domingo, 28 de febrero de 2010

Y vino palabra de Jehová, diciendo:

Con cuánta ligereza escuchamos hoy decir a cualquier creyente: "El Señor me dijo" y resulta que lo que "El Señor dijo"... simplemente no se cumplió. ¿Quién falló, el profeta o la palabra de Dios? El mentiroso es el que se dice profeta. ¿Cómo distinguimos si lo que el profeta dice que Dios le dijo, es cierto? Muy simple, SOLAMENTE si se cumple. En otras palabras, cuando el profeta es de Dios lo que dice en el nombre de Dios, simplemente, se cumple.

En la vida de Elías, el profeta, lo vemos claramente. Elías dice que "Vino palabra de Dios a mí" y me dijo: "Por tu palabra no caerá lluvia en Israel por tres años y medio" (1era. Reyes 17:1), y ¿Qué sucedió? Después de una palabra de Elías, durante tres años y medio no llovió en la tierra de Israel. Luego, la palabra de Dios le dijo a Elías: "Ve al arroyo de Querit que los cuervos te van a alimentar", y ¿Qué sucedió? Elías fue al arroyo de Querit a esconderse y los cuervos le llevaban pan y carne cada mañana (1era. Reyes 17:5). Más adelante, la palabra de Dios le dijo a Elías: "Ve a Sarepta, que allí una viuda te va a alimentar", y ¿Qué sucedió?, que Elías va a Sarepta y una viuda lo alimenta. Al principio la viuda le hace ver que solamente tiene una comida más para ella y su hijo, y que no puede compartirla, pero luego que Elías le explica: Jehová Dios de Israel ha dicho así, ésta toma confianza y le comparte su pan, y esa palabra se cumple.

En resumen, no todo el que dice que viene en el nombre de Dios, viene en el nombre de Dios. Estamos viviendo tiempos tan duros, tan violentos, que aún dentro de la casa de Dios habrá gente corrupta, gente que se cree muy lista, gente que creerá engañar a Dios y a los hombres diciendo que viene en el nombre de EL. Dijo Jesús de ellos: "Profetizarán en mi nombre; y en mi nombre echarán fuera demonios; y en mi nombre hasta harán milagros, sin embargo, YO LES DECLARARE: NUNCA os conocí, apartáos de mí, hacedores de maldad" (Mateo 7:21-23). Tengamos cuidado entonces.

sábado, 27 de febrero de 2010

Pesado es mi yugo, pero ligera mi carga.

El mensaje de Jesucristo NUNCA FUE COMPLACIENTE. Imagínese usted que está sentado en lo que usted considera SU sinagoga (hoy SU iglesia), y llega un perfecto desconocido, alguien que nunca estudió en el instituto bíblico de su localidad; alguien que nunca caminó con los líderes conocidos de la época; alguien que no viene respaldado sino simplemente por otro desconocido, y que dicho desconocido encima se viste como si fuera un Tarzán moderno, con pieles de camello y un cinturón de cuero "curtidos en el desierto" que sabe Dios a qué olían (Mateo 3:4).

Pues dicho desconocido entra a SU lugar espiritual y en lugar de decir: Dios les bendiga hermanos, no da ni siquiera los buenos días o las buenas tardes sino les dice: "Generación de víboras"... "Hipócritas"... Vea usted el pasaje de cuando Juan el Bautista está bautizando, los pobres líderes religiosos judíos ni siquiera abrieron la boca para decir o preguntar nada, solamente se acercaron a ver cómo bautisaba Juan y éste se les queda viendo y les dice: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseño a huir de la ira venidera? (Mateo 3:7). ¿Cómo se sentiría usted de que alguien le dijera esas palabras a su líder tan querido, sólo por asomarse a ver qué está pasando en el río?

¿Cómo se sentiría usted, si el primo de éste Tarzán llega a su sinagoga y dice las mismas palabras? Y como si fuera poco se los repite 7 veces a sus líderes (vea Mateo 23:13,14,15,16,23,25,27 y 29). Y por si no se habían dado por aludidos les dice: ¡Ciegos e incensatos! en el verso 17. Si hoy, alguien predicara bajo esas circunstancias, seguro que con lo sensibles que somos... no juntamos ni doce seguidores como los que andaban con Jesús. Seguir a Jesús NO ES FÁCIL... EL lo hace fácil que es otra situación. Por algo el repetía constantemente: "Porque pesado es mi YUGO, pero LIGERA mi carga" (Mateo 11:30). ANIMO.

viernes, 26 de febrero de 2010

Por cuanto lo hiciste a uno de mis hermanos más pequeños...

Desde que Pan y Palabra nació hace 29 años, el lema de quienes hemos trabajado en ésta empresa del Señor ha sido: Dar... no pedir. Lo que se ha recibido es porque el Señor lo ha puesto en el corazón de las personas, y ha sido, NO PARA CONSUMIR SINO PARA REPARTIR (EL sabe que esto es 100% verdad gracias también a su misericordia).

Todas nuestras fuerzas han estado concentradas en luchar por ayudar a quienes lo necesitan, personas de muy limitados recursos, muy limitadas educaciones, y precarias condiciones. Lo que hemos repartido en ninguna manera ha saciado las necesidades de quienes han recibido, pero al menos, los hemos ayudado a tener ALGO que comer mientras mejores días llegaron. Damos TODA la gloria a Dios porque así ha sido, y le agradecemos haber sido el medio que EL haya querido utilizar. Consideramos que es un principio bíblico el DAR antes que el PEDIR. Jesús mismo cuando venga en gloria, nos dice la Palabra en Mateo 25, que va a repartir los galardones y va a emitir las condenas por lo que hayamos dado o dejado de dar.

Mateo 25:40 dice: "Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mi lo hicisteis". ¿De qué está hablando Jesús? Pues ni más ni menos que de: Dar de comer al hambriento; darle agua al sediento; ayudar al extranjero; cubrir al desnudo; visitar al enfermo; y visitar a los presos (versos 35 y 36). Los galardones que el Señor nos dará serán más grandes de lo que imaginamos, pero no ayudamos por eso, sino ayudamos por agradar a nuestro Dios. Además, el refrán que nos enseñara la bisabuela, aún está vigente... "el mundo da muchas vueltas, hoy hagámoslo por tí, que a lo mejor mañana me toca a mí".

jueves, 25 de febrero de 2010

¿Cuánto vale nuestra gratitud?

¿Cuál es el motivo por el cuál seguimos a Jesús? En muchas reuniones hemos discutido éste punto, y la conclusión a la que hemos llegado en grupo es casi unánime: "Seguimos a Jesús para que nos de una solución a nuestras necesidades", nos acercamos a Jesús porque nuestra esperanza, "irónicamente" después de estar agotados por usar inútilmente todas nuestras fuerzas y esfuerzos en solucionar nuestros problemas, es haber si EL si puede.

No debemos sentirnos mal por ello, primero porque el mismo Jesús lo sabía y lo proclamaba: "No he venido a los sanos sino a los enfermos" (Mateo 9:12) (Es cierto que en un sentido espiritual se refería a la salvación, pero materialmente también es verdadero). Luego, porque casi todos hacían lo mismo en su tiempo, vemos que una mujer enferma de flujo de sangre se le acerca, para que la sane. Que un centurión le pide que sane a su empleado. Que un hombre le pide que sane a su hija de doce años. Que Marta y María quieren que les resucite a un hermano Lázaro. En pocas y cortas palabras... todos o casi todos se le acercaron a Jesús por interés, que es lo que casi todos nosotros hemos hecho en ésta época. Pero, y allí es donde viene la diferencia. Diez leprosos se le acercan para pedir sanación, nueve se van contentos con su milagro, uno, se queda atrapado por el amor de Jesús.

Ese es el camino que toman los que algún día estaremos con EL para siempre. ¿Y cómo inició el camino el leproso... regresando a dar las gracias. Cuando estudiamos en el Instituto Bíblico un gran maestro de la Palabra nos enseño algo que consideramos un principio básico de la salvación: "La gratitud tal vez no nos mete al cielo, pero la falta de ella... seguro nos manda al infierno". El leproso regresó a dar las gracias y se cautivó con Jesús. Esto es lo que nos sucederá a todos aquellos que no olvidemos a Jesús luego de recibir nuestro milagro. Amén.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Mi Dios, pues, os suplirá todo lo que os falta.

Cada mañana que el hombre se despierta y se levanta para ir al trabajo, no lo hace sólo por mecánica práctica, sino lo hace por un afán, por un ideal, por una meta fija que ya había establecido años atrás. Todo ser humano tiene ilusiones a las que aspira y por las que lucha, por ello trabaja, pero dependiendo el grado de fuerza de esa su lucha así será lo que logre, salvo, circunstancias ajenas a su buena voluntad y esfuerzo.

Dios fue quien puso esa semilla en el hombre pero también le puso límites, si esos límites se traspasan, quien lo haga estará en serios problemas. Quizás logre la meta deseada, o quizás la logre antes que cualquier otro, pero sus resultados no serán los mismos. Pablo, cuando se dirigía a los Filipenses les dijo en 4:19: "Mi Dios, pues, os suplirá TODO lo que os falta conforme sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Pablo estaba rodeado de gente como nosotros, gente que todos los días se levantaba a trabajar para tener un techo para su familia; una mesa con alimentos suficientes para que esa familia viviera decentemente; y trabajo que le proporcionara a todos una vida tranquila. Eso, no era malo ni lo es.

Lo malo es cuando uno NO se conforma "con lo que Dios suple"; lo malo es cuando uno "cree" que merece vivir mejor; lo malo es cuando uno "quiere" vivir en opulencia con el menor o el mismo esfuerzo que los demás. Nótese que la palabra dice: Mi Dios, pues, suplirá TODO LO QUE OS FALTA, no dice lo todo lo que OS GUSTA, o, todo lo QUE QUERÉIS, o, todo lo que DESEAIS, pues eso, es muy diferente. Todos "necesitamos" un vehículo, pero no necesariamente un Merces Benz; todos "necesitamos" un trabajo, pero no ser gerentes o propietarios; todos necesitamos descansar, pero no "necesariamente" hipotecarnos para ir a Costa de Marfíl. Mi Dios, pues, suplirá según sus riquezas en gloria... pero según su santa voluntad.

martes, 23 de febrero de 2010

Recompensas.

En el antiguo oeste era muy común encontrar en las oficinas de los alguaciles rótulos que decían: SE BUSCA, $ 1,000 dólares de recompensa, y abajo la foto de un hombre buscado por la justicia. Mientras más grave era el delito que se había cometido, más alta era la recompensa que se daba por la cabeza de ese criminal. Habían también hombres llamados "caza recompensas", eran hombres valientes y esforzados que buscaban, encontraban, y atrapaban a esos maleantes. Ya fuera que lo llevaran vivo o muerto, éstos hombres se ganaban la recompensa.

Dios en su reino también ha establecido recompensas. Dependiendo la forma de vida de un creyente así será la recompensa que Dios tiene para él. En 1era de Corintios 3:16 nos dice la Palabra de Dios: "La obra de cada uno será manifiesta, porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno el fuego la probará, y si permaneciere la obra que uno edificó, recibirá recompensa". Y en otra escritura dice: "Lo que ojo no vio, y oído no escuchó, ni ha subido a corazón humano, es lo que Dios tiene preparado para los que le aman" (1era. Corintios 2:9). Dios es un ser cuya justicia sobrepasa la de cualquier humano. Y sabe reconocer el esfuerzo de una persona. Les ofreció a los patriarcas y a los discípulos que serán columnas en el templo en el final de los tiempos, y se los va a cumplir. A nosotros nos ofrece recompensas por nuestro esfuerzo, y tenemos que tener la seguridad de que nos va a cumpli.

En otro pasaje de la escritura dice: "Si vosotros siendo MALOS, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro padre no os dará lo bueno?. Podemos y debemos estar conscientes y tranquilos que Dios no va a dejar nuestras buenas obras en el olvido, y que según sea la obra que efectuemos así será nuestra recompensa.

lunes, 22 de febrero de 2010

Si alguno no os recibiere...

Desde el inicio de su ministerio Jesús cubrió cada situación posible en la que sabía iban a estar sus discípulos cuando El partiera. En una ocasión les hizo ver que primero habían de ir a las ovejas perdidas de la casa de Israel, y luego, a los demás, pero, les advirtió lo que habían de hacer con la reacción de las personas.

Les dijo: "Al entrar a una casa, saludadla, y si la casa fuere "digna" vuestra paz vendrá sobre ella; mas si la casa no fuere "digna", vuestra paz se volverá con vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, "salid" de aquella casa o ciudad, y "sacudid" el polvo de vuestros pies, pero os digo que en el día del juicio, sera MAS TOLERABLE el castigo para la tierra de Sodoma y Gomorra, que para aquella ciudad" (Mateo 10:12-15). En nuestra caminata nos encontraremos nosotros también con personas que NO QUIEREN OIR NUESTRAS PALABRAS, esto porque no quieren dejar su vida antigua, actitud necesaria para poder seguir a Cristo. Abirtamente nos pedirán que no les hablemos de ello, o en su defecto, nos cambiarán el tema cuando hablemos según ellos de "religión".

Jesús nos dejó dicho prácticamente. "No insistan", simplemente limpien el polvo de sus pies y sigan su camino, ustedes irán con la paz que ellos no recibieron, pero para ellos, y he aquí algo tremendo: Su castigo será MAS duro que el de Sodoma y Gomorra en el día del juicio. Pero ¿Y no que Sodoma y Gomorra ya fueron destruidos en un juicio? Destruidos sí, pero castigados no. Eso, nos debe dar temor, mucho temor. Hemos visto durante nuestra vida muchas personas malvadas morir, pero eso no quiere decir que ya fueron castigadas, eso aún está por venir...

domingo, 21 de febrero de 2010

Intereses ocultos.

Todo hombre o mujer tienen una profesión o un oficio, en el caso personal por no haber terminado una carrena nos hemos movido en el ambiente de las ventas en los últimos 40 años. Durante ese tiempo hemos tenido la oportunidad de ver un poco de todo.

Hemos visto salir de la pobreza a muchos, hemos visto también hacer grandes esfuerzos a otros pero sin resultados positivos. Pero de lo que más abunda nuestra bolsa de anécdotas, es de personas que con motivos ocultos han engañado a otros, y sin darse cuenta se han engañado así mismos, quedándose al final, con las manos vacías . Uno de los pecados que Dios más castiga en los hombres, según nuestra experiencia, es el engaño que oculta una persona en su corazón y que disfraza del otro con bondades. Cuando el evangelio se iniciaba a expander los discípulos Pedro y Juan fueron de Jerusalén a Samaria para predicarlo, allí en la ciudad encontraron a un tal Simón que ganaba dinero engañando a la gente, y cuando éste vió que cuando los discípulos imponían las manos a la gente, ésta recibía el Espíritu Santo, tuvo la genial idea de tener un "mejor estilo de vida". Así, les ofrece dinero a los discípulos para que le den "el don" y él también pueda "ayudarles" en su labor evangelística. Pero el verdadero motivo de Simón "estaba oculto", y Dios se los hace saber a Pedro y a Juan. El resultado es la siguiente sentencia: Tu dinero perezca contigo, pues los dones de Dios no se obtienen por dinero" (Hechos 8:20). Y Simón se quedó con la manos vacías.

Nunca, nunca, nunca, alguien que con fines ocultos busque algo lo va a obtener por designos divinos. Podemos tratar de engañar a los hombres, pero las decisiones que tomemos para hacer tal situación son conocidas de Dios siempre, y tarde o temprano la vida nos pasará la factura de nuestro error. Toda acción tiene una reacción, todo lo que hacemos tiene un efecto y causa una consecuencia. Midamos bien nuestros pasos pues, no sea que nuestros deseos perezcan con nosotros y nos quedemos con las manos vacías por culpa de nuestros interéses ocultos.

sábado, 20 de febrero de 2010

El error de Roboam.

Como vimos hace unos días, Salomón lastimó el corazón de Dios y Dios le dice que dividirá su reino. Le indica que por amor a su padre David, esa división no será en su tiempo sino luego, cuando él muera. Así, inmediatamente que muere Salomón la profecía se cumple, una parte del reino se va con Roboam.

Muerto el tercer rey, la historia para israel cambia para siempre. El reino no será unido más, sino hasta la segunda venida del Mesías. Las doce tribus nunca volverán a estar juntas, sino hasta que nuestro Señor venga en gloria. Pero, mientras tanto, apenas el inicio de esa tragedia es un yugo. El primer indicio es que Salomón a diferencia de su padre David, sabiendo que va a morir, NO INSTRUYE A SUS HIJOS. He allí el primer gran problema. Mientras que Salomón subió al trono aconsejado por su padre, Roboam lo hace a ciegas. ¿Cuál es su primer impulso? Pedir consejo, pero lamentablemente no lo sigue de los ancianos sino de los jóvenes como él, que no tienen experiencia. Resultado más yugo para el pueblo.

Varias son las lecciones que éstos pasajes de la vida de Israel nos dejan, acaso el primero será: "Instruye al niño en su camino, así cuando sea viejo no se apartará de él", no solamente es un proverbio bíblico sino una realidad. Eduquemos a nuestros hijos, instruyámoslos en el camino del bien. Que nuestra experiencia de viejos no muera con nosotros, que donde nosotros terminemos sea el incio de nuestros hijos. Segundo, cuando necesitemos un consejo NO LO BUSQUEMOS ENTRE LOS QUE NO TIENEN LA RESPUESTA, busquemos entre los que ya han vivido situaciones como la que estamos viviendo. Tercero, como hemos visto en anteriores ocasiones cada victoria nos trae una pena o un dolor, busquemos que esa pena o ese dolor sean mínimos al tomar nuestras decisiones. Y el último pero no por ello menos importante, que las personas que nos aconsejen sean gentes que mantienen una comunicación constante con el Señor, pues EL es la única fuente de conocimiento. De lo contrario tomaremos decisiones bajo la sombra del error de Roboam.

viernes, 19 de febrero de 2010

La mentira luce mientras la verdad no reluce.

El reloj estaba por marcar las 12 del medio día (dice la escritura que era como la hora sexta, el día para los judíos iniciaba a las 6 de la mañana); Jesús tenía sed pues había caminado desde Judea hasta Samaria aunque su destino era arriba en Galilea. Pero, no pasaba por "casualidad" ya que en la vida de los creyentes "nada" pasa por casualidad sino por "causalidad" que es diferente. Pues esto significa que Dios tiene siempre un "propósito" en todo lo que hace.

Pero bien, Jesús no se apresura a sacar agua sino espera algo o a alguien, en éste caso a una mujer. Situación ya extraña, pues en esos tiempos y especialmente en esas regiones las mujeres eran venidas a menos ¿Cómo entonces? Jesús iba a charlar con una, que además era Samaritana, pueblo no bien visto entre los mismos judíos porque en el tiempo de Nehemías no habían querido colaborar con la reconstrucción del templo y la ciudad. Pero allí estaba Jesús con o por una "causalidad". La conversación inicia materialmente pero Jesús sabe transformar la situación a algo espiritual: ¡Dame de beber! ... ¡Ve, y llama a tu marido! La mujer "miente" y dice: No tengo marido. La respuesta de Jesús es capaz de destruir a la persona más dura, más cínica, o más mentirosa... ¡Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido (Juan capítulo 4).

Nuestra bisabuela Sofía decía: "Mis hijos, la mentira luce mientras la verdad no reluce". En verdad durante 60 años hemos comprobado que cuando la verdad entra por la puerta, la mentira sale por la ventana (ese proverbio también era de la bisabuela). Nadie puede engañar a todos todo el tiempo. Podemos hacer las de Hitler y repetir una mentira hasta que algún incauto crea que es verdad, pero tarde o temprano, lo que va a prevalecer es la verdad. La escritura dice: No hay nada oculto que no haya de ser manifiesto (Mateo 10:26). Vivamos pues de y con la verdad... no sea que un día lo que tanto hemos hecho entrar por la puerta salga por la ventana.

jueves, 18 de febrero de 2010

No todo el que me dice Señor, Señor entrará en el reino de los cielos.

Hoy, cualquiera pero literalmente cualquiera, dice vivir o venir en el nombre del Señor. Usted mira a todo el mundo hablando en el nombre del Señor. Mire la televisión y vea cómo toman prisionero a un político después de haber hecho fechoría y media, y sus palabras son: Yo sé que mi Dios me hará justicia. Vea a un ladroncito de barrio entre las rejas y lo escuchará decir: Yo no fuí, y yo sé que mi Señor me hará justicia. Todos claman a su Señor cuando están en angustia pero eso no implica que sean o que vengan en el nombre del Señor.

Otros más no están en angustia pero igual inventan "El Señor me dijo". El Señor me dijo: Que existe el "rock" cristiano, imagínese usted a Pedro a Jacobo y a Juan, con pelo largo, aretes, pantalones rotos en la rodilla y tocando una guitarra eléctrica como locos. "El Señor me dijo: Que pusieramos mantas para anunciar la próxima campaña de sanación, imagínese usted a felipe, a Judas Tadeo y a Tomás buscando la mejor ezquina de la ciudad para poner la manta, o buscando el sitio más estratégico de la prensa para poner un anuncio que dijera: Campaña de sanación con el Gran Apostol Jesús: Venga por su milagro. Etc.

Entonces ¿Cómo entendemos y podemos estar seguros de quiénes están o de quienes sí vienen en el nombre del Señor? Muy sencillo, Jesús "lo dijo y lo hizo" de ésta forma: "No todo el que me dice Señor, Señor, entrará al reino de los cielos, sino EL QUE HACE LA VOLUNTAD DE MI PADRE QUE ESTA EN LOS CIELOS" (Mateo 7:21). Y ¿Cuál es la voluntad del Padre de Jesús? TODO AQUEL que "oyendo" las palabras de Dios las "hace" y NO SE LO CUENTA A NADIE. Leamos con detenimiento los versos 7:24 al 8:4 y veremos un patrón de conducta de los que verdaderamente vienen en nombre del Señor del cielo... ve ¡y no se lo digas a nadie!. Fue un patrón en la vida de Jesús NO DECIRSELO A NADIE, sino solamente hacerlo. Antes había dicho: Mas NO sepa tu izquierda lo que hace tu mano derecha (Mateo 6:3).

miércoles, 17 de febrero de 2010

Buscad primeramente el reino de Dios.

Ciertamente que el hombre se levanta hoy en día pensando: que ya se me hizo tarde, que los niños no se levantan, que el tráfico, que el colegio, que la oficina, que dejar la ropa en la tintorería, etc. Afán, tras afán, tras afán. Olvidando, ya sea por el afán, por el poco tiempo disponible por tanto que hacer, por el cansancio, etc. que Dios nos pide que primeramente busquemos estar con EL un tiempo a solas.

Cuando Jesús en el Sermón del Monte nos dejara los lineamientos a seguir para un recto vivir, vemos que EL hizo una pequeña diferencia entre los que le buscan cada día y los que no lo hacen. Dijo: "No os afanéis pensando qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos porque ESO es lo que hacen los gentiles" (Mateo 6:31-32). Y luego afirmó: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y TODO lo demás será os será añadido" (Mateo 6:33). Es difícil imaginar que por ir por un camino se llega a otro, pero con el Señor así funcionan todos los elementos. Por eso es que EL nos da un "medida" de fe a cada uno, y dependiendo de esa "medida" de fe es que reaccionamos y vivimos. Nos dice el libro de Romanos 12:6 que todos recibimos una "medida de fe", utilizando la palabra griega "analogía" que significa "proporción de fe".

Por ello ahora entendemos por qué dos personas reaccionan diferente ante la misma situación, simplemente porque la medida, o, la proporción de fe de uno es diferente que la de otro. Ahora también podremos entender por qué los discípulos le dijeron a Jesús: Señor, AUMENTANOS la fe (Lucas 17:5). En resumen la lección de nos deja todo esto es: que si Dios es lo primero en nuestros corazones ¿Cómo no seremos nosotros los primeros en su corazón?

martes, 16 de febrero de 2010

Por amor a tu padre.

El reinado de Salomón fue un tiempo precioso cual no ha habido en Israel, y quizás hasta prodíamos afirmar que el tiempo de mayor esplendidez de una nación fue ese tiempo en Israel. Salomón unificó las doce tribus; contruyó un palacio como ninguno ha habido en la historia de ninguna nación; edificó la famosa Cámara de Justicia; mandó edificar un palacio similar a ésta Cámara para la hija de faraón, y mandó construir una flota de barcos a orillas del Mar Rojo.

Lamentablemente, la debilidad de Salomón eran las mujeres, y debido a esa debilidad tomó esposas de cuanto pueblo y nación pudo, dice la escritura que tenía setecientas esposas de estirpe real, y trescientas concubinas, todas, de diferentes creencias. Esto lo llevó a apartarse de Dios, condición que tanto su padre David como Dios mismo le habían dicho que no hiciera, pues si lo hacía el poder y la protección de Dios se apartarían de Israel. Ahora bien, el punto que queremos enfocar hoy aquí son las palabras de sentencia de Dios para con Salomón: "Por cuanto ha habido esto en tí, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo. Sin embargo, no lo haré en tus días (mientras tú vivas) POR AMOR A TU PADRE, sino lo romperé de la mano de tu hijo" (1era. Reyes 11:11-12).

¡Qué amor tan grande hubo entre David y Dios! Para que aún muerto David, Dios se acordara de él y lo honrara en esa forma. ¡Qué lejos vivimos nosotros de esa clase de vida, como para que Dios se exprese así de nosotros delante de un hijo nuestro! Hoy es un día de reflexión, hoy podemos iniciar a cambiar esa vida, nunca es tarde para iniciar algo, además, tenemos que tener fe en que Dios es capaz de REDEMIRNOS EL TIEMPO PERDIDO. Meditemos.

lunes, 15 de febrero de 2010

No había nada en el Arca... solamente las tablas de la Ley.

Difícilmente encontraremos en el mundo algún mueble o equipo que sea tan valioso, tan codiciado, y tan buscado como la famosa "Arca del Pacto de Moisés". Por siglos se ha discutido su paradero, luego de que durante el éxodo y la conquista fuera tan importante para el Pueblo de Dios. Desde que Moisés recibe la orden de construirla en el desierto hasta la última mención en Jeremías (3:16 si no nos equivocamos), NUNCA más se ha oído de ella. Especulaciones muchas, pero realidades y pruebas ninguna.

El hecho que nos ocupa hoy es el de que cuando se construyó llevaba dentro, según cuenta la tradición: Las Tablas de la Ley, la vara de Aarón y un poco de maná del desierto. Pero, la escritura es clara en explicarnos que, cuando el Templo que Salomón le construyó a Dios fue dedicado, en ella: SOLAMENTE HABIA DENTRO LAS DOS TABLAS DE LA LEY, QUE MOISES HABÍA RECIBIDO EN EL MONTE HOREB (1era. Reyes 8:9). ¿Qué lección nos deja todo esto? Bueno, en el Nuevo Testamento Pablo nos hace ver que el Templo del señor, AHORA, son nuestros cuerpos (1era. Corintios 3:16). Si tratamos de deducir que lo más importante en el cuerpo humano es el corazón, órgano sin el cual no viviríamos, entonces hemos de suponer que el Arca es eso, nuestro corazón. Y que en él, el único elemento que debiera existir es: Su Ley.

Cuando en la profecía del final de los tiempos (en los cuales creemos feacientemente estamos viviendo), El Señor cuestiona a las siete iglesias, a la primera de ellas, Efeso, le reclama: " Tengo contra tí, que has dejado tu primer amor". ¿A qué amor se refiere? Pues a aquél amor que nos enganchó con EL, cuando estando en la agonía de la pena, de la limitación, de la enfermedad, de la muerte, de la desesperación... el asomó su bello rostro, extendió su mano, y nos dijo: "Hijo mío, ven. En el día de la angustia clamaste a mí, y yo te respondí; pero tú me honrarás todos los días de tu vida"... Y nosotros dejamos de hacerlo. Reflexionemos, que aún hay tiempo: "Buscad a Dios mientras pueda ser hallado; llamadle en tanto está cercano" nos dijo Isaías en 55:6. Lo que quiere decir que llegarán días en que se le buscará pero será tarde, pues ya no estará. Hoy es el día de arrepentimiento, hoy es el día de buscarle, hoy es acaso el día en que al fín le encontraremos, y si eso sucede: NUNCA MAS SEREMOS LOS MISMOS Y SU LEY ESTARA EN NUESTROS CORAZONES.

domingo, 14 de febrero de 2010

Cuando os lo digan... No salgáis ni creáis.

La vida que estamos llevando en éstos días, ha llegado a ser casi insoportable por uno o por otro motivo. Platicábamos uno de éstos días con un amigo de hace muchos años, y nos admirábamos de la situación actual del mundo y del hombre en sí. El nos decía: "Cuando eramos pequeños había ley, había orden, había un poco de más justicia. Hace apenas unos cuántos años morían en las calles los asesinos, los ladrones, los malechores, ahora los que mueren casi siempre son los que vivimos descentemente, aún y cuando no salgamos de nuestras casas, pues estamos desprotegidos ante la maldad humana".

Así, todos aquellos que tenemos un poco de conocimiento de Dios, y de su anhelada promesa de la venida gloriosa de su Hijo, pidimos a gritos que venga pronto. Pero tenemos que tener cuidado. Jesús, consciente de las cisrcunstancias que iban a rodear su venida nos dejó dicho: "Cuando os digan: Está en el desierto... no salgáis ni creáis" (Mateo 24:26). Meditando uno de éstos días en éste pasaje nos decíamos a nosotros mismos: ¿Cómo podemos confundirnos o creer tal situación, si primero, no en todas las naciones hay "desierto", y aún que lo hubiera, quién predica en un desierto? Como decimos, investigando un poquito encontramos que la palabra utilizada por Jesús en éstos pasajes para "desierto", tanto en Hebreo (midbar) como en Griego (eremos), entre sus signigficados están los siguientes: Tierra inhabitada, persona que está desprovista de la desprotección del conocimiento, de las amistades y de parientes. Esto, nos aclaró el panorama.

Jesús no estaba hablando de un "desierto físico", estaba advirtiéndonos de un "desierto espiritual". Nos explicamos, cuando una persona NO tiene a Cristo en su corazón es como tierra deshabitada, Cristo mismo dijo: "Dejad que los MUERTOS entierren a sus MUERTOS". Y, cuando una persona no tiene a Cristo en su corazón es una persona desprovista totalmente de amigos sinceros; desprovista totalmente de conocimiento sano, quizás es un profesional muy exitoso pero con un éxito vacío; y es como que no tuviera parientes o familiares, pues los familiares en la carne no representan el mismo significado que los familiares en el espíritu. Cuidémonos pues, no porque lo digamos nosotros, sino porque lo dijo Cristo: "Mirad que nadie os engañe porque vendrán MUCHOS en mi nombre, diciendo YO SOY EL CRISTO, y harán hasta harán milagros y prodigios... pero son falsos" (Mateo 24:5).

sábado, 13 de febrero de 2010

¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

Estas palabras no solamente suenan fuertes... son fuertes. Y aunque cuando las oímos o las leémos, entendemos que fueron palabras que Jesús le dijo a Pedro, son palabras que diariamente nos podrían ser aplicadas a nosotros también.

Cuando uno lee los evangelios mira con cierta incertidumbre ¿Cómo es posible que los discípulos no hubieran aprendido las lecciones tan claras que les dió Jesús, habiendo convivido con EL tres años y medio? Uno no se explica cómo, habiendo visto tranquilizarse las tormentas delante de sus ojos, todavía dudaban si Jesús realmente era quien decía ser. Uno se pregunta ¿Cómo, habiendo visto muerto a Lázaro por varios días, y luego salir del sepulcro caminando por sus propios medios, todavía no creyeron en su resurrección los discípulos que iban a Emaús? ¿Cómo, viendo que luego de pasar toda una noche sin pescar, Jesús les dice, echad la red, y ésta habiéndose llenado de peces, EL no podía llenarlos de poder para predicar?

Bueno, pues no solamente los discípulos pecaron de incrédulos, nosotros también lo hacemos. ¿Quién nos quitó aquella gran carga que llevábamos durante años? ¿Quién nos alivio de aquél matrimonio que era un martirio, por la enfermedad, la pena, el abandono, etc? ¿Quién nos devolvió aquella herencia que nos robaron? ¿Quién nos dió el techo que tanto anhelábamos? ¿Quién nos dió la paz que tanto pedimos? ¿Quién es Aquél, que nos ha librado de tantos males? ¿Quién es Aquél que nos ha respondido todas las oraciones que nos han hecho bien? ¡JESUS! Entonces ¿Por qué dudamos que lo que nos ha ofrecido hoy, no nos lo dará? ¿Por qué pensamos que nuestro problemas no tiene solución? ¿Por qué nos vemos y nos vamos inclinados por nuestra mejor opinión, utilizando el brazo de la carne, cuando EL ya sabe y ya tiene nuestra solución en sus manos? Meditemos, no sea que un día de tantos Jesús nos pregunte ¿Por qué dudaste, hombre de poca fe?

viernes, 12 de febrero de 2010

El nos anhela celosamente.

¿Qué esposa o esposo desea que su pareja ande divirtiéndose con otro o con otra, mientras espera ardientemente en casa para compartir lo mejor de sí mismo? NADIE.
Todos nos casamos porque queremos compartir más tiempo con nuestra pareja, se supone que ESE es el anhelo de dejar la casa de los padres para estar con la persona amada.

Bueno, pues nada más y nada menos que ESO es lo que hacemos con Jesús cuando decimos que le amamos, que somos de EL, que ya levantamos la mano para decir que le seguimos y que nos ponemos en sus manos, que acepeptamos su sangre preciosa como justo pago por nuestros pecados, y que, queremos estar con EL por toda la eternidad. Ahora, la pregunta es: ¿Si decimos que queremos estar con EL por toda la eternidad, cuál es la razón por la cual no empezamos aquí? ¿Por qué esperamos a estar en enfermedad, en limitaciones económicas, en angustias, en penas, en sufrimientos para buscarle? ¿Cómo nos sentiríamos nosotros, si nuestra pareja nos dejara... porque se nos acabó el dinero, la salud, el bienestar? ¿Cómo nos sentiríamos si nuestra pareja nos utiliza como último recurso? ¿Cómo nos sentiríamos si supiéramos que está con nosotros solamente cuando nos necesita o porque nos necesita?

Eso es exactamente lo que hacemos con Jesús cuando estando sanos en lugar de estar con EL, utilizamos nuestro tiempo en nuestros placeres; eso es lo que hacemos, cuando estando bien económicamente no nos acordamos del necesitado; eso es lo que hacemos cuando tenemos recursos y los gastamos en nuestros delietes (vea Santiago 4:4) en éste pasaje la escritura nos dice que: "Cuando actuamos así, somos como ALMAS ADULTERAS". Nos indica que si solamente buscamos a Dios en nuestra pena, somos interesados pues amamos más al mundo que a EL. Demostremos nuestro amor, nuestra fe, nuestro respeto a Jesús... buscándolo en todo tiempo. Buscandolo todos los días, de mañana, de tarde, de noche, en nuestras entradas y en nuestras salidas. Dice Santiago 4:5: "El Espíritu que EL ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente".

jueves, 11 de febrero de 2010

¡En la multitud de consejeros, no de consejos ni opiniones ¡

Toda la vida de una persona está plagada de decisiones, si tomamos éste empleo o no lo tomamos; si nos casamos o no nos casamos; si compramos casa o alquilamos; si tenemos hijos pronto o no los tenemos; si los educamos en casa o los llevamos a un colegio; si esto o lo otro, etc. Y, muchas de esas decisiones lamentablemente han sido equivocadas, no siempre las circunstancias han dependido de nosotros, pero el hecho es que en alguna medida hemos fallado. ¿Por qué?

La escritura nos dice una de las razones: "Donde NO hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de CONSEJEROS hay seguridad" (Proverbio 11:14). Aquí tenemos varias lecciones prácticas que aprender: Uno, muchas veces fracasamos o tomamos la decisión equivocada porque no CONSULTAMOS con nadie, ni le preguntamos a nadie, nos creemos autosuficientes, y por ello, erramos el camino. Dos, nótese que dice multitud de consejeros NO DE CONSEJOS, pues una parte es que alguien nos aconseje y muy diferente que sigamos su opinión, pues si consultamos con tres personas y las tres opinan diferente, ni modo que hagamos tres movimientos simultáneos. Debemos razonar y elegir la más cuerda, la de más experiencia, la de más lógica, la más práctica, etc. Tres, nos está implicando que nos da seguridad, el no actuar solos. Nos explicamos.

Dios mismo, nos da un ejemplo precioso de cómo se toman las decisiones: Cuando David estaba por morir, mandó coronar a su hijo Salomón como rey sucesor, veamos cómo y con quienes lo hizo: Uno, Dios le dijo a David que fuera Salomón el rey y Absalón. Dos, David envió a llamar a un profeta: Natán; a un sacerdote, Sadoc; y a su capitán de la guardia, Benaía; y él como Rey (1era. Resyes 1:32), no lo hizo sólo a pesar de que Dios le había hablado. Siempre que vayamos a tomar una decisión, por sencilla que sea, puede tener mucha repercusión en nuestras vidas, si no la consultamos primero con Dios, y luego con quienes corresponde podemos cometer errores que lamentemos por mucho tiempo, o quizás, el resto de nuestras vidas.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Un reino dividido no permanece.

Luego de terminar la esclavitud con los egipcios, Israel pasa un período de unificación muy fuerte en el tiempo de los Jueces, de Samuel, del rey Saúl, y por último del rey David. Pero, viene el reinado de Salomón período durante el cual éste decide iniciar muchas construcciones, razón por la que necesita mucho dinero, el resultado, decide imponer, por consejo de sus asesores más jóvenes, más impuestos. Esto trae un descontento dentro del pueblo e inicia la separación de las tribus.

Solamente esa desaveniencia hizo falta para que el pueblo de Israel se dividiera y por lo tanto se debilitara, unas tribus (10) toman para el Norte, instalan su capital en Samaria y se autodenominan el reino de Israel; las otras (2) tribus toman para el sur, instalan su capital en Jerusalén y se autodenominan el reino de Judá. Esa división causa que los asirios conquisten el reino del Norte, y años más tarde los babilonios conquisten el reino del sur (2da. Reyes). ¿No es acaso ésta una lección práctica para nosotros como personas, como familias, como creyentes? Creemos que Dios nos está dando en éste punto un mapa de lo que va a sucedernos si no somos unidos como personas a EL; como familias a EL; y como creyentes a EL.

En una ocasión unos discípulos de Jesús vieron que seguirle era una cuestión de llevar una vida muy dura, de mucho sacrificio y de mucha entrega, su decisión fue... marcharse de su lado. Entonces Jesús les pregunta a sus otros discípulos. ¿Y vosotros, queréis marcharos también? Y la respuesta de ellos es a lo más elocuente y digna de que nosotros nos la hagamos también: Señor ¿A quién iremos?. Sí, si como personas no vamos a Jesucristo; si como familias no vamos a Jesucristo; si como creyentes no vamos a Jesucristo... ¿A quién iremos? (Juan 6:66-68). Solamente a la destrucción por medio de dividir nuestro reino.

martes, 9 de febrero de 2010

Cuando la victoria se convierte en duelo.

Absalón, el hijo de David se ha revelado contra su padre, obligado por las circunstancias éste envía por él, pero, le da a sus capitanes la orden de que lo traigan con vida. Abner, queriendo sobresalir, traspasa con su lanza a Absalón cuando éste queda enredado por sus cabellos en una encina (2da. Samuel 18:9).

La noticia llega a oídos de David, y David se derrumba en llanto. Clama a gritos del por qué había de morir su hijo amado y no él, que ya había vivido lo suficiente (2da. Samuel 18:33). Ese día para David fue uno de esos días en los cuales la victoria se convierte en duelo. Así es en la vida actual de todos nosotros los creyentes, muchas veces vamos a librar batallas (o quizás las estamos librando ya) al final de las cuales vamos a obtener la victoria, pero el costo será tan alto, que esa victoria se convertirá en duelo o tristeza. No se nos ocurre mucho en éste momento, pero quizás nuestra batalla sea contra un pariente muy cercano por causa de una herencia; quizás nuestra batalla sea contra un amigo de toda la vida por causa de un puesto en el trabajo, etc.

Toda acción tiene una reacción, es un principio básico de la ciencia. Toda acción que cometa o que haga una pesona creyente o no creyente, también tiene una reacción. Nuestro deber como creyentes es afinar nuestra relación con Dios cada día y a cada momento, para que toda acción que hagamos o que cometamos esté libre de lastimar a nadie cuando haga su reacción. Es la única forma en que, en mucho, evitaremos que cuando obtengamos una victoria ésta se convierta en duelo.

lunes, 8 de febrero de 2010

Ministerios ocultos

No hemos conocido en el tiempo que llevamos en los caminos del Señor, alguien que verdaderamente lo ame, y que no quiera de alguna manera servirlo. Por supuesto casi todos desean un ministerio con micrófono incluido, nos explicamos... muchos desean ser líderes, pastores, profetas, maestros de la palabra, etc. Ministerios en donde estén a cargo de muchos fieles creyentes, y en donde puedan ejercer el guiar a las ovejas a los pies de Cristo desde un púlpito o un lugar visible de la congregación.

El desear un ministerio de puertas abiertas, o como ya dijimos, uno con micrófono incluido, no tiene nada de malo siempre y cuando sea para la "gloria" de Dios no para la nuestra. Pero, en la escritura encontramos varios ministerios que son de puertas cerradas u ocultos, y que son igualmente importantes. Para nosotros al menos, es tan importante un pastor que tiene tres mil ovejas a su cargo como el que tiene cien. Es tan importante un creyente que por estar lisiado, enfermo, o falto de tiempo pero que se levanta a las cuatro de la mañana a interceder por otros, o, aquellas personas que hacen obras callada la boca, pero que están pendientes de las necesidades de los hermanos, aún y cuando, éstos no sepan de dónde les viene la ayuda. Esos son "ministerios silencios" y que, para Dios, son tan valiosos como los que traen micrófono incluido.

Cómo servir no es un secreto para nadie, si lo que podemos hacer es cocinar, cocinemos para los hermanos; si lo que podemos hacer es ir y colocar y quitar las sillas el día del servicio, eso hagamos; si lo que podemos hacer es ir a limpiar la casa de una hermana enferma, viuda o muy ocupada, pues eso hagamos; si lo que podemos hacer es colaborar con dinero, comida, u otro bien, eso hagamos. Y si no pudiéramos hacer ninguna de las actividades anteriores, pues oremos por las necesidades que nos son conocidas. Siempre hay alguien que necesita dinero, trabajo, salud, paz, etc. Pidamos por ellos como si lo deseáramos para nosotros mismos. Leamos Juan capítulo 17 y veremos cómo Jesús nos indicó el camino para interceder por los amados, y aún, por los que no son todavía nuestros amados.

domingo, 7 de febrero de 2010

Absalón ¿El primer político corrupto de la historia?

Narra la historia en los capítulos 14 y 15 de 2da. Samuel, el amor que tenía David por su hijo Absalón; vemos cómo, a raíz de que Amón su medio hermano había violado a Tammar su media hermana, y, Absalón (hermano de Tammar) se había tomado venganza matándolo, tuvo que huir por unos años. Y, a su regreso, y muy a pesar de que David lo había perdonado, éste decide traicionar a David buscando ser rey.

Nos dicen las escrituras la forma en que Absalón inicia su campaña electoral: "Y se levantaba Absalón de mañana, y se ponía junto en el camino a un lado junto a la puerta de la ciudad, y a cualquiera que tenía pleito y venía al rey para un juicio suyo; Absalón le decía: Mira, tus palabras son buenas y justas, mas no tienes quien te oiga de parte del rey; ¡Quién me pusiera por juez en la tierra, para que viniesen a mi todos los que tienen pleito o negocio, que les haría justicia! Y cuando alguien se acercaba a él para inclinarse en gratitud y reconocimiento, Absalón extendía su mano a él, lo tomaba y lo besaba (2da. Samuel 15:4-6). Traidor, hipócrita, lambiscón, negociador de penas ajenas, ambicioso, etc. ¿No es acaso Absalón el ejemplo de un político corrupto?

Absalón, es la típica persona que cree que a muchos hombres se les puede engañar siempre, pero que ignora que no a todos. Así, hubo hombres fieles a David que le avisaron de lo que estaba aconteciendo, y David clamó a Dios, y con dolor de su corazón vio la destrucción de su amado hijo. La lección que nos deja éste pasaje es acaso que: No podemos andar por la vida jugando con Dios al ser como políticos corruptos, traicionando su confianza y la fe en su nombre; siendo hipócritas diciendo un mensaje y viviendo otro; siendo lambiscones con El mientras conseguimos lo que le estamos pidiendo; negociando con nuestras penas mientras éstas pasan, y mucho menos haciéndonos pasar por mansas ovejas cuando lo que tenemos es una ambición desmedida por fama, poder o dinero. Meditemos.

sábado, 6 de febrero de 2010

Dios es bueno, pero tiene un límite.

Lo hemos dicho en varias oportunidades desde éste espacio, muchas personas creen que Dios no es capaz de traer un mal sobre nosotros, por la sencilla razón de que lo ven como un anciano bueno, sentado en una silla y divirtiéndose con vernos ir y venir en nuestros quehaceres diarios. Pero la historia nos muestra que no es así.

En la vida de Saúl, cuando éste desobedeció a las órdenes de Dios, vemos que fue Dios quien le envió un "espíritu que lo atormentara" (1era. Samuel 16:14). En la vida de David, vemos que fue Dios quien envió sobre el hijo de éste con Betsabé una "herida" (2da. Samuel 12:15). En la vida de Saulo de Tarso, conocido como el apóstol Pablo, vemos que fue Dios quien lo "tumba" del caballo cuando va rumbo a Damasco (Hechos 9:1-6). Nosotros por alguna extraña razón pensamos que es el enemigo el que nos trae todo lo malo, no hemos entendido que si así fuera, el control de nuestra vida estuviera en manos enemigas y no en las manos de Dios. El enemigo solamente hace lo que Dios le permite hacer (compruébelo en Job 1:12).

Hemos de comprender entonces que es que Dios es bueno... pero tiene un límite, sino vea cómo ni las oraciones de intercesión del Padre de la fe, detuvieron el fuego sobre las ciudades de la llanura (Génesis 14:2). Todos caemos, todos pecamos, y Dios está dispuesto a perdonarnos, pero algo tenemos que tener en cuenta... Dios también tiene un límite.

viernes, 5 de febrero de 2010

Pedir, buscar y llamar.

En cierta ocasión Jesús les dijo a los suyos: "Pedid y recibiréis; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquél que pide, recibe; y todo aquél que busca, encuentra; y todo el aquél que llama, se le abrirá" Y puso un ejemplo, que es el siguiente: ¿Quién de vosotros, si vuestro hijo le pide un pan, le dará una piedra? Y, aparte, dió una explicación: Si vosotros siendo "malos" no hacéis eso, cuánto más vuestro Padre que está en los cielos, no os dará lo bueno"? (Mateo 7:7-11).

Tenemos que analizar bien las escrituras cuando las leemos, pues según los principios de Hermenéutica (Ciencia que estudia la interpretación bíblica), debemos entender claramente lo siguiente: ¿Qué fue lo que se dijo? ¿A quién se dijo? ¿Para qué se dijo? ¿Para qué tiempo se dijo? y ¿Por qué se dijo? Gracias a que NO seguimos esos principios básicos, es que vemos a muchos "incautos" nadando en aguas bajas y queriéndose parar en aguas profundas en la vida. Un ejemplo, hemos entrado a casas de creyentes que con mucho orgullo tienen en la sala de su casa leyendas como la que sigue: "Cree en el Señor Jesucristo y serás SALVO TU Y TODA TU CASA". Y pasan orando años de años y al final uno de sus parientes muere sin conocer a Jesús. ¿Qué pasó? ¿La promesa del cielo resultó mentira? NO. Lo que sucedió es que no nos dimos cuenta que ESA promesa fue dicha a un soldado que cuidaba la cárcel de Pablo cuando éste estuvo preso. La escritura es clara y dice: Entonces el soldado, temblando y postrado en tierra preguntó ¿Qué debo hacer para ser salvo, "YO"? Y, la promesa para "EL" fue: Que creyera en el Señor Jesucristo y sería salvo "él" y toda su casa. Pero eso no era un "patrón" de salvación como lo es Juan 3:16. Era "solamente" para "ese" soldado.

Tenemos que entender que la relación con Dios es personal, y que por lo tanto, los tratos de Dios para con nosotros son personales. Dios trata a cada hijo de diferente manera, lo mismo que hacemos nosotros con los nuestros. Para ciertas normas o reglas nosotros utilizamos los mismos métodos con nuestros hijos, pero, cuando se trata de asuntos personales no utilizamos los mismos métodos por parejo. Dios quiere que como hijos le pidamos, pero también nos dice: "El que pide para sus placeres, es como semilla que no da fruto y morirá" (Lucas 8:14). Pidamos, busquemos y llamemos... pero NO para nuestros placeres.

jueves, 4 de febrero de 2010

Muertos que entierran a sus muertos.

Vivimos en ciudades que se han hecho tan grandes, que no pasa un sólo día sin que uno vea pasar un entierro, se vaya a uno, o sea uno quien tenga un entierro en casa. Cada vez que vemos pasar un carro fúnebre, lo vemos pasar con una cantidad determinada de carros que le siguen llenos de vivos. Es entonces cuando uno se pregunta: ¿Qué quiso decir Jesús en Mateo 8:22 cuando dijo: "Deja que los muertos entierren a sus muertos"?.

En el libro de Juan en el capítulo 3 y versos 16 al 19, leemos: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna... El que cree en él, no es condenado; pero el que no cree, YA ESTA CONDENADO... porque esa es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz". Quizás ahora entendemos, que hay gente que camina a la par de nosotros pero están muertos. Hablan, miran, tocan, caminan, comen, se ríen con uno... pero si no son de Cristo, están muertos en vida. Y, si hoy les tocara pasar a la otra vida, irían al fuego eterno de las llamas del infierno, pues Jesús dijo: YA ESTAN CONDENADOS.

Lamentablemente, pero muy lamentablemente, la muerte espiritual no es como la muerte física, que luego de 24 horas inicia a eder. ¿A estado usted cerca de un muerto de más de 24 horas? El edor es INSOPORTABLE. Nos ha tocado varias veces estar en funerales de ese tipo, uno lo hace y lo soporta por el amor a las personas vivas que uno conoce, pero el edor es muy especial y bastante insoportable. Si así fuera con el edor espiritual... CUANTO BIEN NOS HARIA saber con quién no debemos caminar. Lastimosamente, sólo cuando Dios derrama sus juicios sobre los pueblos, como lo hizo con Sodoma, Gomorra, Adma, Zoar, y Zeboím (las llamadas ciudades de la llanura, vea Génesis 14:2) es que sentimos, si somos espirituales, el edor de los muertos espirituales. Allí es cuando vemos muertos enterrando a sus muertos.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Soldados que no derraman sangre.

¿Cómo puede ser que yo viva en una casa de cedro, y mi Señor viva entre las cortinas de una tienda? (2da. Samuel7:2) Preguntó David a Natán. Qué pensamiento y qué corazón el que tenía David, y muchos de sus descendientes en algún momento de nuestra vida, hemos tenido ese mismo pensamiento y deseo. Pero ¿Qué le respondió Dios a David acerca de esa actitud? NO, no me construirás tú una casa, solamente proveerás lo suficiente para que uno de tu descendencia, sea quien me edifique esa casa (vea el verso 13).

¿Cuál fue la razón por la cual Dios no aceptó el deseo de David? Porque David había derramado demasiada sangre. David era un soldado nato, y como tal, había derrotado enemigo tras enemigo, y había derramado sangre tras sangre. Este motivo lo vemos reflejado también en la vida de Moisés. Por muchos años nos preguntamos ¿Cómo un hombre que había sido el más manso sobre la faz de la tierra? ¿Cómo el hombre que había agradado a Dios en todo, no había de entrar a la tierra prometida? Por una simple razón, para entrar a la tierra prometida, había que conquistarla, y para conquistarla había que derramar sangre, entonces ¿Cómo el hombre más manso sobre la faz de la tierra había de hacerlo? Imposible. Por ello tuvo que ser un guerrero como lo eran Josué y Caleb.

Muchos de nosotros no podemos construir casas a Dios, porque hemos derramado mucha sangre enemiga. Por ello, quizás, es que Jesús dejó bien claro el hecho de que a Dios Padre, a EL como Hijo, y al Espíritu Santo se les adora en "espíritu". Jesús dijo a la samaritana: "El tiempo viene, y es llegado ya, en que no adoraréis a Dios ni en éste monte ni en el templo, sino en espíritu y en verdad... ¿Por qué? Porque el Padre tales adoradores busca que le adoren" (Juan 4:21-24). Dios busca y desea soldados, pero soldados que no derramemos sangre. Meditemos.

martes, 2 de febrero de 2010

Sed como niños...

Nos narra el libro de Mateo que en cierta ocasión estaba Jesús predicando, y se le acercaron sus discípulos para preguntarle: Señor ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y la respuesta del Señor, como muchas veces, no fue directa. Tomó a un niño y se lo puso en sus rodillas, y entonces les dijo: "De cierto, de cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como éste niño, NO ENTRARÉIS AL REINO DE LOS CIELOS" (18:1-3).

¿Cómo nos hacemos como niños? El fin de semana pasado celebramos una actividad por agradecimiento a Dios por el futuro advenimiento del último de nuestros nietos, el cual naciera primero Dios en el mes de marzo. Cuando sirvieron los alimentos para los niños en el restaurant, llevaron una hamburguesa doble, un volcán de papas fritas, y para ser menú de niños, un vaso de gaseosa enorme. Al momento nos levantamos para hacer la oración con ellos y nuestra nieta de cinco años, Débora, dijo: ¿Puedo orar yo? A lo cuál accedimos. Su oración fue sencilla, ella oró así: "Señor, gracias por ésta comida, está bien Señor... se ve rica, que no le falte a los niños pobres, amén". ¿En donde estuvo lo elaborado de la oración? ¿En donde estuvo la elocuencia de la oración? ¡POR NINGUN LADO! Ella simplemente dió las gracias y pidió un favor a Dios. Eso, según nuestro personal criterio es, ser como niños.

Muchas veces cuando oramos, cuando actuamos como creyentes somos demasiado elaborados, no queremos agradar a Dios sino impresionar al prójimo. No pretendemos, consciente o inconscientemente, hablar con Dios sino demostrar que somos extremadamente espirituales. Si queremos ser grandes en el reino de los cielos, tenemos que ser como niños. Hablemos como niños, pidamos como niños. Lo único que logramos de otra forma, es hacer lo que dice el final de éste diálogo entre Jesús y sus discípulos... ser tropiezos (ver Mateo 18:7).

lunes, 1 de febrero de 2010

El orgullo nos mata.

Todos en alguna medida somos orgullosos, unos más que otros, pero todos tanto creyentes como no creyentes tenemos el problema del orgullo. El punto es, que mientras más pronto nos demos cuenta que es algo de lo que Dios no se agrada, mejor será la caminata que tengamos y la paz con que la andemos. Y, en el caso de los que nos decimos hijos de Dios, no porque estemos mencionando el nombre de Dios para todo y en todo, sino los que estamos haciendo algún tipo de lucha por caminar como creyentes verdaderos cuyo deseo más profundo es agradar a Dios, esa desvirtud, debe morir.

Un ejemplo muy claro de las consecuencias del orgullo lo vemos en 1era. de Samuel en la vida de Saúl. Saúl era un joven hermoso, tan hermoso que en todo Israel no había un joven tan hermoso como él, y que, de hombros para arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo (9:2). Pero, precisamente ese era su orgullo y no lo venció nunca ¿El resultado? El día en que murió, le fue cortada la cabeza (ver 1era. Samuel 31:9). A nosotros nos puede pasar exactamente lo mismo, el orgullo nos va a matar. Si nuestro problema de orgullo es el dinero, el dinero nos va a matar; si nuestro problema de orgullo es la inteligencia, la inteligencia nos va a matar; si nuestro problema de orgullo es la posición social, la posición social nos va a matar. No importa cuál sea nuestro problema de orgullo, por allí nos va a atacar el enemigo y nos va a vencer, pues Dios se apartará de nosotros por no permitirle que trate esa área en nuestra vida.

¿Cómo se vence el orgullo? Olvidémonos de nuestr posición social, delante de Dios todos somos iguales; olvídemos las riquezas, son sólo un medio en ésta vida no un fin; olvidemos, si es que la tenemos, la belleza, pues es efímera dice la escritura; olvidemos el yo, y pensemos en el prójimo; compartamos tiempo, dinero, servicios, etc. con los necesitados. Siempre tendremos necesitados a la par de nosotros. Nunca somos tan ricos que no necesitemos algo, pero tampoco llegamos a ser tan pobres que no podamos compartir algo con alguien. Meditemos.