y de la comodidad), de tu parentela (de lo más querido que tienes), y de la casa de tu padre (quiero que dejes la seguridad que tienes y que te arriesgues a caminar por fe en una lugar que no conoces) (Génesis 12:1-2). ¡Jacob! deja Canaán y desciende a Egipto, porque allí te guardaré saciando el hambre de toda tu gente, y yo te prometo que te regresaré a la tierra que te prometí, y entonces, te bendeciré y tu pueblo llegará a ser grande (Génesis 46:3-4).

¿Perdió usted algo? ¿Le cometieron una injustamente últimamente? ¿No recibió lo que esperaba recibir, por culpa de la maldad de otra persona?. Tenga paciencia, Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta, y lo que le prometió o lo que es suyo, le será restituido y con ganancias. ¿Dijo Dios, y no cumplirá? ¿Prometió Dios y olvidará? Jamás, jamás, jamás. Pronto, en un abrir y cerrar de ojos, Dios cambiará la situación y SU JUSTICIA será imperecedera, y entonces su llanto se convertirá en gozo. Dios nunca permite que un su hijo pierda algo, si no es porque le tiene mucho más. Jesús perdió al pueblo de Israel y recibió a cambio el mundo y un remanente de Israel.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Hay secretos que ni a sus discípulos.

La escritura nos narra constantemente que los discípulos resolvían sus incógnitas haciéndole preguntas directas a Jesús, nos enseña la escritura que Jesús se las respondía todas. Es claro también, que no siempre sus respuestas eran directas y ellos se quedaban en ocasiones más aturdidos que entendidos.

Vemos en Mateo 24, en Marcos 13 y Lucas 21, cómo los discípulos le preguntan acerca de la destrucción del Templo, de la destrucción de la ciudad y del fin del mundo. Las respuestas del Señor no fueron en el orden de las preguntas, y es por ello, que los discípulos y muchos de nosotros aún hoy en día no entendemos sus planes. Otra situación o momento en el que vemos que los discípulos preguntan, y en el cuál, ni siquiera reciben una leve idea de los planes de Dios, es en el momento de la ascención del Señor, allí le preguntan: ¿Señor, cuándo restaurarás el reino de Israel? más la respuesta del Señor es clara: "No os toca a vosotros conocer esas razones".

Vemos con claridad pues, que hay razones que Dios permite que conozcamos y otras en las cuales EL se reserva el derecho de Rey. Quizás por ello es que nos oculta ciertas situaciones en nuestra vida, como el día de nuestra muerte, como el por qué perdimos aquella herencia, como el por qué se nos murió alguien, como el por qué nos sucedió lo que nos sucedió, etc. Es potestad de Dios permitir al hombre conocer ciertos eventos y ocultar otros, pero lo que nos corresponde a nosotros como hijos es aceptar su santa voluntad, y con eso le estaremos agradando grándemente.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Dos veces... porque es importante.

Nosotros cuando hablamos o damos una orden y queremos que algo se haga como nosotros deseamos, o estamos seguros que algo es importante lo hacememos saber a otros recalcaldo la orden: ¡Pero fijate bien pues! ¡Por favor, que no se te olvide poner esto o aquello allí! ¡No me lo vayas a dejar pendiente! etc. Para Dios, cuando algo es importante no hace ese tipo de exclamaciones, simplemente lo repite dos o tres veces y el entendido sabe qué es lo que Dios desea que haga.

Vemos cómo a Abraham le ofrece la tierra en donde está parado y hasta donde sus ojos alcanzan a ver y que su descendencia será incontable (Génesis 15:5-8), y más adelante le hace la misma promesa a su nieto Jacob (Génesis 32:9 y 12). Dios le dice a Moisés cómo hacer el Tabernáculo dos veces (Exodo 26 y 27 y en Exodo 36); Dios da los mandamientos y los repite también dos veces (Exodo 20 y Deuteronomio 5); Dios nos ofrece un Redentor y lo repite en casi todos los profetas mayores y menores. ¿Por qué? Porque lo que es importante para Dios, simplemente se lo repite al hombre.

Dios hablaba directa y personalmente con los antiguos, incluso con los que no eran sus muy amados, vemos cómo le habla al Tío Labán para "prevenirlo" de que no le fuera a hablar "descomedidamente" a Jacob, su amado (vea Génesis 31:29). Pero hoy, nos habla por sueños, por otras personas, por medio de un sentimiento profundo en el corazón, o por su escritura, por ello es tan importante la relación diaria y continua con EL. Así, cuando creemos o sentimos que debemos hacer algo, cuando creemos o sentimos que tenemos que ir a algún lugar, cuando creemos o sentimos que debemos hablar con alguien o de algo, debemos esperar una confirmación de parte de Dios. De lo contrario estaremos actuando con lo que consideramos nosostros "el brazo de la carne, nuestro yo" en lugar de utilizar el "brazo del espíritu, que es la voluntad perfecta de Dios".

jueves, 19 de noviembre de 2009

El nombre tenía un significado.

En la antiguedad en general, no solamente en el pueblo judío, se tenía la creencia que el "nombre implicaba el carácter de la persona", por ello era muy importante para los padres cómo llamar a sus proles. Para nosotros hoy en día, y especialmente aquí en occidente, el nombre simplemente es la herencia o la recordación de un padre, un tío muy querido, el abuelo o cualquier otro descendiente. Pero en la antiguedad no era así.

El nombre tenía un significado muy especial e implicaba, según ellos, lo que se podía esperar de la persona. Vemos cómo Adän, inició declarando que Eva sería llamada "Ishah" porque según él era "varona", pues él siendo "varón" se llamaba "Ish" (Génesis 2:23) y estaba muy consciente que de él había salido. Luego, le puso por nombre "Eva" que significa "madre de todos los vivientes" (Génesis 3:20)... como efectivamente lo fue. Abrahám le llamó "Isaac" a su hijo pues Sara se rió, cuando Dios le ofreció que iba a quedar esperando a los 90 años. "Jacob" significaba "suplantador" y eso fue lo que hizo cuando "suplantó" a su hermano Esaú para que su padre lo bendijera con la primogenitura. Esaú fue llamado después "Edom" que significa "rojo" pues cambió su primogenitura por una porción de "lentejas rojas".

Nuestro nombre pues, aparentemente implica lo que somos, el carácter que tenemos, y quizás hasta implique lo que Dios espera de nosotros. Bíblicamente se puede comprobar que los nombres de las personas los inclinaron a ser lo que fueron y ha hacer lo que hicieron. Hoy sabemos que es el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios quien nos guía, quien nos orienta, quien nos enseña, quien nos habla. Pero, repetimos, bíblicamente hay testimonios de lo que el nombre significaba para una persona. Por ello darle nombre a una persona lo consideraban tan importante. Meditemos.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

No es por una religión... es por una relación con EL.

Actualemente existe el concepto de que si una persona no asiste a una congregación entonces está mal o anda mal. Se tiene el concepto de que usted tiene que estar congregado en algún lugar para poder dar cartas credenciales de que usted sí es cristiano, y además, si es ujier, maestro de biblia o líder, entonces es un buen cristiano.

De todos los patriarcas ninguno asistió a una congregación, y fue de ellos, que Dios hizo el pueblo que hoy conocemos como el pueblo del Señor; cuando Crito vino a morar como hombre sobre ésta tierra, no vino a meter más gente a las sinagogas, más bien vino a sacarlas de allí. Vea Juan capítulo 10 los primeros seis versos y verá claramente que cuando Cristo seleccionó a los suyos El entró a lo que llamaban congregación, los llama por nombre, Y LOS SACA para que le sigan porque conocen su voz. Y termina diciendo el verso 6: "Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía". Ahora lo entendemos, Cristo no llenó las sinagogas ni las llenará de nuevo, Cristo no llenó templos ni los llenará de nuevo. Una prueba de ello es que cuando venga la persecusión todos esos llamados templos quedarán vacíos.

A Nicodemo, a la Samaritana, a José de Arimatea, a sus discípulos, a todos los israelitas que lo querían seguir, Cristo les enseñó que es en ESPIRITU que se le adora, no es con religiones, ni con ritos, ni con reglamentos, ni con velas, ni con imágenes... es en ESPIRITU. Y cuando nos aconsejan que no debemos dejar de congregarnos o reunirnos, es porque debemos caminar con los que conocen a Cristo, con los que creen en Cristo y con los que practican a Cristo, simple y llanamente. Cristo predicaba al aire libre, en planzas, y en la playa; y sus discípulos iban al templo solamente para orar, pero las reuniones de la iglesia primitiva nacieron en las casas no en lujosos templos, y en los tiempos del fin que se avecinan será exactamente igual. La salvación de nuestras almas no la obtendremos por una religión sino por una relación con Dios.

martes, 17 de noviembre de 2009

Uno de los milagros más grandes de nuestra era.

Milagros han habido, hay y habrán mientras el hombre esté sobre la faz de la tierra, pero así como ayer vimos los milagros de fertilidad en Sara, Rebeca y Raquel, que fueran las raíces del pueblo de Dios. Hoy mencionaremos que uno de los milagros más grandes que la humanidad verá en los últimos tiempos es la fertilidad en la "verdadera Iglesia de Jesucristo", que por cierto no es la que hoy creemos ver.

Hablándo metafóricamente de la iglesia le dijo Dios a Israel como nación: "Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz, levanta canción y da voces de júbilo; LA QUE NUNCA ESTUVO DE PARTO, porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová" (Isaías 54:1). Dios sabía, como creador y constructor del mundo, del hombre, de su pueblo y de la iglesia, que serían muchos los llamados pero poco los escogidos. Que los hijos del mal serían muchísimos más que los hijos del bien. Que para los hijos del mal todo sería mucho más fácil que para los hijos del bien. Y, es más, que los hijos del mal se infiltrarían en la congregación de los hijos del bien (vea 1era. de Juan 2:18).

Dios sabía que ancho es el camino a la perdición y que angosto el que nos lleva a EL. Que debido a la facilidad que nos brinda el mal para vivir y para actuar, el camino de la salvación y la santificación sería tan difícil como que una estéril de a luz. Ayer vimos que en el Antiguo Testamento Dios hizo varios milagros de fertilidad en las mujeres estériles de su pueblo, hoy podemos decir que en el Nuevo Testamento solamente se mencionan dos: Isabel la madre de Juan el Bautista (Lucas 1:7): y Sión o sea la iglesia de Jesucristo (Gálatas 4:27) y siempre en relación a Isaías 54:1. La verdadera Iglesia de Jesucristo está por salir de esa esterilidad en la que el hombre la ha metido, y pronto, muy pronto el Señor mismo vendrá a dejarla limpia, pura, sin mancha y sin arruga.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Y te bendeciré...

Esta es una expresión que todas las personas queremos escuchar para sí mismas cuando estamos en los caminos del Señor. No sabemos en qué porcentaje, pero lo que sí sabemos es que es un número muy reducido de creyentes los que conocen la palabra original y su significado real. En el hebreo original la palabra que Dios utiliza para "bendecir o bendición" es "Barak", y la utiliza cuando quiere congraciarse con alguien en especial.

Si el porcentaje de creyentes que sabe que "Barak" es o significa "bendición", estamos seguros que menos aún son los que saben que esa expresión la utilizó Dios para congraciarse con Abraham, con Isaac y con Jacob, nada más y nada menos que los Padres del Pueblo de Dios. Y ¿Cómo fue que se congració con ellos? Pues "bendiciéndolos" con hacer fértiles a sus mujeres pues las tres eran estériles. Vea Génesis 11:30 y verá que Sara era estéril; vea Génesis 25:31 y verá que Rebeca era estéril; y finalmente vea Génesis 29:31 y verá que Raquél era estéril. Y Jehová dijo: ¡Te bendeciré! y las tres fueron, en su momento, fértiles. Otro dato que muy pocos creyentes conocen es el hecho de que dentro del pueblo de Dios, la esterilidad era una maldición y la fertilidad una bendición, por el hecho de que creían ciégamente en las profecías y sabían que de una virgen judía, vendría el Mesías. En otras palabras, si usted era estéril Dios la había maldecido pues la había descartado de ser el vientre bendito que traería a Su Hijo. Esa es otra de las razones por las cuales las familias judías eran tan numerosas, pues mientras más hijos tuvieran, más alto era el porcentaje de que el Hijo de Dios naciera en esa familia.

Jesús mismo sabía ese concepto, por ello maldijo la higuera cuando vió que no daba fruto. Hoy, sabemos que el Hijo de Dios ya nació, sin embargo, el hecho de ser fértiles sigue siendo una bendición, bendición que debemos agradecer pues, aún y cuando, el Hijo de Dios ya no nacerá de entre nuestra descendencia, sigue siendo un privilegio y un regalo de Dios el abrazar a un hijo. Los que tenemos el privilegio de tener hijos, también tenemos la obligación de guiárlos en los caminos del Señor, obligación que no tiene la estéril. Esa, es quizás la segunda responsabilidad más grande de un creyente, la primera es cuidar su salvación.

domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Qué clase de cristianos somos?

La idea general que muchos creyentes en Cristo tenemos hoy en día, es por el hecho de que los líderes nos enseñan que "haciéndo una confesión de fé, ya somos salvos". La gente que llega a la mayoría de congregaciones el día de hoy, piensa, yo conozco a Jesús, yo creo en Jesús, yo confieso a Jesús, entonces el cielo ya es mío. MENTIRA. Satanás hace lo mismo y no va a estar en los cielos. Todo lo anterior es el preámbulo para entrar al cielo, pues el siguiente paso es VIVIR A JESUS Y VIVIR EN JESUS, si nosotros no hacemos eso, seremos de aquellos que llorarán y crujirán los dientes cuando Jesús declare en el Juicio Final o el día de nuestra muerte: "Apartaos de mí, hacedores de maldad pues NO OS CONOZCO" por mucho que hayamos hecho en SU nombre (vea Mateo 7:21 en adelante).

Ayer, aprovechando el descanso del día sábado nos pusimos la tarea de leer el libro "La Visión", escrito por David Wilkerson en abril de 1973. Es un corto libro de 143 páginas, pero son 143 páginas de pura espiritualidad (si usted desea leerlo, está en internet y lo puede bajar con sólo poner en google "la vision o david wilkerson", y tiene letra super leíble o sea grande). En éste libro el pastor Wilkerson narra cómo en 1973 tuvo, mientras oraba, una visión del futuro y casi en cada página nos da una profecía que desde ese año para acá, los que hemos seguido los acontecimientos mundiales, podemos dar crédito que se han y se están cumpliendo.

En dicho libro nos impresionó lo que declaró en la página 65 y que transcribimos literalmente. "Hoy en día, hay muchos cristianos, éstos cristianos aman a Dios realmente, pero aman más aún sus placeres, éstos no se han entregado a ningún pecado en particular, pero se han "acomodado" muy bien a las películas picarescas, a las fiestas muy concurridas, a las reuniones sociales, y a saborear el vino. Viven tan liberalmente su vida cristiana, que han cambiado drásticamente sin darse cuenta en lo que se han convertido". Cuando lo leímos, pensamos que lo había escrito la semana pasada y no hace 36 años. Meditemos.

sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Por qué fueron destruidas Sodoma y Gomorra?

Bueno, iniciemos diciendo que el relato bíblico nos informa que no solamente Sodoma y Gomorra fueron destruidas, también lo fueron Zoar, Adma y Zeboím, todas las cuales eran llamadas "las cinco ciudades de la llanura" (Génesis 14:2-66). Lo que ha acontecido es que Sodoma y Gomorra eran las más famosas de las cinco, y las que más conocemos porque el relato bíblico nos habla de que allí moró Lot el sobrino de Abraham.

Volviendo al tema, el asunto es que éstas ciudades fueron destruidas porque allí se iniciaron a cometer pecados muy graves que en otros lugares no se cometían. Según el relato bíblico (ver Génesis 19:4-10), en esas ciudades inició el homosexualismo y el lesbianismo, situación que fuera confirmada en el Nuevo Testamento (ver Romanos 1:24-28). Relatando el mismo pasaje de Génesis 14 el historiador moderno Mortimer J. Cohen en su traducción del Antiguo Testamento al español nos lo narra de la siguiente manera: "Antes que se fueran a acostar, todos los habitantes de Sodoma, mozos y ancianos sin excepción, rodearon la casa de Lot y trataron de mancillarlos (léase violar a los ángeles)". Y en la introducción del capítulo nos dice lo siguiente: "Nuestros sabios atribuyeron la impiedad de éstos pueblos a su avidez para hacer riqueza", "Senderos en la Biblia" por Mortimer J, Cohen.

Es curioso que cuando ésta historia nos es contada nos narra que las ciudades fueron destruidas con fuego y azufre, los mismos elementos con los cuales será destruida la tierra en el tiempo del fin. Los ecologístas nos han querido meter en la cabeza que el mundo de hoy será destruido con agua, pero eso es una MENTIRA tan alta como las olas que dicen que habrá. Dios prometió que jamás volvería a permitir eso en la tierra, luego del Diluvio, por ello el pacto que hizo con Noé lo selló con el Arco Iris (ver Génesis 9:11-13). El mundo que conocemos hoy, ciertamente será destruido en su totalidad, pero por fuego y azufre (ver Isaías 66:16 y confirmado en Apocalipsis 20:9). En todos los juicios que se escuchan departe de Dios, constantemente se mencionan las abominaciones entre ellas los pecados sexuales especialmente el homosexualismo y el lesbianismo. La sociedad y los derechos (que más bien son desechos, pues protegen más al delincuente que al justo) humanos, nos quieren vender la idea que esos pecados son enfermedades y que debemos ser consecuentes, pero Dios nos dice lo contrario. Y, camino a lo que vamos, cada día más naciones autorizando los derechos de los homosexuales y de las lesbianas, nos acercamos más a una destrucción como la de Sodoma y Gomorra.

viernes, 13 de noviembre de 2009

¿En dónde está el refugio del justo?

Estamos viviendo un mundo y una realidad más dura y más violenta cada día, si uno pone por un momento sus ojos en las noticias, el ánimo es capaz de caerse al suelo totalmente, todas o casi todas son notas rojas de muertes, asesinatos, asaltos, robos, secuestros, economía inestables, nuevos impuestos, etc.

Uno llega a preguntarse ¿Cómo es posible que luchando por vivir descentemente y en orden, tengamos que vivir con temor, escondiéndonos, viviendo a la espectativa de quién nos sigue, quién nos vigila, o quién se pone a nuestro lado, o de cómo haremos para estirar los billetitos que nos llegan? Hace apenas unos años ésto no era así. Los niños jugábamos en las calles sin mayor temor que lastimarnos en una caída, cuidándonos solamente de no anteponernos a un vehículo que pasara por la calle, íbamos y veníamos a pie al colegio, etc. Hoy, eso sería un atentado a la vida y la seguridad de la persona y la familia entera en caso de un secuestro por rápido que éste sea. ¿Entonces, en dónde hay un refugio seguro para el creyente, para el hombre de bien?

Dice la escritura que en Dios. El Salmo 11 nos lo explica de ésta manera: "¿Cómo podremos escapar? si los malos tienden su arco en nuestra contra; disponen sus saetas sobre la cuerda, para asaetear a los justos en oculto; cuando los fundamentos son destruidos por los impíos ¿Qué ha de hacer el justo? Jehová está en su santo templo, sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres; Jehová prueba al justo. Pero, al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. Sobre los malos hará llover calamidades, fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos... el hombre justo mirará su rostro". Respuesta concreta: El refugio del justo está en la presencia y en los brazos de Dios.

jueves, 12 de noviembre de 2009

¿Cómo sabemos que estamos ante un justo?

La escritura nos habla constantemente de justos e impíos, nosotros consideramos generalmente impío a aquél que nos hace algún daño, pero, lastimosamente todos hacemos daño consciente o inconscientemente, lo que nos daría como resultado que todos somos impíos. Ciertamente la misma escritura nos dice que no hay NADIE bueno sobre la faz de la tierra entre los humanos, pero también es verdad que cuando llegamos a los pies de Cristo, somos transformados.

Como compartimos hace unos días el hecho de llegar a los pies de Cristo no nos hace "perfectos" inmediatamente, tan sólo nos inicia en ese camino, "salvos inmediatamente sí somos", pero la perfección y la santidad no se alcanza espontáneamente, esas virtudes hay conquistarlas. Ahora bien,¿Cómo reconocemos a las personas que están verdaderamente luchando por alcanzarlas, y es más, cómo sabemos que nosotros mismos vamos en ese camino? La misma escritura nos da lineamientos que, si luchamos por seguirlos, algún día nos darán el resultado óptimo. Mientras tanto, vemos cómo otros van delante nuestro mostrándonos que SI es posible. Veamos el Proverbio del día de hoy (o sea el número 12), lo que nos dice acerca de los que van en ese camino de la justicia. Verso 2: "Los buenos alcanzarán el favor de Dios"; el verso 3: "La raíz de los justos no será removida"; verso 5: "Los pensamientos de los justos son rectitud"; verso 6: "La boca de los rectos los librará"; verso 7: "La casa de los rectos permanecerá firme"; verso 11: "La raíz de los justos dará fruto"; verso 9: "El justo saldrá de la tribulación"; verso 21. "Ninguna adversidad le acontecerá al justo"; y, el verso 26: "El justo sirve de guía a su prójimo".

Si nosotros encontramos personas en el camino del Señor que cumplan con algunos o todos esos requisitos, estaremos frente a una persona que ama a Dios y que desea llegar a esa perfección y a esa santidad que El nos ofreciera. Es más, si nosotros estamos luchando en alguna de esas áreas, es un buen síntoma de que queremos alcanzar esas metas. Tan simple como eso es el evangelio de jesucristo: Toma tu cruz y sígueme, no hay otro evangelio que salve, solamente el evangelio de Jesús, su cruz y su justicia.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Dad gracias en todo.

La iglesia de Tesalónica se había conformado por personas de toda índole judíos convertidos, griegos devotos, mujeres de la nobleza, y muchos otros gentiles, quienes habían vivido todos en el paganismo, en otras palabras sin conocer al Dios verdadero sino a un Dios por cada necesidad. Más tarde Pablo envió a Timoteo a esa iglesia a ministrar y es cuando recibe un triste reporte del estado de ánimo de la congregación.

Algunos estaban desconsolados porque sus parientes habían muerto, y ellos pensaban que el Reino de Dios y su justicia los haría vivir por muchos años aquí en la tierra; otros, estaban viviendo sin trabajar porque la prédica de Pablo había sido que el Señor pronto venía, nunca entendieron que Pablo se refería precisamente a que la vida del hombre sobre la faz de la tierra es corta. Luego, otros, más vivos aún, estaban viviendo desordenamente pues ya eran Hijos de Dios y podían hacer lo que les viniera en gana. Y también los había que querían regresar a sus costumbre paganas de adorar y poner incienso a los ídolos, pues por hacer eso nadie los perseguía ni atacaba en cambio por seguir el evangelio sí.

Es entonces cuando Pablo decide escribirles la primera carta o epístola en la cual luego de explicar todas y cada una de sus ideas erradas a las ovejas, cuando se despide en el último capítulo les dice: "Oren constantemente" (verso 17), haciéndoles ver que esa es la solución a toda duda, a todo temor, a toda incógnita. Y luego les aconseja: "En todo debemos estar agradecidos con Dios" (verso 18). Y antes les había dicho: "Estad siempre gozosos" (verso 16). Sí, si oramos y estamos continuamente en comunicación con Dios, vamos a estar agradecidos por todo lo que nos sucede y estaremos gozosos constantemente.

martes, 10 de noviembre de 2009

Por un plato de lentejas.

Nuestra bisabuela Sofía quien naciera allá por los años de 1880 y que muriera casi cien años después, cuando eramos pequeños nos contaba muchas anécdotas y nos daba constantemente consejos y dicharachos que nos han servido más de una vez en la vida. Recordamos cuando les decía a nuestras hermanas y primas que, muchas mujeres se equivocaban con querer conquistar a un hombre con el cuerpo o con el mal vestir, cuando a un hombre se le conquistaba sin excepción alguna por medio del vientre, o sea, de una buena comida.

No sabemos a ésta altura si era solamente experiencia o si lo sacó de las escrituras, pero el hecho es que nuestra bella bisabuela tenía toda la razón. En las escrituras vemos cómo un hombre conquista lo que desea por medio de una buena comida. Nuestra historia está en Génesis 25, en donde podemos leer la aventura a la que se lanzó Jacob al cambiar por un plato de lentejas bien cocinadas, una anhelada primogenitura a la cuál Esaú no le tenía el aprecio y el valor debidos. Tarde se dió cuenta Esaú de su errar, pero nada pudo hacer para poderla cambiar. A la luz de cuatro o cinco mil años nos cuesta aceptar la idea de que por un plato de placer, un hombre haya cambiado prácticamente el ser la raíz de un reino, pero sucedió, aún sucede, y lo que es peor, a nosotros mismos.

¿Cuántas veces Dios desea estar con nosotros? Y nosotros preferimos ir a jugar al campo, ver televisión, quedarnos dormidos, estar otro tiempo con los nietos, ir a tomar café con una amiga o amigo, o seguir chateando en internet, etc. En otras palabras, nosotros también estamos continuamente cambiando la presencia de Dios por un plato de lentejas. No podemos criticar a Esaú, si hoy nosotros, hacemos lo mismo. Tenemos que ser como Jacob, estar deseosos de la primogenitura para poder obtenerla. Cada vez que sentimos el llamado del Señor y vamos, la obtenemos; cada vez que sentimos el llamado a estar a solas con El y no vamos, lo cambiamos por un plato de lentejas. Meditemos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¿Cómo sabemos que alguien nació de nuevo?

"De cierto de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de los cielos". Palabras que Jesús le dijere ni más ni menos que a un "maestro de la palabra en Israel", el fariseo Nicodemo, vea Juan 3:1:19. En donde vemos varias lecciones interesantes.

La primera, en la vida espiritual vamos a encontrar personas y aún maestros y líderes que no saben ni dónde están parados, que ya sea por ignorancia o por conveniencia, estarán enseñando lo que conviene a sus necesidades materiales pero no lo que conviene a los interéses espirituales de las ovejas (verso 10). Segundo, solamente cuando se tiene un encuentro personal con Dios, entiéndase con Jesucristo, se puede llegar a nacer de nuevo espiritualmente hablando, (versos 14-16). Tercero, solamente cuando se cree en ese Salvador, se nace de nuevo (versos 16-18). Cuarto y final y no por ello menos importante, de ese encuentro en adelante, la persona en cuestión "practica la verdad" y viene a la luz, y así es manifiesto que sus obras son hechas por Dios (verso 21). En otras y simples palabras, la persona tiene o sufre un cambio interno que lo lleva a cambiar externamente sus obras, su qué hacer, y hasta sus metas.

Hasta los apóstoles nacieron de nuevo cuando Cristo les preguntó: ¿Y ustedes, de quién dicen que soy Hijo?(ver mateo 16:15-16). Y, desde que Cristo los eligió en Mateo 10 cerca del año 26 de nuestra era hasta cuando terminaron su carrera cerca de los años 95 o 100, ellos fueron "otros" varones. Sus frutos dieron testimonio de que ellos sí nacieron de nuevo, que Pedro hasta negó al Señor, es cierto. Que Juan y Jacobo eran iracúndos, es cierto. Que Pablo también era de carácter fuerte, es cierto, pero en términos generales sus frutos fueron otros, su forma de vida cambió radicalmente, "practicaban y luego predicaban" no como los fariseos y religiosos de todas las épocas, que predican pero no practican, palabras de Jesús en mateo 23.

domingo, 8 de noviembre de 2009

No por qué, sino porque somos soldados de Cristo.

Algunas personas lectoras de éste blog nos cuestionan del ¿Por qué tiene que sufrir el cristiano? ¿Por qué tantas batallas? ¿Por qué pareciera que la caminata es una constante de ir hacia arriba y en camino empedrado? ¿Por qué detrás de una batalla viene la otra? La respuesta es simple. ¡Somos soldados del ejército de Cristo!

Pablo nos explica en 2da. de Timoteo 2:2 que: "Somos soldados del ejército de Cristo y que por eso, es que sufrimos penalidades". Ahora bien, la pregunta es: ¿Conoce usted un soldado de alguna nación poderosa, que se prepare por gusto? La historia nos es testiga que cada soldado de cada ejército de cada nación poderosa o imperio, ha peleado más de una vez en su vida, y muchos, han peleado toda su vida, y es más, muchísimos han dejado su vida en el campo de batalla. Entonces, ¿Cómo hemos de pertenecer al ejército más grande, más glorioso y más exitoso que la historia humana haya de contar por siempre, y no vivir en batallas sean éstas materiales o espirituales?

El evangelio de Jesucristo nos dice: "Toma tu cruz y sígueme", no estaba hablando jesucristo, repetimos pues ya lo hemos predicado antes, de una cruz de madera física, nos habla de batallar contra el licor el borracho, contra las drogas el adicto, contra la carne el lascivo, contra la burla el escarnecedor, contra el robo el ladrón, contra el placer los adúlteros, contra las malas palabras los maldicientes, contra el carácter los iracundos, etc. Eso y nada más que eso es el evangelio de Jesucristo. Luchar por agradarlo a EL y no por agradarnos a nosotros. La cuestión al final no viene a ser ¿Señor por qué batallamos?, sino más bien, batallamos porque somos del ejército de Jesucristo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿Quién es adúltera de la cual se habla en las Escrituras?

Quizás debiéramos empezar por decir qué significa "adulterio" en el idioma de la Biblia, pues no es lo mismo que para nosotros. Según las costumbres judías una mujer era prometida a un varón un día tal, a partir de ese día y durante un año, ella era la futura esposa pero tenía que cuidarse ya como esposa, lo que significaba que si ella o él, tenían relaciones sexuales con otro ú otra, eran adúlteros, por ello usted ve en Mateo capítulo 1, cómo se narra la historia de José y María, y por qué José trató de dejarla antes del matrimonio. Dicha história o anécdota la confirman los fariseos 30 años después cuando le dicen a Jesús. "Nosotros no somos hijos de pecado o fornicación" (Juan 8:41).

Jesucristo en la escritura es asemejado a un esposo que viene al mundo a buscar una esposa limpia, sin tacha, sin arruga y vestida de blanco (Efesios 5:26-27). Ahora bien, la pregunta es ¿A quién podemos llegar a tildar de ser una adúltera? ¿Qué pasa si la mamá de la esposa, se vende por dinero? ¿Qué pasa si la hermana de la esposa se entrega por placer a otros amores? ¿Qué pasa si la tía de la esposa se vende por conveniencias personales? ¿Podemos llamar adúltera o rostituta a la esposa por culpa de sus parientas? NO Y SIMPLEMENTE NO. Solamente podemos tratar de adúltera o ramera a la esposa, sí y sólo sí, ésta se va con otros por dinero, por conveniencias o por placer. En otras palabras la UNICA que puede ser tiltada de prostituta por el esposo... es la esposa. Y todos sabemos que la esposa de Cristo es la iglesia. Y si usted cree que esto es una herejía, busque en la escritura lo siguiente:"Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios, PORQUE ES TIEMPO DE QUE EL JUICIO DE DIOS COMIENCE POR LA CASA DE DIOS, y si primero comienza por nosotros, ¿Cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? (1era. de Pedro 4:17).

Como podemos ver, Dios (Jesucristo) NO les va a exijir a aquellos que no son su esposa que sean fieles, un varón solamente espera fidelidad de su esposa, lo que hagan su suegra, su cuñada, su hermana, su tía no le incumbe al esposo ni lo deja avergonzado delante de los demás. ¿Entendemos ahora que la gran adúltera no será ajena a Dios? ¿Entendemos que NO ES UNA HEREJIA, descubrir en la escritura que la iglesia que busca placeres, que busca dinero y que busca otros amores, es la Gran Prostituta delante de Dios?. Meditemos

viernes, 6 de noviembre de 2009

Lo que no sabemos por no estudiar.

Generalmente los cristianos venimos de religiones en donde las reuniones de la congregación son cada ocho días, y son reuniones en donde quien dirige el servicio es el único que habla, no hay oportunidad de preguntar y si quedan dudas pues con el tiempo y la gracia de Dios se resolverán. Luego, entramos a otra congregación en donde el que dirige el servicio se supone que viene con la palabra de Dios en la boca, y otra vez, solamente él habla y nadie puede preguntar, y por si fuera poco está el agravante de que si usted cuestiona o contradice, usted es una oveja rebelde, y recibe expresiones tales como: La puerta está abierta hermano, si no se siente cómodo o siente que su tiempo aquí ya terminó mejor es que se marche.

Si vemos las reuniones que Jesús hacía y vemos las reuniones de la iglesia primitiva, en otras palabras, si vemos cómo fueron fundados los servicios por Jesús y vemos cómo los realizaban en la iglesia primitiva, veremos con penoso asombro que NO eran como los actuales. En el libro de Hechos de los Apóstoles en el capítulo 2 y verso 42 se nos explica claramente a qué o cómo se reunían los primeros cristianos: "a perseverar en la doctrina de los apóstoles; en la comunión unos con otros; en el partimiento del pan; y en las oraciones". Como vemos, no se reunían a cantar hora y media coros repetidos con la finalidad de hacer tiempo a que todos llegaran, no se reunían a escuchar a nadie en particular, era una común unión para preguntas y respuestas y así aprender todos; se reunían para comer; y se reunían para orar por las necesidades de unos y de otros, y estamos seguros que aunque la escritura no lo dice, se reunían para orar por los inconversos.

Lo que ha sucedido al venir muchos de nosotros los cristianos de otras religiones, es que nos hemos ACOMODADO a quedarnos con lo que nos dicen los líderes, o con lo que oímos el día del servicio y ya, suficiente. Pues hemos de recalcar que NO es suficiente. Un día estaba predicando Pablo el hombre que nos escribiera casi todo el Nuevo Testamento y tubo que felicitar a los de Berea, pues no le creyeron lo que predicó "sino hasta que" lo comprobaron en las escrituras (Hechos 17:11)... eso es impresionante... ese es un ejemplo que debemos seguir. No porque alguien dice que viene en el nombre del Señor, tiene que venir en el nombre del Señor. Jesús dijo para los últimos tiempos (los cuales hasta la saciedad hemos dicho que creemos estar por tanta evidencia)"MIRAD QUE NADIE OS ENGAÑE". Mateo 24:4. Hay mucho de Dios que no sabemos porque no estudiamos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Antes de la caída viene la altivez de espíritu.

Lo escribimos y comentamos hace unos meses, en mil novecientos sesenta y seis el mundo fue testigo de tres acontecimientos impresionantes de orgullo (si usted no lo cree lo puede buscar en internet,o, en archivos periodísticos de su nación). Un grupo musical formado por cuatro jóvenes peludos del viejo continente; un cantante de rock, considerado el mejor de todos los tiempos; y, un boxeador al cual todos vimos cómo llegó a la gloria gracias a la mafia que en esos días movía dicho deporte, dijeron públicamente que eran más famosos que Jesucristo.

A los pocos meses el grupo musical se desintengró, e incluso asesinaron sin razón aparente a uno de sus integrantes; once años después el cantante de rock murió bajo efecto de las drogas, luego de que su carrera venía en una debacle anunciada; y aquél boxeador que volaba como mariposa, hoy vive brincando y moviéndose como mariposa debido a la enfermedad que padece (un verso que lamentablemente no pudimos encontrar dice: "Dios no comparte su gloria con NADIE). Ayer, gracias a la magia de la televisión, el mundo volvió a ser testigo de la sobervia y el orgullo humano. Un lanzador de grandes ligas fue entrevistado acerca de cómo se sentía al tener que actuar en un escenario con 50,000 personas que le eran adversas, su respuesta fue: "Por todo lo que YO he logrado en mi carrera, es el escenario que YO merezco", no hace falta decir que su verguenza llegó al máximo cuando tuvo que salir con la cabeza baja derrotado y abucheado, quizás en una de las batalla más importanes en su vida, o quizás hasta pudieramos decir la última. "Jehová lo decretó, para envilecer la sobervia de toda gloria, y para abatir a todos los ilustres de la tierra" dice Isaías 23:9.

El punto es que la gloria que el hombre puede llegar a tener, tiene que venir de Dios, y, el hombre, debe saber llevarla. Proverbios 16:18 dice: "Antes del quebrantamiento, viene la sobervia; y antes de la caída, viene la altivez de espíritu". Lo hemos predicado y lo seguiremos predicando porque estamos convencidos de ello, somos lo que somos y estamos en donde estamos, por la misericordia de Dios... no por nuestros méritos. Meditemos.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Como la luz de la aurora.

Hace unos días escribimos acerca de quiénes irán al cielo y quiénes no, vimos en palabras del mismo Señor Jesucristo, a quienes Dios considera SU pueblo y a quienes considera como sus ENEMIGOS. Vimos también el hecho de que, aún y cuando, Dios nos considera salvos desde el momento mismo en que hacemos una confesión real, sincera, pura, y de corazón de la aceptación del sacrificio de su Hijo como suficiente pago por el perdón de nuestros pecados, aún así, repetimos, seguimos cometiendo pecados.

Pues bien, ciertamente, somos salvos inmediatamente que confesamos a Cristo como nuestro suficiente salvador, pero apenas inicia una batalla personal por llegar a una santidad mayor cada día. El ladrón de la cruz fue salvo inmediatamente que reconoció la inocencia y el valor de la muerte en la cruz de Cristo y por ello se lo confesó, y algún día, cuando Dios nos permita entrar al reino de los cielos que nos prometió, le veremos. Pero no le veremos precisamente en el altar de su trono sino muy lejos de él. Esto lo podemos probar porque el mismo Señor Jesucristo dijo: "Que el reino de los cielos hay gentes grandes y gentes pequeñas en lo espiritual" (vea mateo 5.19; Mateo 11:11). Y, aún Pablo que estuvo en lo más alto de los cielos (2da. Corintios 12:2)), nos hizo ver que desde ya en la tierra hay santos grandes y santos pequeños espiritualmente (Efesios 3:8).

Ahora bien, la forma en que nos vamos haciendo grandes es luchando contra los deseos de nuestra carne, el verdadero evangelio de Jesucristo es llevar la cruz, que no significa precisamente hacernos una cruz de madera y ponernola a memechez, lo que significa es LUCHAR POR SEGUIR A UN DIOS QUE NOS DICE QUÉ ES LO QUE TENEMOS QUE HACER, Y NO SEGUIR A UN DIOS AL CUAL NOSOTROS LE DECIMOS QUÉ ES LO QUE QUEREMOS QUE HAGA POR O PARA NOSOTROS. Y en la medida que nos vamos sometiendo a EL, entonces nuestra lámpara o nuestra luz va creciendo como la luz de la aurora, vamos madurando como creyentes y vamos haciéndonos grandes entre los santos, al menos ese es el pensamiento en Proverbios 4:18.

martes, 3 de noviembre de 2009

Honra a Jehová con tus bienes.

No hay sobre la faz de la tierra quién no quiera tener un poco de prosperidad, y los hay que hacen cualquier locura por tener más que un poco de ella. Dios es lo que desea para su gente, durante el transcurso de toda la Escritura vemos constantemente el deseo de Dios de querer bendecir a cualquier ser humano, siempre y cuando cumpla algunos requisitos.

En Proverbios vemos algunos de esos requisitos, por ejemplo en el capítulo 3 y verso 9 leemos. "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos, y serán llenados tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto". Este verso nos indica no solamente que Dios desea bendecirnos, sino que El desea que lo que tengamos lo compartamos con el necesitado. Que lo que nos da lo gocemos, pero que no nos olvidemos de seguir con El. Conocimos el caso de un cristiano muy entregado... hasta qué... Dios lo prosperó. Al principio ya no iba a la iglesia los domingos porque, si Dios le había dado una casa en la playa era para que la gozara. Luego ya no fue entre semana porque si Dios le había dado una finca era para que la cuidara y administrara bien. Luego, ya no hacía su devocional diario porque si Dios le permitió llegar a viceministro de agricultura, tenía que cumplir con sus deberes para dar buen testimonio. Dios le dió lo que pidió, pero él dejó de honrar a Dios con y por sus bienes. No necesitamos decir la condición actual de ese hombre.

Constantemente en la Escritura se nos señala que lo que Dios nos da es para compartir. Si nosotoros nos enteramos que alguien está en penas económicas, que alguien está sin medicinas, que alguien no tiene qué comer, con qué vestirse, o dónde vivir... simplemente NO ES UNA CASUALIDAD, ni es para que digamos !ay pobre¡ Es simplemente para que compartamos un pan, un dólar, un vestido, o quizás hasta un rincón de nuestra casa con ellos. Santiago 2:14-20 nos lo dice claramente, y es más, lo que nos indica lo señala con una sentencia: "Juicio sin misericordia se hará con aquél que no hiciere misericordia..." verso 13. Si tenemos NO ES PARA AMONTONOR SINO PARA COMPARTIR. Eso es honrar a Dios con nuestros bienes.

lunes, 2 de noviembre de 2009

¿Sabios o insensatos?

Toda la vida del hombre está expuesta a los resultados de las decisiones que toma, ciertamente hay ocasiones en las cuales las situaciones le llegan al hombre como de rebote, situaciones que no dependieron de sí mismo, pero la gran mayoría de veces es la propia voluntad del hombre que lo lleva a determinados fines.

Por ejemplo, en el libro de Deuteronomio (capítulo 28 completo) Dios le dice al pueblo de Israel qué es lo que tiene que hacer para que le vaya bien y sea prosperado, y también si hace lo contrario cómo no será bendecido. Vemos cómo, constantemente, especialmente en el libro de los jueces, el pueblo de Dios comete un círculo de hechos que lo están contínuamente llevando del abandono de Dios por malas decisiones al pecado, de éste al arrepentimiento y de éste al perdón. Vemos también cómo, años después por cometer de propia voluntad el mismo pecado, el pueblo es llevado cautivo a Babilonia por 70 años. Sin embargo, la misericordia de Dios siempre estuvo y está disponible para ayudar a aquellos que le buscan.

En el caso de nosotros los gentiles que hemos llegado a ser hijos adoptados por Dios (ver Efesios 1:5)el caso no es distinto. Las decisiones que tomamos son responsabilidad nuestra, y no podemos ir por la vida, cometiendo errores, tomando decisiones en base a suposiciones, tomando decisiones a conveniencia propia, y luego, cuando fallan tener el descaro de echarle a otros la culpa. De hacer tratar de sentir a otros culpables por lo que nosotros hicimos, dijimos o decidimos. Si alguien es justo ese es Dios, y si alguien le paga a cada quien lo que merece, también ese es Dios. Meditemos. El libro de Proverbios nos hace ver la diferencia entre una persona sabia y una insensata, vea el capítulo 1 y versos 1-8 al menos. Busquemos la sabiduría y no andaremos culpando a otros por nuestros errores.

domingo, 1 de noviembre de 2009

¿Quienes entran al reino de los cielos y quienes no?

"Cristo es el Hijo de Dios" que al hacerse hombre se llamó "Jesús el Hijo del hombre", conoce al Padre más y mejor que nadie. Al ser el enviado de Dios desde el reino de los cielos para explicar al hombre común y corriente cómo ha de salvarse, se supone que es la máxima representación de los cielos sobre la tierra. Pues bien, Jesús, el Cristo, dijo lo siguiente: "NADIE subió al cielo sino el que descendió del cielo" (Juan 3:13); "Yo soy el camino, la verdad y la vida, NADIE va al Padre sino es por mí" (Juan 14:6).

Y, en Juan 3:16 al 19 dice textualmente: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna, pues no lo envió Dios a condenar al mundo sino a salvarlo, el que en EL cree, NO ES CONDENADO; pero el que no cree, YA HA SIDO condenado, pues ésta es la condenación, que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz". En otras palabras, la situación es muy sencilla, Dios envió a su único Hijo a salvar al mundo por medio de la cruz, si usted CREE en él, es salvo; pero si por el contrario NO cree en él, ya está condenado. Por la razón que está teniendo fe en Dios o le está diciendo mentiroso, el sacrificio de tu Hijo no es suficiente para perdonar mis pecados.

Ahora bien ¿Desde el momento en que "acepto" el sacrificio de Cristo en la cruz, soy salvo? Sí. ¿Desde el momento en que acepto el sacrificio de Cristo en la cruz dejo de pecar? NO. Pero un nuevo espíritu, no el espíritu de la carne sino el Espíritu de Dios, ya nos redarguye y lo que sucede es que ahora cuando pecamos, somos movidos al arrepentimiento, entonces iniciamos una batalla personal con la ayuda del Espíritu Santo para que vayamos avanzando poco a poco. El castigo del pecado es quitado inmediatamente, pero la batalla por dejarlo apenas inicia. Eso es lo que da testimonio a los demás de que sí hay una esperanza de cambio en la persona que se entrega a Cristo, que ya no quiere y ya no desea seguir siendo el mismo.