miércoles, 31 de marzo de 2010

En ocasiones... una sóla vez puede llegar a ser mucho.

Vivimos en mundo tan manchado, tan marchito de buenas acciones, tan egoísta, que vemos constantemente repetir errores a otros y a nosotros mismos, de tal manera que hemos llegado a pensar que eso, es la vida, cometer errores y seguir adelante como si nada hubiera pasado. Para el mundo, o sea, para las personas que mencionan el nombre de Dios, pero no lo conocen eso quizás podríamos llegar a aceptarlo, pero no debiera de ser el patrón de vida para las personas que sí lo conocemos.

Muchos dicen: un sólo trago; una sola mentira; un sólo desliz; una sóla dádiva, etc. NO es nada. Pero en ocasiones un o una sola vez puede llegar a ser mucho. Hace muchos años el esposo de una nuestra amiga entró a UN restautant, y pidió UNA sola cerveza, llegó UNA dama que se fue a sentar a llorar a la par de él, tuvieron UNA sola conversación de lo que le pasaba a ella, mientras eso sucedía llegó el celoso esposo de la dama desenfundó UNA pistola y le disparó a él (que no había hecho nada malo) UN sólo tiro, y lo mató. Para éste amigo y su familia UNO fue demasiado. Adán y Eva pecaron UNA sola vez, pero eso les bastó para perder el Edén en el que vivían. Moisés solamente desobedeció en UNA ocasión, pero eso le bastó para no entrar a la tierra prometida. Judas vendió a Jesús UNA sola vez, pero eso le bastó para perder su alma para siempre.

¿Cuántas veces vamos a repetir nuestro pecado antes de perder nuestra bendición? ¿Esperaremos a ser castigados antes de dejar "de luchar" en contra de nuestras debilidades? Todos tenemos defectos, debilidades, pecados, etc. y el mérito no está en perderlos o dominarlos para mañana, el mérito está en que "luchemos" por dejarlos atrás. En que nos pongamos en las manos de Dios para que nos vaya limpiando. Jesús mismo tuvo entre sus doce a hombres necios (Pedro), violentos (Jacobo y Juan), avariciosos (Mateo), pero el mérito que tuvieron con el tiempo... fue su lucha. Pues ellos sí llegaron a comprender que en ocasiones UNA sola vez puede llegar a ser mucho.

martes, 30 de marzo de 2010

Instruye al niño en su camino.

A nuestro paso por el Instituto Bíblico un maestro nos enseñó una lección que no hemos olvidado, y que la vida misma no nos permite olvidar, él nos decía: "aves del mismo plumaje se juntan, aves de distintos plumajes se repelen". Traducido al género humano significa que personas del mismo pensamiento, y con las mismas metas se juntan.

La escritura nos menciona algo similar en cuanto a actitudes, metas y propósitos en la vida, el Proverbio 29 en el verso 27 nos enseña lo siguiente: "Abominación es a los justos el hombre inicuo, y abominación es al impío el de caminos rectos". En otras palabras: "Aves del mismo plumaje se juntan, y aves de plumajes diferentes se repelen". Es esa la razón también, por la cual se nos enseñó en el instituto que no debemos asociarnos en ninguna área con personas que no piensen espiritualmente como nosotros. Es por ello que no aconsejamos que personas de distintas religiones hagan planes de matrimonio; es por ello que no aconsejamos que personas de distintas creencias espirituales se hagan socios en una empresa; es por ello que no damos el ejemplo de caminar con personas que no tengan las mismas creencias espirituales que nosotros.

No estamos hablando ni aconsejando que usted le vuelva el rostro a todo aquél que no crea lo que usted cree, tan sólo le estamos diciendo QUE NO CAMINE CON ELLOS. Ahora bien, usted ya razona; usted ya tiene edad, pero, y sus hijos. Sus hijos deben ser educados por usted desde pequeños en éste concepto, para que cuando sean grandes no se aparten de él. Somos los padres los responsables de los hijos y no los hijos responsables de los padres. Intruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo, no se apartará de él nos dice el Proverbio 22:6. Esa es la instrucción que se nos da, para que el día de mañana el impío no nos abomine, ni paremos nosotros o nuestros hijos abominando al impío, cuando en realidad es digno de lástima. Como lo fuimos nosotros cuando anduvimos esos caminos.

lunes, 29 de marzo de 2010

La diferencia entre entender y no entender.

Cada vez que estamos en una reunión de cualquier índole, podemos observar la diferencia de pensamientos, de criterios y de opiniones que hay acerca de tal o cual punto. Si usted habla de construcciones, unos piensan que es mejor así que asá; si usted habla de leyes, unos piensan que esto es así y otros que ésto es asá. No importa del tema que usted toque, siempre encontrará diversidad de opiniones. Ahora bien, casi por regla general en cada reunión se le concede el mejor criterio casi siempre a quien más haya estudiado.

Si se habla de construcciones y hay tres ingenieros presentes pero uno de ellos tiene un posgrado, a él se le respeta más; si se habla de leyes y entre los presentes hay alguien que es magistrado, a ese se le da la razón. Pero, curiosamente, cuando se habla de lo espiritual, cuando se habla de la biblia, de la Palabra de Dios, NO IMPORTA, increíblemente así, NO IMPORTA cuántos estudiosos haya de la Palabra o cuántos años alguien se haya preparado en su estudio, igualmente es rebatido por "cualquiera", en esa área curiosamente TODOS son expertos. Bien dice la escritura que TODOS somos sabios según nuestra propia opinión (Proverbios 3:7 y 21:2 y 28:11).

Nos dice la escritura también que: "Los que buscan a Dios entienden todo, pero los que son hombres malos no entienden sus juicios" (Proverbios 28:5). No estamos promoviendo aquí el hecho de que si alguien tiene un año más de estudio bíblico que otro, es más sabio. No, lo que estamos promoviendo es que TODOS estudiemos la Palabra de Dios para tener derecho a entender sus decisiones; que TODOS busquemos a Dios para encontrar el equilibrio en nuestras vidas, y así, podamos ayudarnos mutuamente en éste bien llamado "Valle de lágrimas" para que juntos, sobrellevando las cargas unos de los otros alcancemos dos situaciones, la una, "entender" la voluntad de Dios para nuestras vidas, y la dos, "juntos alcanzar" la presencia física de Dios.

domingo, 28 de marzo de 2010

Hay que conocer el estado de las ovejas.

Muchas personas que llegan a tener una relación personal con Cristo, luego de un tiempo se emocionan tanto, que quieren involucrarse más plenamente con una obra de evangelización, de enseñanza, de servicio, etc. Pareciera que es algo que brota del corazón casi por naturaleza, pues seguir a Cristo es un verdadero placer, y situación que no tiene en absoluto algo de malo.

Sin embargo, como todo trabajo o labor en la vida, tiene sus secretos. Uno de ellos es el hecho de que la responsabilidad aquí, es extrema. No se está tratando con artículos, no se está tratando con bienes, ni tampoco con efímero dinero, se está tratando con la salud espiritual de personas cuyo destino eterno será algún día el cielo o el infierno. De tal manera que hay que prepararse y bien. Ningún enfermo se atrevería a poner su salud y su vida en manos de un mal médico, o de un aprendíz. Todos, cuando de salud se trata queremos el mejor médico que nuestro presupuesto pueda pagar. Así debemos de hacer en lo espiritual, poner nuestra vida eterna en manos de un guía que ame a Dios, que respete a Dios, que busque a Dios, que nos lleve a Dios. Un guía honesto, sincero, que no tenga ambición por los bienes materiales, un guía que como dice la escritura: "Sea diligente y conozca el estado de sus ovejas" (Proverbios 27:23).

Jesús es un claro ejemplo de ello, y quizás por ello nos dejó la enseñanza y el ejemplo de que la "manada" debe de ser pequeña. ¿Por qué? Porque así es más fácil conocer el "estado" de las ovejas, es más, así es más fácil "conocer" a las ovejas. Que lamentable que muchos líderes se jacten de la "cantidad" de ovejas que tienen, pero que no conozcan la "calidad" de esas ovejas. ¿Qué va a suceder con esas ovejas de "cantidad" el día que inicie la persecusión a los creyentes? ¿Son ovejas nacidas y "convertidas", o, son por el contrario ovejas tan sólo "convencidas" de un movimiento que hoy les da lo que desean?

sábado, 27 de marzo de 2010

El que se mete a redentor... sale crucificado.

Según la Lengua Española, "redentor", se define como la persona que "va y entra a rescatar a otra". Por ejemplo clásico de "redentor" conocemos a Jesucristo. El fue la persona que para que nosotros no pagáramos por nuestro pecado, lo pagó EL.

Nuestro padre terrenal, que muriera hace poco tiempo destrozado materialmente por un cáncer de próstata, pero gozando de las mieles espirituales en el Señor, nos decía desde que éramos niños: "Patojos, entiendan esto: El que se mete a redentor... sale crucificado". En más de una ocasión hemos podido comprobar en lo personal, que cuando alguien, o, nosotros mismos, nos metemos a defender la causa de otro, es ese alguien o somos nosotros los que ocupamos el puesto de crucificados. El que se mete a redimir a otro, tiene que ir con la idea fija y segura, que va a ocupar el lugar del otro al momento de la crucifixión. Va a ser calumniado; va ser visto como la persona que tiene un interés oculto; como el que se quiere aprovechar de la oportunidad; como el que vió la mesa servida, y ahora, sólo quiere llegar a sentarse a comer, para al final, pocos o ninguno aprecien lo que quiso hacer.

Ninguno que se mete a "redentor" sale ileso. Todos, todos, todos, los que en alguna medidad se meten, o, nos metemos a defender la causa ajena salen o salimos lastimados. Con razón la escritura dice: "No tengas pleito con nadie sin razón, si no te han hecho agravio" (Proverbios 3:30), y, "El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas" (Proverbios 26:17).

viernes, 26 de marzo de 2010

Más esperanza hay del necio que de él.

La biblia, especialmente los salmos y los proverbios son una fuente inagotable de consejos para el bien vivir. Lastimosamente, por mucho que nuestros padres se esfuercen por instruirnos en la vida, al final, ésta viene a ser una práctica casi constante de prueba y error para casi todos.

Hay una porción de la biblia que está en el libro de Proverbios 26:12 que nos dice: "¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza hay del necio que de él". Cuando una persona se obseciona con un pensamiento, difícilmente es sacado de él, sin la sabiduría de Dios. Así de necio es el corazón humano, esto lo vemos desde Génesis cuando Dios dispuso destruir toda carne, pues se había obsecionado con el mal (Génesis 6:1,2 y 11). Cuando pensamos que lo que estamos haciendo es lo correcto, si no consultamos con Dios, nunca nos daremos cuenta del error y tendremos que pagar las consecuencias, por duras que sean.

Prueba de ello, es el verso anterior en el libro de Proverbios (26:12)que nos amonesta así: "Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su necedad". Dura sentencia para una persona que persiste en el error. Quizás nuevamente el mejor consejo sería "buscar el consejo de Dios todos los días en todos nuestros caminos", pues también hay unos versos que más de advertencia son también de sentencia: "Fíate en Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia; reconócelo en todos tus caminos, y EL enderezará todas tus veredas; no seas sabio en tu propia opinión..." (Proverbios 3:5-7). De lo contrario, más esperanza habrá de un necio (que es como perro que vuelve a su vómito) que de nosotros.

jueves, 25 de marzo de 2010

Lo ví, y tomé consejo.

Todos alrededor nuestro, en lamentables ocasiones somos nosotros mismos, tenemos personas que han echado a perder su vida y su futuro, por no ser diligentes, por no ser constantes, por no trabajar con dedicación lo que el Señor nos ha permitido administrar.

Hay un proverbio en la biblia que nos dice lo siguiente: "Pasé junto al campo del hombre perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento; y he aquí que por toda ella habían crecido los espinos. Ortigas habían ya cubierto su faz, y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo puse en mi corazón... lo ví, y tomé consejo" (Proverbios 24:30-32). Al menos tres conceptos resaltan en éstos versos, uno: Hay personas que son perezosas, y que por ello pierden las oportunidades en la vida; dos: Hay personas que sí trabajan los talentos que Dios les dió, pero no lo hacen bajo la sabiduría de Dios sino la propia, ellos son faltos de entendimiento. Y tres: Habemos personas que aprendemos con los errores propios, pero más sabios son aquellos que aprenden de los errores nuestros.

A todos el Señor nos ha dado un talento, a unos económico, a otros de conocimiento, a otros espiritual, pero a todos nos ha dotado de alguno. Punto uno, no lo enterremos, trabajémoslo de alguna manera. Y, punto dos, no los utilicemos a discreción, sino bajo la dirección divina. Así no nos lamentaremos de haberlos invertido mal. Muchos "pensamos" que tal o cual negocio es bueno, lo estudiamos, lo aprendemos y nos metemos, y luego cuando todo sale mal (así sea un ministerio espiritual) miramos al cielo preguntando ¿Qué pasó?. Todo lo que hagamos tiene que ser consultado con Dios, y hasta que EL no nos de una señal clara, no debiéramos entrar. Pues de lo contrario otros dirán de nosotros: Lo ví, y tomé consejo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

No tenga tu corazón envidia de los pecadores.

Debido a que el pecador tiene una gama de caminos (engaños, dádivas, mentiras, etc.) que el hombre justo no tiene, la carrera por vivir bien o por tener algo, es, no solamente desleal sino no comparable.

Lo que al hombre justo le lleva años de trabajo, para el impío significa una noche de maldad y ya. El sueldo de años o de toda una vida de cualquier persona honrada es igualado por el impío en un sólo cargamento de droga, de contrabando, de secuestros, de extorsiones etc. Pero, Dios nos advierte o nos consuela a quienes no queremos la riqueza o el bienestar de esa forma, EL nos dice: "No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo" (Proverbios 23:17. En otros versos nos dice: "Si eres justo, no tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere" (Proverbio 3:25). En otro punto nos dice: "Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión, mas los justos verán la ruina de ellos" (Proverbios 29:16).

Este último verso siempre nos ha impresionado, sobre todo porque estamos viviendo tiempos como esos, en donde los impíos abundan y por lo tanto la transgresión también. Pero, también estamos seguros que antes de morir veremos la caída de muchos de los impíos. No podemos dejar de mencionar que Abraham vió la caída de los impíos cuando al día siguiente fue a una loma, y desde allí alcanzó a ver el humo de Sodoma y Gomorra, ciudades impías como muchas de las que hoy hay sobre la faz de ésta tierra, y las cuales, están a punto de ser juzgadas a fuego y azufre (Génesis 19:28).

martes, 23 de marzo de 2010

Desde el primer día.

La sordera y la ceguera espiritual en la que los hombres generalmente vivimos es tal, que muchas veces la respuesta a nuestros corazones viene tan pronto, que nos negamos a creer que venga del cielo.

Eso fue lo que le sucedió al profeta Daniel, estuvo orando por tres semanas esperando por una respuesta que había salido desde el primer minuto de su dedicación. Pero lo invadió el temor, prueba de ello es que el ángel se lo dice en el verso 10:12. Ahora bien, si eso le pasó a un gran hombre de Dios, a una persona que dejaba sus quehaceres a un lado para dedicarse a su comunicación con Dios "varias" veces al día. Cuánto más no nos va a suceder a nosotros, que vivimos "afanados", o peor aún, distraídos en los quehaceres diarios. Ciertamente los tiempos en los que vivió el profeta, son bastante diferentes en lo material a los tiempos en que vivimos nosotros, pero espiritualmente siguen siendo los mismos.

En éstos revolucionarios tiempos en que TODO o CASI TODO es instantáneo, nos desesperamos de estar buscando todo, aún que ésto, se refiera a buscar una respuesta de nuestro Dios. Pero observemos con cuidado, quizás la respuesta salió desde el primer día, y tan sólo somos nosotros los que no hemos visto u oído la solución. Quizás somos sólo nosotros los que no hemos o no quermos entender la misericordia de Dios, porque el TEMOR nos tiene ciegos y sordos. El problema puede ser económico, moral, familiar, de trabajo, de salud, de decisiones, etc. pero todo tiene una solución, la cual, acaso ya tenemos en la mano.

lunes, 22 de marzo de 2010

¿Quién es rico, el que mucho tiene o el que poco necesita?

Una muy buena pregunta a la cual debiéramos conocer la respuesta es ésta ¿Quién es el rico, el que tiene mucho o el que necesita poco? Seguramente casi todos diríamos que rico es el que tiene mucho. Sin embargo ¿De qué nos sirve ganar cinco, diez o veinte mil, si debemos seis, once o veintiun mil? ¿No es mejor acaso, no deber nada y ganar sólo mil?

Ahora que el mundo anduvo en crisis económica, uno de los primeros consejos que los economistas y los asesores nos dieron a todos era: evite gastar en lo innecesario, y sobre todo "en la medida que pueda, pague sus deudas", etc. ¿Por qué? Por que es mejor ganar poco o tener poco, pero que sea de uno. El sabio Salomón nos enseñó el siguiente pensamiento: "Hay tiempo de desechar, pero hay tiempo de guardar" (Eclesiastés 3:6). José, el hijo de Jacob, cuando gobernó Egipto nos enseñó una gran lección, guardar en tiempos de abundancia, porque siempre luego de ese tiempo, viene el tiempo de limitación (Génesis 41:48). Nosotros en la familia tuvimos el privilegio de tener una bisabuela que nos repetía continuamente: "Cuando ganen diez, piensen que ganaron ocho o nueve y guarden uno o dos"; "de centavo en centavo, se hacen las grandes fortunas"; y, "el que guarda, siempre tiene".

La escritura nos da secretos para siempre tener: "El que da al pobre, ha Jehová le presta" (Proverbios 19:17); ""El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no será oído" (Proverbios 21:13). "El justo DA y no DETIENE su mano" (Proverbios 21:26). Por ello, desde ésta pequeña ventanita o tribuna que el Señor nos ha dado, siempre hemos predicado y primero Dios seguiremos predicando que: Estamos para dar, no para recibir. Que vivimos para predicar el evangelio y compartir materialmente lo que podamos, y no para vivir del evangelio y tomar de él lo que podamos. Sin dejar de reconocer que el Señor autoriza, que todo aquél siervo fiel y prudente que se dedique a predicar el evangelio, tome del evangelio lo que le corresponde para vivir dignamente, pero sólo eso, no más. Compartamos siempre que podamos, y eso, según nos dicen las escrituras, nos dará la oportunidad de tener siempre lo que necesitemos.

domingo, 21 de marzo de 2010

La corona de los viejos.

Aunque suene raro, qué difícil es llegar a viejo en éstos tiempos, cuando nosotros éramos niños, uno podía ver ancianos en la casa de cada vecino o de cada pariente, hoy en día, eso está más difícil a cada momento. Estamos viviendo una época en la cual los accidentes, las enfermedades, las guerras, pero especialmente la violencia ya no nos permite llegar a viejos con tanta facilidad.

Dice la escritura que los años de los hombres fuertes son setenta años, y que en la vida de los más dichosos ochenta. Ahora a los sesenta llegamos a la tercera edad, y también es increíble que el respeto y el aprecio que se le tenía a un anciano antes, hoy, es poco cultivado. Antes un hombre o una mujer de la tercera edad era contratado en casi cualquier empresa o negocio, pues se apreciaban aún sus fuerzas, y sobre todo, su conocimiento y experiencia, hoy, somos desechados. Sin embargo, los ancianos siempre han sido apreciados por Dios, tanto así, que los hombres más sabios, aún cuando no fueran tan viejos, eran llamados "ancianos" en la congregación (vea el libro de los Hechos). Hay un proverbio en la biblia que dice: "Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres" (Proverbios 17:6).

Los ancianos servimos para guiar, orientar y enseñar a los que vienen atrás. Los que teníamos por costrumbre consultar con los más ancianos, apreciamos a éstos más cuando ya no están. Pero ese es el proceso normal de la vida, así que quienes ya llegamos a esa hermosa y preciosa tercera edad, tenemos que estar muy cerca de Dios, para que aquellos jóvenes que nos consulten, cuando ya no estemos también, nos sigan apreciando, y, al extrañarnos, quieran seguir el camino que nosotros seguimos de los que nos antecedieron. Mientras tanto, gocemos nuestra corona que son los nietos. Meditemos.

sábado, 20 de marzo de 2010

Los errores en la vida pasan factura...indefectiblemente.

Todo ser humano media vez pase por la faz de la tierra un tiempo luego de tener uso de razón, comete errores. Unos son, por supuesto, más graves que otros, pero errores al fin. Y esos errores tarde que temprano pasan factura, cuyo costo es idefectible, a quienes los hemos cometido. Bíblicamente se no sólo se puede comprobar sino ver cumplido.

Iniciemos por decir que: "indefectiblemente" significa "que no puede dejar de hacerse; que no puede ser de otra forma o manera; que debe cumplirse". Desde el principio vemos cómo esas facturas... hay que pagarlas, por honerosas que parezcan. Adán y Eva, tenían un Edén para ellos sólos, pero desobedecieron... la factura, perder el Edén (Génesis 3:24). Cam, se burló de la desnudez de su padre Noé... la factura, Jehová lo maldijo (Génesis 9:25). Moisés y Aarón, Dios les dió todo poder, pero cuando se trató de hablarle a la roca, la tocaron... la factura, no entraron a la Tierra Prometida (Números 20:24). David, el único hombre conforme al corazón de Dios que ha existido en el mundo, derramó sangre... la factura, no podía construir el Templo del Señor (1era. Reyes 5:2). Judas, el hombre al cual su Señor le confió la bolsa del dinero, pecó de ambicioso... la factura, ni con lágrimas logró su perdón (Juan 13:29 y Mateo 27:3-5).

Pero acaso el ejemplo más dramático de la palabra "indefectible" lo leemos en Levítico 20:10, cuando Jehová le da las leyes de la moral a Moisés, y le explica: "Si un hombre (mujer) cometiere adulterio con la mujer (hombre) de su prójimo, el adúltero y la adúltera INDEFECTIBLEMENTE serán muertos". Eso significaba que QUE NO PODÍA DEJAR DE HACERSE; QUE NO PODIA SER DE OTRA FORMA O MANERA; QUE NO PODIA DEJAR DE CUMPLIRSE. Esto nos da pie, incluso para muchas lecciones, como el análisis de quién puede casarse luego de un divorcio y quién no, pero no es el tema de hoy. El punto hoy, es que, todos cometemos errores en nuestro paso por la vida, y que, antes de ir a parar a un sepulcro... la factura, hay que pagarla INDEFECTIBLEMENTE.

viernes, 19 de marzo de 2010

Vida después de la muerte.

La pregunta del millón de dólares para muchas personas sería resolver si hay vida después de ésta. Para el creyente la "certeza" de esa respuesta es lo que lo hace vivir apartado de muchas tentaciones de la carne. Para el no creyente es la "incertidumbre" de esa respuesta, lamentablemente, lo que lo hace vivir en el desorden y la indisciplina en la que viven.

No hace falta ser un genio ni estudiar por treinta años la escritura, para averiguar la certera respuesta de esa pregunta. El no creyente vive con la idea de que al morir, todo se termina, que ese día lo llevarán a un panteón, descansará para siempre sin estar pensando en facturas de agua, luz, teléfono, internet, rentas, etc. y que por muchos años un pariente le llevará flores y punto. Pero la escritura no dice eso. Jesús dijo en oración al Padre refiriéndose a sus discípulos y a los que creyéramos por la palabra del evangelio predicado por ellos: "Padre, aquellos que me has dado (los salvos, los santos, los escogidos) EN DONDE YO ESTOY quiero que también estén conmigo" (Juan 17:24), y déjenos decirle que Jesús estará en cualquier parte del universo... MENOS en un sepulcro. Luego, Jesús también dijo: "En la CASA de mi Padre muchas MORADAS (casas, viviendas, habitaciones) hay, si así no fuera, yo os lo diría, voy, pues, a preparar un lugar para vosotros" (Juan 14:2).

Para el final de los tiempos la Palabra de Dios dice en Apocalipsis: "Bienaventurados los que son llamados a la CENA DE LAS BODAS del Cordero" (Apocalipsis 19:9). Y finalmente vemos. "Y las CALLES de la CIUDAD eran de oro puro" (Apocalipsis 21:21). ¿Cómo no habrá vida después de ésta vida, si tenemos el testimonio de Jesucristo de que quiere que donde EL está, estemos nosotros? ¿Que nos dice, que en la casa de su Padre, que es el hogar de Jesucristo ahora, y que será el nuestro, hay muchas viviendas preparadas para nosotros? ¿Que hay una cena y una boda con invitados y quiere que nosotros estemos allí? Y, finalmente, hay una ciudad cuyas calles son de oro. ¿Cómo pues no habrá vida, después de ésta vida?

jueves, 18 de marzo de 2010

Justo parece el primero que aboga por su causa.

Un gran maestro de la Palabra de Dios nos enseñó en el Instituto Bíblico una lección preciosa para cuando uno tiene, como consejero, que escuchar y juzgar una causa: "JAMAS OIGAS UN SOLO LADO DE LA VERSIÓN". El nos decía, cuando haya algún problema en una pareja, escúchenlos juntos. Cuando haya un problema para una persona sola, investiguen.

Sabio consejo, luego de veinte años de seguirlo hemos podido comprobar que si uno sólo escucha a una de las parejas, el Proverbio con el que titulamos hoy el mensaje se cumple: "Justo parece el primero que aboga por su causa, PERO viene su adversario, y le descubre" (Proverbio 18:17). Para poder emitir una opinión sobre algo, un consejero debe conocer TODA la verdad, pues ese consejero emitirá su juicio según lo que tiene sobre la mesa, mal consejero sería si emitiera su juicio sobre "suposiciones". Igualmente cuando una persona sola se acerca a pedir consejo, si no dice TODA la verdad, su respuesta será TAN verdad como sus comentarios. Hablándo en términos matemáticos diríamos que la solución de un problema es porcentualmente proporcional a la verdad que emitamos al consejero. En otras palabras si sólo escuchamos una parte de la moneda en el caso de una pareja, emitiremos sólo la mitad del juicio. Y mal base de decisiones le damos a una persona sola si no investigamos toda la verdad.

Acaso el ejemplo más clásico de la emisión de un juicio para encontrar la verdad, la encontramos en un pasaje de la vida del Rey Salomón. Cuando dos mujeres se le acercan diciendo que el niño muerto pertenece a una de ellas y el vivo a la otra. La primera que habló parecía convincente, pero cuando la segunda emitió su opinión, Salomón tomó la más sabia decisión. Quizás de allí nos venga el término de "decisiones Salomónicas", pues la medida a tomar era drástica pero efectiva. Cuando él dijo maten al niño vivo y dénle la mitad a cada una, la verdadera madre abogó por la causa justa, y el resultado fue un juicio que dió vida y no muerte. ¿Entendemos la parábola? Si queremos un juicio para nosotros que de vida... contemos toda la verdad, de lo contrario el juicio traerá muerte.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Y la buena nueva conforta los huesos.

Todos los días mientras que alguien muere, alguien nace. Hace muchos años había una canción popular que decía: "Unos que mueren, otros nacerán, pero la vida sigue igual". Ciertamente la vida sigue igual tanto por los que mueren como por los que nacen, pero no sigue igual para aquellos que enterramos a otros, y mucho menos sigue igual para aquellos que recibimos en nacimiento a otros.

Decía el hombre más sabio del mundo después de Jesucristo, esto es Salomón: "Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los años de su edad fueren muchos, si su alma no se sació del bien, es mejor un niño que nace muerto que él" (Eclesiastés 6:3). ¿Qué significa saciarse del bien? ¿Comer bien, vestirse bien, viajar mucho, tener buenos carros o buenas casas, tener la oficina en uno de los edificios más prestigiosos de la ciudad? NO. Saciarse del bien, es caminar con Jesucristo. Conocer a Jesucristo es que "el reino de los cielos se haya acercado a nosotros".

Cuando un ángel se presenta a los pastores de israel para anunciar el nacimiento de Jesucristo les dice: "He aquí os traigo NUEVAS de gran gozo, os ha nacido HOY en la ciudad de David,un Salvador que es CRISTO el Señor" (Lucas 2:10-11). Por ello es que creemos que como dice Proverbios 15:30. " Las buenas nuevas confortan los huesos". No hay mejor noticia que nos cuenten que ha nacido un niño, pero mejor noticia nos es que nos cuenten que ese niño nació al Señor... eso, creemos, es saciarse del bien.

lunes, 15 de marzo de 2010

Sin bueyes el granero está vacío...

El Proverbio 14 y verso 4 nos indica: "Sin bueyes el granero está vacío, Más por la fuerza del buey hay abundancia de pan". Uno se imagina después de leer éstas palabras en un establo en donde hay vacas, toros, y bueyes, en donde están los ordeñaderos, las pacas de heno, el pasto verde, los concentrados, etc. y donde son ordeñadas las vacas, y luego de extraída la leche se elaboran la crema, los quesos, la mantequilla, y por ello, la abundancia de pan.

Todo lo anterior es cierto, pero también tiene otro lado, el lado espiritual. La Palabra de Dios misma nos dice: "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía; sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada para aquello para la que la envié" (Isaías 55:11). En otras palabras lo que Dios nos dejó dicho es que: "Ninguna palabra que sale de su boca, sale en vano, sale por gusto, sino más bien tiene un propósito, y no vuelve a él sino hasta que ese propósito se haya cumplido". Pues bien, el propósito de las palabras del Proverbio 14 nos enseñan entre otras situaciones que, si bien es agradable obtener comida de un granero lleno de animales productivos, éstos también conllevan mucho trabajo y muy duro.

Nosotros en la familia hemos tenido el privilegio de tener finqueros entre los parientes, y por lo tanto hemos visto lo duro de ese trabajo. Todos han hecho dinero, pero no ha sido fácil. Se levantan a las 4 de la mañana, se ciñen los lomos y luego de juntar el ganado en el granero; se ordeñan los animales; se limpia el granero del estiércol; se limpian todos los utencilios utilizados; se elaboran los quesos, la crema, la mantequilla; se controla que el ganado tenga buenos pastos; se le proporciona agua; se baña, vacuna, o se cura según corresponda; se revisan cercas y galeras, etc. hasta que dan las 9 o 10 de la noche. ¿A qué vamos? A que hay que lidiar con un trabajo muy duro. Quizás a usted le toque en una oficina, en una empresa, en el estado, etc. pues de allí sale su pan diario. Pero el hecho es que "si NO hay bueyes en el granero en donde haya que trabajar tanto, TAMPOCO habrá abundancia de pan en su mesa".

domingo, 14 de marzo de 2010

No hubo otro como él, ni antes ni después de él.

En las historias de los Reyes de Israel vemos un arco iris de personalidades desde el falsamente humilde Saúl (1era. Samuel 9:2 y 21). Pasando por el guerrero David, y Salomón cuya debilidad eran las mujeres, hasta llegar a reyes perversos como Acab. Pero hubo uno que se distinguió entre todos los Reyes de Israel como el mejor, de él dice la escritura que: "Ni antes ni después de él hubo otro como él entre TODOS los reyes de Judá" (2da. Reyes 18:5), se llamaba Ezequías.

Qué testimonio de la gratitud al amor de Dios pudiéramos dar nosotros, si cuando ya no estemos sobre la faz de ésta tierra, digan de nosotros o de un descendiente nuestro palabras como éstas. Qué galardón sería para nuestras pasajeras vidas dejar un testimonio de ésta categoría. Es tan fácil andar por la vida irresponsablemente, andar mintiendo, dejando de hacer lo que nos toca hacer para que lo haga el que viene atrás, pero qué testimonio más pobre dejaremos si vivimos bajo esa premisa. Para dejar un buen ejemplo a los que nos rodean, y a quienes nos conocen, hemos de vivir como dijo Jesús: "Tomando nuestra cruz CADA DIA, no de vez en cuando, sino CADA DIA", por duro que sea.

No hay otro camino para dejar un ejemplo de vida cristiana suficiente, para que algún día se diga de nosotros, o de uno de los nuestros: "No hubo otro ni antes ni después de él, como él". Ese fue el testimonio que nos dejó el Rey Ezequías, pero su raíz era amar a Dios. Dice la escritura que él fue quien hizo lo recto delante de los ojos de Dios; él fue quien rompió las imágenes de dioses extraños a Israel; él fue quien hizo pedazos la serpiente de bronce que había construido Moisés, muy a pesar de que había sido construida por órdenes de Dios (pues ya la idolatraban los israelitas) (2da. Reyes 18:3-4).

sábado, 13 de marzo de 2010

¡ Qué pide jehová de tí !

Hoy, como en los tiempos de los profetas, el pueblo de Dios está inquieto "por hacer algo a cuenta de sus pecados". Es como un instinto natural en el hombre el querer reparar algo que se dañó. Es muy natural en el hombre el querer recompensar a alguien por algo malo que se la haya hecho. ¿Cuánto más no lo procuraremos con Dios?.

La respuesta que Dios mismo nos tiene a cada uno de nosotros, es la misma respuesta que tenía para Su pueblo en los tiempos del profeta Miquéas. Nos narra el capítulo 6 del libro de éste profeta que, en esos tiempos, el pueblo le falló a Dios, y para querer congraciarse con El, le pregunta: ¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, o el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?... Pero el profeta responde: "Oh, hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de tí: SOLAMENTE hacer justicia, y amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios".

Hoy, al igual que hace siglos, el hombre que sigue a Dios y que le falla, cree que para que Dios le perdone su falta "debe o tiene que hacer algún sacrificio". NADA MAS FALSO QUE ESO. El deber o el tener que hacer algo para congraciarse con Dios, es una MENTIRA del diablo para hacer creer al pecador, que así se agrada a Dios. Dios todo lo que quiere es que si pecamos, volvamos humillados y pidamos perdón. Así de fácil y sencillo. El nos dará un nuevo espíritu que lo ame más por su bondad al perdonarnos, y seguiremos adelante. Tenemos y debemos entender que a Dios no se le compra, por ello es que no pide ni exige algo por la redención de penas... eso ya lo hizo el único que lo podía hacer, Jesucristo. Meditemos.

viernes, 12 de marzo de 2010

El que persevere hasta el fin...

Aquí en Guatemala, paralelo al litoral del pacífico se forma un canal de aguas dulces donde mueren todos los ríos, lo llamamos "canal" o "estero", dicho lugar cuando se une al mar y se mezclan las aguas dulces con las saladas es denominado "la barra". Las cercanías y la barra misma son el lugar más inestable, inseguro y menos confiable para construir una vivienda. En los últimos 50 años en las playas de Iztapa, Monterrico, Las Lizas, El Ahumado y El Chapetón, las barras han literalmente barrido con construcciones sólidas y livianas, haciendo perder dinero y la confianza a muchas personas.

La Palabra de Dios dice que las personas que son inestables, e inconstantes, no son personas confiables. Jesús mismo dijo: "El que persevere hasta el fin éste será salvo" (Mateo 24:13), prácticamente nos dijo que: "Quien no se estable, no será salvo". En otra porción se nos dijo: "Que las personas que gustan de construir casas en la arena, son insensatos" (Mateo 7:26). Este pasaje nos habla ciertamente en lo espiritual, pero cómo se cumple en lo material, si usted viaja a la costa litoral de Guatemala, verá muchas pero muchas construcciones de concreto sólido, tiradas por las arenas del mar, en donde el agua, el viento, y las inclemencias del tiempo han socabado los cimientos y destruido las construcciones.

En insensatos e inestables y poco confiables nos convertimos nosotros cuando NO construimos nuestra vida espiritual en la "roca" que es Cristo nuestro Salvador, sino la construimos en las "arenas" de lo material y efímero. Para poder ser "perseverantes hasta el fin" TENEMOS que conocer a Jesús. Siempre hemos sostenido que la salvación no se pierde, y es que pensamos que quien "llega a concer realmente a Jesús" no se conforma con nada más. Poniendo un ejemplo material preguntamos ¿Quién después de haber tenido un Ferrari, un Lamborllini, un Mercedes Benz (Jesús), se conforma con un pichirilo (lo material)? Meditemos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Como trapos de inmundicia.

Cada vez que alguien hace una buena obra, no hay persona que no se sienta conmovida. La naturaleza del ser humano así se lo dicta, los sentimientos son tocados y uno tiende a alabar lo que cree bueno, de la misma manera que censura lo que cree malo. Ahora bien, la pregunta es ¿Lo que nosotros como humanos consideramos bueno, es bueno desde el punto de vista de Dios? No siempre.

Los que en alguna medida hemos leído o estudiado un poco las escrituras, y que creemos que éstas son la Palabra de Dios para el hombre, sabemos que el hombre no se va a salvar por las "buenas obras que haga", sino por su "fe" en Jesucristo. Sabemos que las buenas obras son tan sólo el reflejo de nuestra condición de seres "ya salvos por la sangre de Cristo". Todo lo demás simplemente son actos humanitarios, que levantan la admiración del resto de la humanidad, pero sin valor alguno para las recompensas que Dios ha ofrecido a los suyos. Un ejemplo para que veamos más claro: Sólo porque un narcotraficante haga buenas obras con sus ganancias, no significa que Dios lo vaya a premiar, de la misma manera que alguien que no se haya ganado ese mismo dinero sino que tan sólo lo reciba, si hace buenas obras tampoco tiene recompensa delante de los ojos de Dios. Pues son dineros que Dios considera malditos.

Isaías lo dice de ésta manera: "Todos somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapos de inmundicia" (Isaías 64:6); y en el libro de Romanos se nos dice: "No hay justo, ni aún uno; no hay quien entienda... (Romanos 3:10). Tenemos que entender que la salvación del hombre es por la fe en Jesucristo, no por las obras que hagamos para aplacar nuestra mente, o, para apaciguar nuestro corazón. Las buenas obras son, repetimos, el reflejo de nuestra gratitud a Dios por la salvación que ya nos dió; son un acto por el cual estamos demostrando que EL nos hizo sencibles a las necesidades de nuestros hermanos en la fe, o, de los no creyentes. Pero NUNCA un medio de salvación. Meditemos.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Abraham... el gran publicista de Dios.

Ciertamente Adán fue el primer humano en conocer a un Dios único y verdadero, pero no podía publicitarlo porque no había gente a quién publicitarlo (Génesis 3:8). Más tarde vendría entre la gente de reconocida trayectoria, Enoc, quien también conociera a Dios personalmente, pero que no pudo publicitarlo porque fue arrebatado al cielo (Génesis 5:22). Y, por último, tenemos al tercer precursor del conocimiento de un Dios único y verdadero, Noé, quien tampoco pudo ser un gran publicista de Dios pues allí fue el mundo el que fue arrebatado pero para el infierno (Génesis 7:21).

Fue hasta el momento en el que hace su paso por ésta tierra otro hombre de renombre, Abraham, cuando el mundo inicia a conocer el hecho de que NO se debe ser politeísta. (Poli, significa "muchos", y Teos, significa "Dios"), de donde sabemos que la palabra politeista significa: tener muchos dioses. Este mensaje publicitario ha sido el mejor del mundo, no hay otro mensaje publicitario que haya cambiado al mundo como éste. Hay mensajes y logos que se conocen en todo el mundo, ya hay marcas que ni siquiera poner su nombre sino sólo pintan su logo, y usted sabe a qué artículo se están refiriendo. Pero el mensaje de la fe en un UNICO Y VERDADERO Dios, ha sido el que ha cambiado al mundo como ningún otro.

Abraham inició a prediar su fe, sin haber recibido lo prometido (Génesis 15:2); es más, Abraham se murió publicitando su fe sin recibir físicamente la promesa de esa fe (Hebreos 11:39). Sin embargo, ese mensaje cambió al mundo, y hasta el día de hoy quienes lo promulgan estan ayudando a cambiar el mundo. Ahora bien, la pregunta es ¿Estamos viviendo ese mensaje de fe, de tal manera que quien nos mira cambia o quiere cambiar de modo de vida, o estamos viviendo de tal forma que los demás dicen: vivimos igual, no hay diferencia entre él y yo, para qué voy a cambiar? Meditemos.

martes, 9 de marzo de 2010

Aguas hurtadas y pan comido en oculto...

Cuando en el Salmo 9 se nos habla de las características y las "cualidades" de la mujer extraña, de aquella que sale a la puerta de su casa para ver y analizar a quién engaña, se nos dice que: "a cualquier simple y a cualquier falto de cordura le dice: "ven acá". Y para quienes caen en sus redes la Palabra de Dios acompaña éste comentario: "Las aguas hurtadas son dulces, y el pan comido en oculto es sabroso" (Salmo 9:13-18).

Cuando un hombre o una mujer caen en adulterio, el ego y la vanidad no le permiten darse cuenta del engaño en que han caído. Especialmente en los tiempos de la juventud, la ceguera es mayor. No se alcanza a ver que esas aguas que parecen dulces traerán amargura, y en ocasiones para siempre; y el efímero placer no le permite ver que ese pan que parece sabroso al principio traerá tragedia y dolor con él. Pues el comentario final de éstas experiencias está en el verso 18 que nos advierte: "El que comete éstos pecados... NO sabe que allí están los "muertos", y que sus "convidados" están en lo profundo del infierno. Ahora bien ¿Quiénes son los caen en el adulterio? ¿Los hombres guapos, las modelos de muchas curvas, los ricos que pueden pagar una noche de placer, o los que se creen muy enamorados?

NINGUNO DE ELLOS. La Palabra de Dios dice: "Fosa profunda es la boca de la mujer extraña, aquél con el cual Jehová estuviere AIRADO (molesto, disgustado, enojado) caerá en ella". Todo hombre o mujer que hayan "molestado, disgustado o enojado" a Dios en alguna medida, serán los que caigan en los brazos de la persona extraña. Tenemos que ser muy cautos para no afrentar a Dios, no sea que se aire con nosotros y nos abandone para que caigamos en adulterio y nuestro fin sea con los muertos en lo profundo del infierno. Meditemos.

aguas

lunes, 8 de marzo de 2010

El que toma prestado es siervo del que le presta.

En éste mundo instantáneo en el que estamos viviendo, un mundo en el que todo se hace a la carrera porque si no, uno se queda atrás. Un mundo cada día más agitado, con mayores necesidades, con mayor tecnología, mayor ciencia, en el que todos queremos salir adelante, aunque para ello, tengamos que romper muchas de las reglas que nuestros ancestros guardaron para poder vivir en paz, vivimos bajo un peligro oculto.

No estamos hablando de romper la ley para vivir al amparo de la maldad, de romper la ética y la moral, etc. sino simplemente de romper los cánones del orden y la disciplina, y sobre todo, de romper aquellas virtudes que llaman al error y que nos llevan a pasar muchos momentos difíciles y vergonzosos. La biblia nos muestra el camino a seguir y las consecuencias de no seguirlo. No se trata de si podemos o no podemos hacerlo, simplemente se trata de que si debemos o no debemos hacer tal o cual situación. Dice la palabra de Dios que: "En donde mora el Espíritu de Dios hay libertad" (2da. de Corintios 3:17). Pero también nos dice que: "El que toma (o pide) prestado es "sirvo" (o esclavo) del que presta (Proverbios 22:7). De donde con toda lógica uno puede discernir que: "Vivir prestando, no es algo que agrade a Dios", no debiera ser un patrón en la vida del creyente. No debiera de ser un patrón en la vida de una persona que dice tener a Dios.

¿Por qué? Pues porque esa persona no va a ser esclavo de Jesucristo, sino esclavo de otro hombre, y la biblia dice: "Maldito el hombre que confía en el hombre". No todas las deudas tampoco, nos hacen ese tipo de esclavos. Pues hoy en día no todos tenemos para comprar una casa al contado, o comprar nuestro carro al contado, o nuestro terreno al contado, la gran mayoría tenemos que recurrir a préstamos. Pero, no estamos hablando aquí de "necesidades", estamos hablando de "métodos de vida". Y el hecho es que el método de vida de un creyente NO DEBIERA ser el estar prestando con ligereza sin temor a las terribles consecuencias de ser siervo (o esclavo) del que le da prestado.

domingo, 7 de marzo de 2010

Yo pensé que...

Naamán era un capitán del ejército de Siria, era un hombre por lo tanto muy importante, altamente honrado por su rey pues por medio de él se habían obtenido importantes victorias. Pero, Naamán estaba enfermo de lepra. La lepra era considerada una enfermedad incurable en aquellos días, y también, era considerada como una maldición.

El punto es que una empleada se entera de la enfermedad de Naamán y le recomienda ir a buscar al profeta Eliseo, de quien sabe ha hecho muchas maravillas en el nombre del Dios de Israel. Naamán va y se presenta frente a Eliseo, pero resulta que Eliseo ni siquiera sale a recibirle, sino solamente le manda un mensaje diciéndole: "Ve y lávate siete veces en el Jordán". Y Naamán, un hombre de alto rango, un hombre altamente honrado por todos, lo que diríamos hoy, una persona muy importante, se va molesto porque el profeta ni siquiera se dignó salir a hablar con él. Y se va con éstas palabras en su boca: "He aquí yo decía para mí", en otras palabras " Yo pensé que...": "Saldría él pronto, y estando en pie invocaría el nombre de Jehová su Dios, y alzaría su mano, y me tocaría en el lugar, y yo sería sano de la lepra" (2da. Reyes 5:8-11).

¿Cuántas veces no hemos tenido dificultades, nos hemos metido en problemas, o hemos empeorado una situación por pensar que...? Nuestra vida debiera de estar cimentada en hechos reales no en suposiciones. Debemos dar pasos seguros en la vida, caminando y planeando todos nuestros actos bajo bases seguras y no bajo suposiciones. No podemos poner un negocio bajo la suposición de que pasará tal o cual situación, lo más seguro es que fracasaremos. Todo plan o toda planificación en nuestra vida debe de ser en base a lo que Dios nos diga que hagamos, no lo que nosotros supongamos que es lo correcto, o mucha frustración vendrá a nuestras vidas. Meditemos.

sábado, 6 de marzo de 2010

¿Todavía se dan los milagros como los de otros tiempos?

No son pocas las personas que creen que los milagros que pasaban en la antiguedad ya no se dan o no se pueden dar. Creen que aquellas maravillas eran necesarias en aquellos tiempos pero no ahora. Otros piensan que como los hombres de antes eran "más santos" que los de ahora, esa es la razón para que no veamos esos milagros. Pero estamos en un error, los mismos milagros siguen sucediendo hoy en día, pues éstos no dependen de la santidad del hombre sino de la misericordia y el amor de Dios.

Narra la historia la "fe" con que Abraham, Isaac y Jacob oraban a Dios "sabiendo" que sus esposas eran estériles, pero que darían a luz (Génesis: 11:30 -Sara-; Génesis: 25:21 -Rebeca-; y Génesis 29:31 -Raquel-). Nosotros hemos podido ser testigos de esa misma "fe" en hombres de hoy. Conocemos a un hermano que no teniendo comida sobre su mesa, oró a Dios tomado de la mano de sus hijos "sabiendo" que el Señor le iba a proveer alimento, y el Señor proveyó milagrosamente una mesa abundante de comida. Narra la historia que en tiempos del profeta Elías, una mujer rica que era estéril pero que concibió de su marido anciano gracias a la petición de Elías a Dios, vió morir a su pequeño hijo, fue tras el hombre de Dios y éste al llegar se acostó sobre el niño tres veces, y clamó a Dios porque reviviera y así sucedió. También tenemos el privilegio de conocer a un hermano que, en una situación similar fue llamado para orar por un niño, y no sabiendo qué hacer el Espíritu le dijo que "hiciera lo mismo que Elías", así lo hizo "sabiendo" que Dios es bueno, y el niño volvió a la vida luego de cinco o diez minutos sin respirar, y a la primera ocasión en que se oró por el niño.

¿Por qué sucedieron esos milagros? No fue por la calidad humana o la santidad de los hombres que oraron, FUE POR EL AMOR Y LA MISERICORDIA DE DIOS. Hoy, podemos clamar a la misma misericordia y al mismo amor a Dios, y por supuesto, "sabiendo" que EL puede y quiere bendecirnos, y así lo hará. Puede ser una necesidad económica, puede ser un trabajo, puede ser una simple respuesta, no importa qué sea lo que necesitemos, EL desea agradarnos y bendecirnos... porque aún y cuando seamos incrédulos, hay personas que han logrado ver que los milagros de la antiguedad todavía ocurren. Meditemos.

viernes, 5 de marzo de 2010

Niños, jóvenes y padres.

Toda la escritura está rociada de lo que los estudiosos de ella llaman "Las Tríadas", que no son más que ejemplos de grupos de tres que aparecen en las escrituras. Y son como una parábola o un ejemplo del significado del "estado espiritual" entre nosotros los creyentes. Cada cristiano que rondamos por el mundo estamos indefectiblemente en una de esas tres categorías.

Los "niños" somos aquellos que valga la repetición "somos mayóría" en el conglomerado de creyentes, porque somos, al igual que los niños naturales "dependientes absolutos" de los que van delante nuestro. No podemos hacer nada sino lo consultamos; no sabemos mucho y tenemos que andar preguntando a otros; cada vez que tenemos un problema nos angustiamos recurriendo a otros primero, y por último a Dios. Los que han llegado a la categoría de "jóvenes" ya no dependen de otros, pero tampoco dependen de Dios, por lo que cometen muchos errores y al final se convierten en ejemplos de "rebeldía" e "impetuosidad" al igual que los jóvenes naturales. Y por último están los "padres" espirituales, éstos son los que ya fueron "domados" o "doblegados" por Dios. Estos son aquellos a quienes recurrimos porque sabemos que tienen una relación íntima con Dios. De ellos dependemos el conglomerado de creyentes.

Ellos son los que nos anuncian lo porvenir; quienes se presentan todos los días delante de Dios con nuestras cargas; quienes escudriñan las escrituras para explicárnoslas a quienes no las entendemos; éstos son aquellos de los cuales nos escribió Juan en su primera epístola de ésta forma: "Os escribo a vosotros padres, PORQUE HABEIS CONOCIDO AL QUE ES DESDE EL PRINCIPIO", y esto lo dijo dos veces seguidas en los versos 2:3 y 2:14.

jueves, 4 de marzo de 2010

El final de los perversos.

Cuando éramos niños y estábamos en el lugar no indicado nuestra bisabuela Sofía nos decía, a manera de broma, un refrán que no hemos olvidado: "Mijo, vieras como ayuda el que no estorba", y, lógicamente, uno sabía que había que o quitarse de donde estaba, o, ayudar. En ésta vida tanto en lo material como en lo espiritual hemos comprobado hasta la saciedad, que una persona es de mucha utilidad cuando si no es un elemento de la solución, al menos deja de ser un elemento del problema. Como quien dice: Bastante ayuda el que no estorba.

En tiempos del rey Acab, había al lado del palacio en Samaria, una heredad que pertenecía a un israelita llamado Nabot, éste, en obediencia a las leyes que Dios le había dado a sus ancestros, no le quería vender la tierra al rey el cual había incistido en comprarla. Pero el rey estaba casado con una mujer perversa llamada Jezabel, la cual por medio de testigos falsos mandó a asesinar a Nabot. Muerto Nabot le dijo al rey que fuera y que tomara la tierra. En esos días gobernaba espiritualmente Dios por medio de Elías, profeta al cual le dijo: "Profetisa que Jezabel morirá comida por los perros en el muro de Jezreel", tal y como sucedió (1era. Reyes capítulo 21).

Jezabel actuó perversamente, actuó a escondidas del rey, a escondidas de los hombres y por ello pudo engañar a los jueces para que condenaran injustamente a Nabot, pero no pudo engañar a Dios. Jezabel es un ejemplo de cómo actúan y se manejan los perversos, y es por supuesto, un ejemplo de cómo terminan sus días los perversos. Pidamos a Dios perdón por nuestras malas acciones, que tiene suficiente misericordia para perdonarnos, pero si no, entonces no necesariamente moriremos comidos por los perros, pero sí, por la factura que nos pasen nuestras malas acciones.

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿En dónde estaban los siete mil?

En en el reino de Judá hubo un rey sin visión de los designios de Dios, de los tantos que hubo uno tras otro en ese reino, se llamaba Acab. Tenía tan poca comunicación con Dios y tan pocos deseos de agradarlo, que por esposa tomó a una mujer impía, acaso la mujer más impía que haya pasado por ésta tierra, se llamaba Jezabel. Y entre ellos y el profeta de Dios, Elías, hubo un incidente que creemos profundamente es un reflejo de lo que sucederá en el final de los tiempos, veámoslo.

Nos cuenta la historia que durante tres años y medio no llovía en la tierra de Israel, y el profeta Acab manda a llamar a cuatrocientos profetas falsos para que oren y hagan holocaustos a Dios para que envíe la lluvia, frente a ellos está Elías con un sólo altar pero con la presencia de Dios con él. Los cuatrocientos profetas no logran hacer llover pero ni sangrándose la carne, mientras que Elías pide empapar en agua su altar; luego de una larga espera y una oración sencilla de Elías, Dios no sólo borra del mapa a los cuatrocientos profetas falsos sino enciende el altar de Elías. La ira de Jezabel se pone contra Elías y lo manda matar, éste huye a la Cueva de Horeb. Allí, Elías ora diciéndole a Dios: "Un vivo celo por tí he sentido oh Jehová y sólo yo he quedado entre los profetas de Israel" (1era. Reyes 19:14). Pero Jehová le responde: "No, tengo otros siete mil reservados" (1era. de Reyes 19:18). La pregunta es ¿En dónde estaban, para que Elías no los hubiera visto?

Esto es lo que creemos que pasará al final de los tiempos, se esperan 144,000 varones llenos del poder del Espíritu Santo. Pero estamos convencidos de que al igual que en el tiempo de Elías, éstos NO SALDRAN DE UN TEMPLO NI DE UNA CINAGOGA, así como no lo hicieron los siete mil profetas antiguos, de lo contrario ¿Cuál es la razón para que Elías, que se mantenía en esos lugares no los hubiera conocido? La respuesta es lógica, porque NO estaban allí. Creemos profundamente que al igual que en los tiempos de Elías, hoy, los ciento cuarenta y cuatro mil varones de Dios que la iglesia está esperando, están preparándose pero NO en un templo ni en una cinagoga SINO EN LA PRESENCIA VIVA DE DIOS. En una relación íntima continua a solas con Dios. Y también creemos, que no falta mucho para que el mundo los vea. Meditemos.

martes, 2 de marzo de 2010

Si tu presencia no viene con nosotros... no vamos.

Dios le habló a Moisés para que sacara al pueblo de Israel de una esclavitud de 400 años en tierras de Egipto. Luego de las 10 plagas, el faraón al fin deja ir al pueblo de Israel al desierto a adorar a su Dios. Estando en el desierto, Dios le dice a Moisés que suba él sólo al monte, porque ha de darle los lineamientos para gobernar a un pueblo, que de ahora en adelante iba a gobernarse sólo, no ya como esclavo.

Moisés sube al monte pero cuando regresa encuentra al pueblo practicando los ritos espirituales que durante 4 generaciones a visto hacer en tierra de impíos, adorando un becerro de oro. Moisés entra en cólera, llama la atención del pueblo, les recuerda que no fue un ídolo de oro quien los sacó de 400 años de esclavitud, sino un Dios vivo, un Dios que aunque no le veían estaba allí con ellos. Entonces Dios le dice a Moisés, que vaya con ese pueblo para conquistar la tierra que EL les había prometido por medio de Abraham, pero Moisés pronuncia quizás unas de las frases más célebres de la historia humana, y que, acaso para nosotros ha quedado en el olvido: "Si tu presencia no viene con nosotros, entonces no nos saques de aquí" (Exodo capítulo 33). ¿Qué lección nos deja ésta escena? Que no se trata de que "nosotros" tengamos una buena idea para ir y hacerla. Toda acción, toda idea, toda meta que nos propongamos hacer... debemos consultarla con Dios, y decirle: "Señor, si tú no estás en éste asunto, Señor, si tú no vienes con nosotros, entonces no nos dejes mover de aquí".

Muchos son los fracasos del hombre porque no consulta con Dios. Se nos viene una "idea" e inmediatamente creemos que es una "buena idea", y si para ajustar males tenemos los recursos necesarios a mano, "nos olvidamos de consultar con Dios", y echamos pa lante como dicen en Puerto Rico. Luego, vienen los tropiezos, las penas, las angustias, las deudas... y entonces clamamos a Dios: ¡Señor, por qué permitiste que esto nos pasara! No fue el Señor el que lo permitió, fuimos nosotros que no lo tomamos en cuenta. Una "idea" es "buena idea" sí y sólo sí... Jehová viene con nosotros.

lunes, 1 de marzo de 2010

Y líbranos del mal, amén.

Jesús dijo que antes de su venida abría algunas señales, entre ellas nos avisó de: pestes, hambres y "terremotos en diferentes lugares", pero nos dejó dicho también que esto: "Tan sólo era el principio de los dolores" (Mateo 24:7).

Lo hemos dicho hasta el cansancio, que muchas personas son engañadas cuando son tratadas de acercarlas al Señor Jesucristo. Se les dice que vengan a los pies de Cristo y que todos sus problemas van a desaparecer. No es así, lo que Jesús nos ofreció es caminar con nosotros para que esos problemas sean resueltos de la mejor manera para nosotros, pero nunca ofreció que desaparecerían como un mago desaparece un conejo. El mismo nos enseñó a orar diciendo: "Hágase tu voluntad y no la nuestra, no nos metas en tentación, y líbranos del mal". Dicho sea de paso, ésta es una parte del famoso Padre Nuestro, que es un modelo de oración, pero no una oración para hacerla repetitiva, sino como un patrón de los elementos que debe tener nuestra comunicación con Dios Padre, prueba de ello es que la dijo inmediatamente después de decirnos que no debemos hacer oraciones "repetitivas" (ver el verso 7 de Mateo6). El patrón es: Dirigirla al Padre; reconocer su Señorío; pedir que se acerque a nosotros; aceptar su voluntad en nuestras vidas; pedir solamente por lo necesario; y suplicar por el perdón de nuestras faltas, pues todos pecamos; y suplicar que no pequemos más.

Volviendo al tema central el punto es que: las pestes, el hambre y los terremotos están sucediendo con una frecuencia fuera de toda lógica, entonces debemos entender que el "principio de dolores" ya inició (Mateo 24:7). Hoy es el día en que debemos orar, antes de que nos sucedan las tragedias pues está escrito que vendrán. Pero hoy es el día en que debemos prepararnos, tanto en lo material como en lo espiritual, mañana podría ser demasiado tarde. Las próximas señales también están escritas: Persecusiónes a los creyentes (verso 9), muchos tropezando en y con el evangelio (verso 10), aparecerán muchos falsos profetas (lo que platicamos ayer) ( verso 11), y debido a la maldad de muchos, a muchos también se les enfriará el amor, esto es indiferencia al sufrimiento humano (verso 12). Meditemos.