domingo, 31 de enero de 2010

No os afanéis por vuestra vida.

Si nosotros lográramos quitar el "afán" de nuestra vida ¿Cómo sería ésta?. Vea usted, nuestros bisabuelos nacieron en los años finales de mil ochocientos, cuando ellos querían ir de la Villa de Guadalupe en la zona diez, hasta Gerona en la zona uno de Guatemala (un trayecto de aproximadamente quince kilómetros) en donde vivían nuestros abuelos, sus hijos. Ellos tomaban una carreta de bueyes y salían a las cuatro de la mañana (con víveres para el camino) y llegaban por veredas, barrancos y montañas, alrededor de las cuatro o cinco de la tarde, no pudiendo regresar a su casa de la Villa de Guadalupe sino hasta el día siguiente. Cuando nuestros bisabuelos murieron en los años sesentas del siglo pasado, un avión lo podía llevar a uno de Guatemala a Nueva York y traer de vuelta en ese mismo tiempo.

¿A qué viene toda ésta instoducción? A que durante la vida de nuestros abuelos, que duró casi 100 años (91 y 92 respectivamente), la vida era pacífica: ellos se levantaban con la salida del sol iban al huerto y al gallinero, regresaba trayendo los huevos del desayuno, naranjas o limones para el refresco, salían al corral y ya los vaqueros les tenían preparado el balde de leche del día para los de la casa, luego de ordeñar el hato de vacas de los bisabuelos; después los hombres se iban a las labores del campo, y nuestros padres al instituto; la bisabuela y la abuela se quedaban en la lechería vendiendo la leche, los quesos, la crema y la mantequilla. El día transcurría entre saludos y buenos deseos de todos los vecinos, todos conocían a todos o casi todos. A las seis o siete de la noche se apagaba la estufa de carbón, dejando un poco de fuego para atizarlo al día siguiente, y a dormir. Hasta que...

Hasta que... las palabras de Jesús: "No os afanéis por vuestras vidas" (Mateo 6:25, 31 y 34) fueron olvidadas por el avance de la ciencia y la tecnología. Cuando hubo biciletas, cuando hubo motos, cuando hubo automóviles, relojes finos, muebles finos, ropa de lujo, casas más cómodas, viajes en avión, colegios más especializados, etc. TODOS NOS AFANAMOS (en ese tiempo ya habíamos nacido nosotros). Hoy, la vida "ya no es quién eres sino qué tienes"; hoy, la vida ya no nos permite saludar a todos, sino sólo a algunos; hoy, la vida inicia a las cuatro o cinco de la mañana como antes, pero termina en algunos casos (muy lamentablemente) a esa misma hora pero del día siguiente. Y todo por qué, por el afán que hemos permitido entre en nuestras vidas. Jesús dijo: "No os afanéis por vuestra vida" ¿Será que si nos acercamos a EL, el único afán que debiéramos tener, viviremos tan tranquilos como los bisabuelos, y encima agrado a nuestro Señor?

sábado, 30 de enero de 2010

¿Por qué sufro Señor?

La pregunta y la respuesta del millón de dólares. Mucha gente que sigue a Jesús ha sido convencida de que, cuando uno llega a los pies de Cristo: TODOS LOS PROBLEMAS SE ACABAN. Esa, es una doctrina falsa y perversamente utilizada por algunos predicadores para llenar sus iglesias. No es ni el evangelio ni la doctrina de Jesucristo.

"Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hayan" (Mateo 7:14). "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mateo 16:24) Palabras del mismo Jesucristo. Pablo más adelante dijo, luego de haber comprendido el evangelio de Jesucristo: "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios" (Hechos 14:22b). Si alguien le dijo a usted que al llegar a los pies de Cristo sus problemas iban a desaparecer, le mintió. Porque no desaparecen, lo que sucede es que EL mismo lo acompaña para que los problemas tengan una solución. En 29 años de caminta cristiana no conocemos un creyente que no tenga problemas, lo que sí conocemos y hemos experimentado es cómo Jesucristo ha ayudado a todos aquellos que tienen problemas a resolverlos favorablemente, eso sí.

Toda la humanidad está condenada al sufrimiento, unos más unos menos, pero todos hemos de sufrir, pues es la lógica consecuencia del pecado del Edén (Génesis 3:13-19). Esa fue la sentencia de Dios tanto para el hombre como para la mujer. Pero, es muy diferente andar por éste mundo por la puerta y el camino ancho del egoísmo y el egocentrismo, que nos lleva a la perdición; que ir por el mundo por la puerta estrecha y el camino angosto que nos lleva al reino de Dios. Meditemos.

viernes, 29 de enero de 2010

¿Cómo hago para que Dios sea casa y no refugio?

Un lector preguntó luego de leer el mensaje respectivo ¿Cómo hago para hacer de Dios una casa y no un refugio? Bueno, la respuesta quizás la soluciona una nueva pregunta ¿Por qué usted llama a Luis amigo y a Don Tomás, un vecino de la colonia, tan sólo conocido?

Por una sencilla razón, a Luis lo conoce desde niño; con Luis se visita; las familias comparten los buenos momentos y los malos momentos; Luis conoce dónde trabaja usted, de qué trabaja, le platica sus proyectos, quizás Luis no le cuenta sus más grandes intimidades, pero usted conoce su vida. Usted trata de involucrarlo a él en su vida, le abre su corazón a él y a su familia. Usted no se enoja si él le hace ver una deficiencia o si le hace ver un posible daño; él a su vez hace lo mismo con usted, no cree que usted lo está espulgando si usted le dice o le pregunta algo. Caminan juntos, buscan los mismos fines. Usted no puede ser amigo de Luis si él es como Don Tomás que le gusta el licor y a usted no; usted es amigo de Luis porque busca una vida decorosa, y no es amigo de Don Tomás precisamente porque a él no le importa hacer negocios sucios, o no le importa tocar mujeres ajenas, etc. Con un amigo hay una relación personal, una relación de continuidad, hay confianza, usted sabe que con un amigo se cuenta a la cualquier hora.

Con Dios es lo mismo, si usted es de los que solamente clama ¡Ay Dios mío! cuando no tiene dinero, cuando está enfermo, cuando tiene una necesidad, usted no es amigo de Dios, usted es conocido de Dios. Pero si usted "todos los días" en la madrugada, durante el día, ó antes de dormirse tiene un tiempo con Dios. Tiempo en el cual le agradece su salud, le agradece su vida, le agradece su familia, su trabajo, en fín le platica sus proyectos, sus ambiciones, le pregunta qué desea EL de usted. Entonces usted está tomando a Dios como amigo, como CASA no como refugio. Vea la vida de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Noé, de David... NO SE MANTENIAN METIDOS EN EL TEMPL pero hacían sus altares en cualquier parte, bajo los árboles, a la par de un pozo, bajo un encin, a cualquier hora porque querían tener a Dios por casa y no por refugio.

jueves, 28 de enero de 2010

Los dos cimientos de la salvación.

Como lo hemos dicho en tantas ocasiones, siempre que dos o tres se reunen en el nombre del Señor, sale a relucir el dilema: ¿Se pierde la salvación o no se pierde? Responderemos aquí, a ello, con un diálogo que Jesús tuvo con sus apóstoles, recién terminado el Sermón del Monte.

Literalmente Jesús les dice a sus discípulos: "Cualquiera, pues, que me OYE éstas palabras, y las HACE, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca, el cuál cuando descendió la lluvia, y vinieron los ríos, y soplaron los vientos y la golpearon, la casa no cayó. Pero, cualquiera que me OYE y NO LAS HACE lo compararé a aquél hombre insensato que edificó su casa sobre arena. Pues cuando vengan las lluvias, los ríos y soplen los vientos sobre ella, GRANDE será su ruina" (Mateo 7:24-27). Los exégetas han llamado a éste pasaje de Jesús: El pasaje de los dos cimientos, es por ello que así titulamos el mensaje de hoy. El hombre está acostumbrado a dejar pasar los detalles, y dice: Bueno, allí hay un rótulo que dice que no vayamos en contra de la vía, pero no dice que no vayamos a alta velocidad, y eso hace. O, por el contrario, allí hay un rótulo que dice no vaya a exceso de velocidad pero no dice que no vaya contra la vía, y eso hace.

Con el Señor, el pan es pan y el vino es vino. Cuando Dios pone requisitos esos requisitos se deben cumplir. Si a algún genio se le hubiera ocurrido poner la sangre del cordero pascual no en los dinteles de sus puertas exteriores, sino en la puerta de adentro de la cocina durante el éxodo, la muerte igual hubiera pasado cuchillo por la garganta de su primogénito. Cuando el Señor dice a derecha, es a derecha; cuando el Señor dice a izquierda, es a izquierda; cuando el Señor dice ahora, es ahora no después; cuando el Señor dice: El que OYE y HACE éstas palabras, quiere decir que si usted encuentra a alguien que OYE y REPITE esas palabras pero no las hace, oiga bien, usted NO, NO Y NO está delante de un creyente. El requisito es OÍR Y HACER (Mateo 7:21). Quizás ahora entendamos por qué muchos han caminado con la iglesia, hacen milagros, profetizan, han servido a otros, pero NO son salvos todavía, parecían salvos pero no lo son. Para Jesús no existe el término CAIDO de la gracia, simplemente o se es un creyente o se es un impío. Para Jesús los salvos cometen faltas, esas mismas faltas en los impíos para Jesús son pecados (Proverbios 24:16 entre otros).

miércoles, 27 de enero de 2010

Joven, bella y de buen entendimiento.

David había hecho mucho bien a los obreros de Nabal cuando estuvo en el Carmel, ahora, David necesitaba un favor para sus obreros. Así, envía a un grupo de jóvenes a pedir ese favor a Nabal, pero Nabal cuyo nombre significa "necio", no fue agradecido y olvidando y obviando lo que David había hecho para con él y los suyos, actúa neciamente y le niega el favor. David resuelve matarlo (1era.Samuel 25:10 y 22).

Los obreros de Nabal se enteran de dicha sentencia, y conociendo el corazón de Abigaíl la esposa de Nabal, quien a pesar de ser joven era muy sensata, le cuentan los hechos para que sea ella la que interceda, pues de lo contrario la muerte está sobre todos en esa casa (verso 17). Abigaíl, que como ya se dijo, no solamente era joven sino también muy sensata y muy bella, va al encuentro de David "prontamente" (verso 18 y 23)y llevándole presentes se "postra" a sus pies, clamando por clemencia de la siguiente forma: "Señor mío, sobre mí sea el pecado, no haga caso mi Señor de ese hombre perverso e insensato" (verso 24). David no solamente es conmovido y detenido, sino tiempo después cuando muere Nabal toma por esposa a Abigaíl (verso 39).

Cuántas veces no actuamos nosotros con insensatez, cuántas veces olvidamos lo que Dios ha hecho por y para nosotros y los nuestros, y sin embargo, cuando vemos a alguien en penas, en angustias, en necesidades, volvemos nuestros ojos hacia otro lado. Aquí tenemos una lección preciosa de como ser como " jóvenes o doncellas bellas y de buen entendimiento, como dice Cantares "yeguas del Faraón", para el Señor. No olvidemos hacer el bien, no olvidemos interceder por y para otros, no olvidemos que un día estuvimos en esos zapato., O, quizás, mañana nos toque estar otra vez en esos zapatos, y sería muy lamentable darnos cuenta que la muerte está sobre nuestra casa por necios. Actuemos, pero actuemos "prontamente".

martes, 26 de enero de 2010

Señor, solamente dí la palabra.

Un día Jesús descendía del monte y le seguía mucha gente, entre esas gentes estaba un centurión. Recordemos rápidamente quiénes eran los centuriones: Eran soldados romanos que estaban a cargo de cien soldados, hoy diríamos capitanes de cien soldados, su nombre se deriba del Latín, Centum, que quiere decir cien. Pues bien, éste centurión siendo romano, sabía que Jesús hacía milagros y es por ello que se le acerca.

Cuando lea el pasaje en Mateo 8:5-8, no lo lea solamente como letras que narran un evento sino UBIQUESE EN EL MOMENTO, y verá con qué claridad se aprende una lección. Jesús tenía fama de hacer milagros, milagros que los religiosos (quienes se suponía eran los obligados y los indicados a hacerlos, NO LOS HACÍAN). Un centurión pasa cerca de Jesús, y lo primero que piensa es en su criado enfermo, es por ello que se le acerca y le pide: "Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado, por favor dí la palabra y será sano", y Jesús le responde: "Vamos a tu casa". El centurión replica con una claridad de mente y limpieza de corazón, que muchos de los que hoy nos llamamos creyentes no tenemos: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa".

¡Qué momento de la historia! A Jesús se le paran los pelos, se emociona, piensa dentro de sí: Gracias Padre, no vine en balde a éste mundo, los míos no me conocen, no me creen, no confían en mí, pero éstas ovejas perdidas de la casa de Israel, ellos sí. Y así, conmovido hasta las entrañas Jesús declara una de sus frases más impactantes durante su ministerio: "De cierto os digo, que ni aún en Israel he hallado tanta fe" (verso 10). ¿Llegaremos nosotros algún día a conmover el corazón de Jesús, con tanta fe? Desconfiamos de El, hoy, por el problema que tenemos, cuando llevamos diez, quince, veinte, o más años, viendo cómo nos ha sacado de problemas, de angustias, de necesidades? ¿Saldrá alguna vez de la boca del Señor una expresión tal acerca de nosotros? ¿Podremos conmover el corazón de Jesús, hoy nosotros, como lo hizo aquél centurión hace dos mil años? ¡Señor, solamente dí la palabra y yo sé que mi problema terminará, gracias!

lunes, 25 de enero de 2010

Dios es casa no refugio.

Mantenemos nuestra idea y opinión, puesto que lo hemos visto y comprobado por los últimos 29 años, que es más fácil que una persona se acerque a Dios cuando tiene problemas, limitaciones, escacesez, enfermedades o muerte de alguien cercano, que cuando está bien de salud, económicamente estable, y en relativa tranquilidad.

David era un hombre de Dios, era un hombre que amaba a Dios y que vivía luchando por agradarlo, aún así, y aún habiéndo sido ya ungido como rey, el que reinaba era Saúl. Con cada logro de David nos dice la escritura que el odio y los celos de Saúl crecían en su contra, ¿Por qué? Simplemente, porque el espíritu de Dios se había apartado de Saúl, y en lugar de él, había entrado un espíritu de maldad (1era. Samuel 16:14 y 18:2). La persecusión llega al máximo y David tiene que ir a vivir a una cueva, la cueva de Adulam. Estando allí se le unen los afligidos, los endeudados, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y David, fue jefe de ellos (1era. Samuel 22:1-2). Saúl viviendo en el palacio del rey, y ya no era rey; David viviendo en una cueva como ladrón prófugo, y ya era el rey.

Saúl llegó a ser el prototipo de la persona que tiene a Dios como refugio, aún viviendo en un gran palacio; David llega a ser el prototipo de la persona que tiene a Dios por casa, aún viviendo en una cueva. Saúl llega a ser el prototipo de la persona que teniéndolo todo, no tiene nada; David viene a ser el prototipo de la persona que aparéntemente no tiene nada, pero que lo tiene todo. ¿La diferencia entre uno y otro? TENER A DIOS POR CASA Y NO POR REFUGIO. Muchos somos los que en cuanto tenemos problemas clamamos a Dios; pocos, los que le buscan cada día, cada mañana, cada momento, cada decisión. Pronto, pero muy pronto, esos menesterosos, esos afligidos, esos endeudados, esos amargados de espíritu tendremos que buscar en una cueva a un líder que nos enseñe que Dios es casa y no un refugio.

domingo, 24 de enero de 2010

Las cualidades de los primeros tres Rey de Israel.

En un mundo como el actual toda persona debe estar calificada o sobrecalificada para poder obtener un empleo, ejercer un oficio, o cualquier labor si se desea ejercerla bien. Imaginémonos entonces las cualidades que debía tener una persona en la antiguedad, un tiempo en el cual la ley y el orden casi no existían, para ser gobernante de una nación, y más, si se trataba del pueblo de Dios.

La historia de Israel nos narra las cualidades de sus primeros tres reyes: Saúl, nos dice la escritura que era joven, hermoso, hijo de un hombre valeroso (valiente), y su altura era, entre los hijos de Israel, de hombros para arriba mayor que todos (1era. Samuel 9:1-2). Luego, se dice de David, que era: rubio, de hermoso parecer (1era. Samuel 16:12); sabía tocar instrumentos musicales, y además era valiente, vigoroso, hombre de guerra, prudente de palabras, pero sobre todo Jehová estaba con él (1era. Samuel 17:18). Luego, cuando es elegido Salomón, lo que más destaca en él es que no era ambicioso, y además, buscaba la sabiduría en Dios (1era. Reyes 1:11-12).

Ciertamente no podemos imitar el ser hermosos y de buen parecer, pero sí podemos luchar por obetenr los otros atributos de éstos reyes, podemos luchar por ser entendidos, valientes, prudentes en nuestras palabras, buscar la sabiduría, dejar la avaricia, la lujuria, etc. Podemos meternos con Dios todos los días y pedirle que nos guié, que nos de conocimiento de El y sus negocios, entendimiento de los mismos y gracia para vivir rectamente. No todos están destinados a ser reyes (hoy sería líderes dentro de la congregación), pero para aquellos a quienes corresponda, ojalá y estén siendo preparados de ésta forma para que nos guién a los más pequeños, en los tiempos que se avecinan.

sábado, 23 de enero de 2010

Y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.

Si usted es del mundo y está en un problemas entonces patalee, luche, muerda, arañe, eche mano de su mejor idea, de su mejor estrategia, de sus mejores astucias, no duerma pensando cómo va a atajar a su enemigo, pues usted NO tiene quien batalle por usted. Ahora bien, si usted es un creyente, tranquilo, sereno, y con toda la confianza del mundo vaya a su lugar secreto, aquél lugar en donde cada día se encuentra con su Dios, doble sus rodillas y diga: Gracias Señor, porque tú estás luchando por mí. Tuya es la batalla mía. Gracias Señor porque pronto, todos sabrán que sobre Israel, tu pueblo (usted) hay un Dios.

Con esa misma confianza y después de haber oído de Dios, David, un joven y pequeño pastor enfrentó a un gigante de cerca de tres metros, guerrero y perverso, entrenado no sólamente en batallas sino también en torturas (vea 1era. Samuel 17:4-11). Y se atrevió a decirle: "Jehová te entregará HOY en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré HOY los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel" (vea 1era. Samuel 17:46). Ahora bien, entendamos correctamente desde el principio, David tuvo ésta confianza porque Dios le había hablado muchas veces en su lugar secreto, David amaba a Dios sobre todo lo que pudiera haber sobre la tierra, David tenía una relación muy íntima con su Dios, y esa relación le daba esa confianza.

Nosotros también podemos llegar a tener esa confianza, nosotros también podemos llegar a tener esa seguridad, y nosotros también podemos llegar a oír de Dios, siempre y cuando EL sea el todo para nosotros. Nosotros podemos tener un buen empleo, pero que el empleo sea nuestro esclavo no nosotros los esclavos del empleo; nosotros podemos tener dinero, pero que el dinero sea nuestro esclavo no nosotros los esclavos del dinero; nosotros podemos tener salud, pero que la salud sea nuestra esclava no nosotros los esclavos de la salud, es más, nosotros podemos tener un ministerio en el Señor, pero que el ministerio sea nuestro esclavo no nosotros los esclavos del ministerio. El primer mandamiento u ordenanza que nos da Dios es: "Y Amarás a tu Dios sobre todo en éste mundo". Todo, lo defiene el Salmo 24:1 como el mundo, todo lo que hay en él, y aún las personas. ¿Cuál es nuestro primer amor, el cónyugue, los hijos, nosotros mismos, el dinero, nuestros bienes o Dios? Cuando la gente mira nuestro sistema de vida ¿Creerá o pensará que sobre ésta tierra (usted y nosotros) HAY UN DIOS?

viernes, 22 de enero de 2010

Cuando Dios estorba los privilegios.

Dios reparte dones y privilegios a cada uno de sus hijos, dicho sea de paso, muchas discusiones se forman alrededor de si la famosa "pre-destinación" es pre o post confesión de fé, hoy, no nos ocuparemos de ello. Lo que nos interesa es tratar de saber o conocer, cuándo o por qué, Dios retarda, limita, o cierra los privilegios que nos da.

Lo vemos muy claro en la vida de Saúl, cuando NO obedece la voz de Dios con respecto a destruir todo lo que se refiere a los Amalecitas. Saúl pierde el derecho al reino, le es quitado ese privilegio que con tanto gusto le había dado Dios, muy a pesar de que su voluntad no era que Israel fuera como todos los pueblos. Y ¿Por qué le quita el reino? La misma escritura nos lo dice: ¿Se complace tanto Jehová en los holocaustos y víctimas, como en que se OBEDEZCA A LAS PALABRAS DE JEHOVA? Ciertamente el OBEDECER es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros" (1era. Samuel 15:22). Nada ofende más a Dios que el que nos diga que hagamos algo y no lo hagamos. Aún y cuando, luego de nuestro pecado o falta hagamos derroches de sacrificios, de penitencias y perdones.

Lo vemos como humanos en lo natural, si usted es dueño de un negocio o industria ¿Con quién se complace más, con un empleado que sigue las indicaciones o quien es rebelde? ¿Cuál de los dos empleados llegará con el tiempo a ser su mano derecha, el que hace lo que usted sabe que es lo correcto, o quien dispone, descompone y luego se disculpa? A Dios no lo agradamos tanto repartiendo a diestra y sinietra holocaustos o sacrificios, sino haciendo lo que a EL le agrada que hagamos, y lo que le agrada es que hagamos lo que nos dijo que hiciéramos. La escritura es clara ¿Quién es el que peca delante de Dios? El sabe hacer lo bueno y NO LO HACE (Santiago 4:17). En ese momento es cuando Dios estorba los privilegios.

jueves, 21 de enero de 2010

Ordenes específicas... resultados específicos.

La idea en general, tanto del mundo como de muchos creyentes, es el hecho que Dios es bueno, tan bueno, que nunca va a castigar a alguien o nunca lo va a mandar al fuego eterno del infierno. Pensar así, o creer así, es un error muy grande. En toda la historia del pueblo de Dios, nosotros podemos comprobar que Dios es bueno, es misericordioso, es paciente, es manso, es humilde a pesar de su condición de superioridad con respecto al hombre, pero también podemos comprobar que es severo, es rígido, y es inamovible con rescto a sus juicios y castigos.

Vemos desde el principio cómo por una desobediencia sacó a Adán y Eva del Edén; vemos cómo por un pecado condenó a Caín al destierro; vemos cómo por una desobediencia la esposa de Lot se convirtió en estatua de sal; vemos cómo por una desobediencia Saúl perdió el reino; vemos cómo por una desobediencia y un pecado la espada no se apartó jamás del linaje de David. Analizando la vida de Saúl vemos no solamente éstos conceptos, sino el por qué de esos conceptos. Cuando Dios le da la orden a Saúl de atacar a los Amalecitas le dice: "Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y NO te apiades de él; mata a los hombres, mujeres, niños, y aun a los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos" (1era. Samuel 15:3).

Y vemos que Saúl no lo hizo, sino que salvó la vida del rey Agag y lo mejor de sus ganados (verso 9), esa desobediencia le trajo a Saúl la consecuencia de perder el reino, y más tarde al final de su vida, perderla a manos de un amalecita. Nos preguntamos ¿Si Dios es bueno por qué mandó matar a los ancianos y a los niños? Pues porque al crecer los niños eran enemigos en potencia al ser instruidos por los ancianos, acerca de quién o quiénes habían asesinado a sus padres. Tal y como le sucedió a Saúl. Dios es bueno, es paciente, es misericordioso, pero también es severo cuando da una orden. Tenemos que estar atentos a lo que Dios nos pide, nos ordena o nos exige, pues si no la cumplimos al pie de la letra, no solamente podemos perder nuestro reino sino también la vida física. Con el Señor las ordenes específicas nos traen resultados específicos.

miércoles, 20 de enero de 2010

Las señales de Dios.

Cuando alguien construye algo hace mapas porque le sirven de señales; cuando alguien va a algún lugar pide señales; cuando estamos perdidos buscamos señales para orientarnos. El hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios, no podemos decir que por ello tenemos que creer la idea de que Dios es un ancianito bueno, sentado en una silla y viendo para la tierra, para entretenerse mientras mira cómo se maneja el hombre. Pero sí podemos decir que en su mente, en su espíritu, en su raciocinio, en su espiritualidad, el hombre fue hecho a semejanza de Dios (vea Génesis 1:17 y 1:22).

A Dios le gusta poner señales para que el hombre sepa, para que el hombre aprenda, para que el hombre recuerde, para que el hombre no se pierda. En Génesis 1:14 nos dice Dios: "Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de SEÑALES para las estaciones, para los años y los días". En Génesis 9:11-13 Dios dijo a Noé: "No exterminaré más al hombre, ni destruiré la tierra con agua ni con diluvio (entre paréntesis ésta es la razón por la cual creemos que los ecologístas están siendo títeres de interéses oscuros a un futuro cercano en contra de la humanidad), y ésta es la SEÑAL de esa promesa... el Arco Iris". Cuando va a nacer Jesús, Dios pone una estrella como SEÑAL (Mateo 2:2) para que el mundo sepa que la profecía se ha cumplido.

No haríamos mal ni le faltaríamos el respeto a nuestra fe ni a Dios, si antes de emprender cualquier clase de empresa o proyecto, le preguntáramos a Dios si nos puede dar una guía, una muestra, una SEÑAL, de si ese es el camino que quiere para nosotros en éste momento. Nunca, querer hacer la voluntad perfecta de Dios para nuestras vidas, será una falta de respeto a Dios y a nuestra fe. Dios tiene dos voluntades para con el hombre, la perfecta y la permisiva. La perfecta, es la que El desea de nosotros ahora; la permisiva, es la que EL nos permite hacer, aún y cuando, no sea lo indicado, pero que tarde o temprano nos hará recapacitar nuestra equivocación.

martes, 19 de enero de 2010

Cuando alguien es profeta en verdad.

En los últimos años hemos visto los creyentes con profundo dolor el hecho de que la vanidad, y el orgullo espiritual se ha apoderado del liderazgo en la iglesia de Dios. De unos años para acá, vemos con tristeza cómo abundan los "apóstoles", los "doctores en la Palabra", títulos que solamente envanecen a quien pretende serlo sin lastimar a nadie. Pero, acaso el título que sí lastima a otros por sus consecuencias, es el de llamarse "profeta" sin llegar a serlo.

Abundan los profetas de Dios, hoy, más que en los tiempos antiguos. El problema es que en los tiempos antiguos, los profetas lo eran, puesto que lo que decía se cumplía "al pie de la letra", característica inequívoca de ser un profeta de Dios. Veamos un ejemplo: Samuel le dice a Saúl: "Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?" (1era. Samuel 10:2). Situación que se dió "al pie de la letra". En otras palabras cuando alguien es profeta verdadero, lo que dice se cumple al pie de la letra.

Jesús decía: "El que quiera ser el mayor en el reino, sea el menor aquí". Inventando títulos, y queriendo ser más que los demás mal usándolos no implica que se vaya a ser mayor en el reino. El servicio silencioso es más agradable a Dios que el servicio bullicioso. Vamos pues a servir a nuestro prójimo SIN levantar mucho polvo; extendamos nuestra mano al necesitado SIN poner vallas publicitarias estratégicas; demos de lo mucho que hemos recibido, SIN sonar la campana como lo hacía el hombre rico, así evitaremos que todos sepan qué es lo que hacemos y cómo es que lo hacemos.

lunes, 18 de enero de 2010

El eterno problema: ¡Queremos ser como todos los pueblos!

Había terminado el período de los Jueces en Israel, Samuel había substituido a Elí en el trabajo de sacerdote, y además, había sido juez y profeta para el Pueblo de Dios. Y, al final de sus días, viendo el pueblo que había de morir Samuel y habían de quedarse otra vez acéfalos en el poder como con la muerte de cada juez, no le piden sino le exigen a Samuel: "Constitúyenos un Rey, pues queremos ser como todos los pueblos" (1era. Samuel 8:5).

Muchos, pero muchos creyentes el día de hoy, creen que pueden andar... como todos los pueblos. Creen que pueden andar en fiestas el fin de semana, media vez no lleguen de madrugada... como todos los pueblos; creen que pueden tomar dos, tres copas de licor, media vez no se emborrachen... como todos los pueblos; creen que pueden ir a una fiesta mundana y bailar con una mujer que no es la suya, media vez no se manoseen o propasen... como todos los pueblos. Creen que pueden casarse con personas que no tienen las mismas metas espirituales que ellos, media vez haya tolerancia... como hacen todos los pueblos. Creen que pueden tener pensamientos y expresiones humanistas, pues somos parte de ese contorno... como creen todos los pueblos.

Pero se les olvida algo a quienes piensan así, muy a pesar de que se dicen creyentes, Samuel fue muy claro explicándolo: "Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus miéses, y a que hagan sus armas de guerra y sus pertrechos de sus carros; tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras; asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas, y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano, para dárselos a sus oficiales y a sus siervos; tomará vuestros mejores siervos, vuestros mejores jóvenes, vuestros mejores asnos, y con ellos hará sus obras... y entonces clamarán mas Jehová NO os escuchará" (1era. Samuel 8:11-18). Demás está explicar que eso mismo nos pasará si creemos, aceptamos y practicamos... lo que quieren todos los pueblos. Todo aquello que pongamos como rey sobre nosotros, que no se Dios mismo, nos gobernará y terminará abusando de nosotros y los nuestros.

domingo, 17 de enero de 2010

Cuando los hijos fallan.

No son pocos los matrimonios de personas creyentes que tienen que ver y vivir la verguenza en y por los hijos. ¿De quién es la culpa? El caso de Elí con sus hijos nos ilustra uno de esos ejemplos, no necesariamente es el patrón, pues Caín y Abel, se supone que fueron criados en forma similar, y uno resultó asesino mientras el otro resultó ser un adorador.

En el caso de Elí, Dios, cuando conversa con Samuel (1era. Samuel 3:11-12) le dice: "He aquí YO haré algo en Israel, que a quien la oyere le reteñirán los oídos, en aquél día YO cumpliré contra Elí todo lo que te he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin, porque YO le mostraré que YO juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe, porque sus hijos han blasfemado contra Dios, y él no los ha ESTORBADO. ¿Quienes fueron los que pecaron? Los hijos de Elí, pero, ¿A quién culpa Dios? a Elí, al padre, ¿Por qué? Por no haberlos estorbado o corregido. Es la obligación de los padres mantener materialmente a los hijos, pero también es obligación de los padres instruir a los hijos, especialmente en lo que se refiere a lo espiritual.

No podemos creer que es el Estado, puesto que pagamos impuestos, el obligado a educarlos en lo espiritual; no podemos creer que es la Escuela, solamente porque la pagamos puntualmente; no podemos creer que es la sociedad, solamente porque pertenecemos y convivimos con ella. Somos los padres los encargados de educar a nuestros hijos en los caminos de Dios. Y, somos los padres los primeros en recibir los frutos de lo que bueno que ellos hagan, o los primeros en pasar la verguenza si ellos salen problemáticos. Que cada hijo tiene su responsabilidad, perfecto, eso fue lo que pasó con Caín y con Ofni y Finees, pero tanto Adán como Elí, fueron los que pasaron la verguenza de tener hijos problemáticos, cuyos malos quehaceres en algún momento... no fueron estorbados. Cuando un hijo se desvía, la solución es estorbarlo, o el pecado será tanta culpa de él como nuestra.

sábado, 16 de enero de 2010

Hasta que se oye la voz de Dios.

Es una parte de la lógica plática entre creyentes cuando hay reuniones, comentar que tal o cual persona que se miraba tran entregada ayer, hoy está fuera de los caminos de Dios. En lo personal, muchas son las charlas, pláticas, comentarios y hasta discusiones de las que hemos sido protagonistas por la actitud de dichas personas.

Muy en lo personal, repetimos, muy en lo personal pensamos que lo que sucede es que una persona así, ha oído de Dios, ha caminado con el pueblo de Dios, quizás hasta es pueblo de Dios, pero, NUNCA ha escuchado la voz de Dios. Esto lo pensamos debido a que en las escrituras encontramos ejemplos de ello, y, en la vida práctica también. Veamos los ejemplos bíblicos primero: El caso de Samuel es impresionante sobre manera, vivía desde su destete (el cuál según las costumbres hebreas era entre los dos y tres años, puede comprobarlo en algunos libros de estudio como en el libro "Usos y costumbres de los Judíos" de Alfred Edersheim) en el Templo, y sin embargo no había oído NUNCA la voz de Dios (1era. Samuel 3:7). ¿Qué sucedió después que la oyó? Ah, fue entonces que NUNCA lo dejó. Veamos el caso de Pablo, perseguía al pueblo de Dios, pero el día que oyó su voz, desde ese instante NUNCA lo dejó.

En la vida práctica usted puede comprobar que muchos somos los que nos decimos creyentes, que muchos somos los que vamos al Templo, que muchos mencionamos el nombre de Dios, especialmente cuando tenemos penas, pero que, solamente aquellos que han OIDO la voz de Dios son constantes, son dignos de mencionarlos como ejemplo, son personas como las que uno quisiera ser, pues aquellos que han OIDO la voz de Dios son los NUNCA lo han dejado. Ojalá algún día seamos de ese grupo.

viernes, 15 de enero de 2010

Aún estando en el Templo.

Durante nuestra caminata en el Señor, hemos visto mucho en el sentido que hay personas que creen que se es más santo, o que se está más guardado si se está dentro de una congregación, lo que antiguamente llamaban el Templo o el Tabernáculo de Dios. En la escritura misma encontramos ejemplos que no necesariamente esto es así. Se ha creído que estando entre los hermanos se esta más guardado, que allí se propicia más el estudio de la Palabra de Dios, y que, es allí, en donde es más fácil que Dios le hable a uno.

El sacerdote Elí y sus hijos, son una prueba contundente que aún y cuando, se encuentre alguien dentro del Templo, y es más, aún en el liderazgo mismo, NO GARANTIZA NADA. Elí, siendo un líder no tenía discernimiento, lo vemos al menos en tres ocasiones: una, creyó que Ana estaba borracha cuando derramaba lágrimas sobre el altar del Templo (1era. Samuel 1:14). Y dos, no supo entorpecer el camino de sus perversos hijos (1era. Samuel 2:17), y tres, necesitó Jehová llamar tres veces a Samuel, para que Elí entendiera que era El quien hablaba (1era. Samuel 3:8). Y el pecado de los hijos pues ya es de todos conocido, no sólo no tenían respeto por el altar, sino además tenían relaciones sexuales con las mujeres que velaban en la entrada del Templo o Tabernáculo, abusando de ellas (1era. Samuel 2:17 y 22).

Nadie es necesariamente más santo o propicia ser santo por estar dentro del Templo o dirigiendo el Templo. Eso no es garantía de nada. La garantía es una decisión personal de buscar a Dios cada día, cada momento, de tomarlo en cuenta en nuestros diarios quehaceres, consultar con El primero qué debemos hacer, qué piensa El de lo que estamos planeando, qué quiere El que hagamos, para dónde quiere El que tomemos, a quién quiere que ayudemos, cómo quiere que lo ayudemos, hasta dónde quiere que lo ayudemos, etc. Pero algo sí es totalmente cierto y comprobable, uno se puede no tener discernimiento estando en el Templo, y aún estando en el liderazgo.

jueves, 14 de enero de 2010

En el mundo por mérito, en el Señor por misericordia.

¿A quién no le agrada ganar un premio, recibir un galardón o un reconocimiento? Todos luchamos por ello, y en algún momento de nuestra vida lo anhelamos. Vemos cómo a algunos deportistas les entregan galardones por años de trabajo constante, de records, y de grandes estadísticas. ¿Por qué? Porque "se lo merecen". Vemos como a algunos empresarios los premian con plaquetas de reconocimiento en eventos especiales. ¿Por qué? Porque "se lo merecen" luego de una gran trayectoria como industriales, comerciantes o banqueros.

El creyente también recibe premios y galardones en su caminata, con la única diferencia que en ese camino, nada de lo que recibe es por mérito, todo es por la "gran misericordia de Dios". Pedro no fue apóstol de Jesús por ser un gran pescador, sino por misericordia; Pablo no fue el gran escritor del Nuevo Testamento por méritos, sino por la "gran misericordia de Dios". Usted y yo, no andamos en los caminos de Dios por nuestros propios méritos, sino por la "gran misericordia de Dios". Si por méritos vamos: Abraham no debía de ser el padre de los creyentes, pues era miedoso, miedo que lo llevó a entregar dos veces a su esposa a manos de hombres ajenos; Rahab no debía ser parte de la genealogía de Jesús pues era una ramera.

El mundo nos juzga de una manera, pero Dios nos juzga de otra. El mundo es muy duro y muy hipocrita para juzgarnos, Dios no (recurde el por qué David no quiso ser juzgado por los hombres sino por Dios cuando pecó con Betsabé), porque comprende nuestras debilidades y además, no mira lo que somos sino lo que EL piensa hacer con nosotros. En otras palabras no nos mira como producto en bruto sino como producto terminado. De lo contrario NADIE podría entrar al cielo.

miércoles, 13 de enero de 2010

El ejemplo de Booz.

Casi al final de la narración que las escrituras nos hacen de la vida de Noemí y de Rut, aparece una característica digna de imitarse, en la persona de Booz. Noemí le había dicho a Rut que le pidiera a Booz que la desposara, en nuestros días y en nuestro medio una petición tal suena fuera de lugar, pues ha sido por tradición el hombre quien pide la mano de la novia. Pero tenemos que entender que toda civilización, toda sociedad y todo pueblo tiene sus costumbres, y en el caso del Pueblo de Israel, tal situación sí se daba por la tradición de "redimir" la descendencia del difunto.

El punto es el siguiente: Cuando Booz se da cuenta que tiene opción, por parentesco, de optar a una mujer de la calidad como Rut, toma cartas en el asunto y va con el pariente más cercano, que era el indicado para la redención, y platica con él por si quiere tomar la opción. El pariente, de quien no se menciona ni el nombre, no la toma, así, Booz delante de los ancianos de Israel como testigos promete tomar en matrimonio a Rut. Pero hay un hecho importante en todo éste asunto, y es el conocimiento que Noemí tenía del carácter de Booz. Pues cuando Rut le cuenta que ya platicó con Booz, y que éste le a prometido tratar el asunto, Noemí le dice: "Aguarda tranquila hija mía, que Booz no descansará HOY MISMO sin arreglar éste asunto" (Rut 3:18), tal y como sucedió.

Esa es nuestra lección para hoy, no dejemos para mañana NADA. Lo que corresponde hacer hay que hacerlo ya. La escritura nos da muchas muestras de que lo que hay que hacer hoy lo hagamos hoy. Una de ellas es con respecto al salario de los obreros pues nos dice: "No retengas el salario de tu obrero hasta el día de mañana" (Levítico 19:13). Jesús le dice a Judas cuando lo va a entregar: "Lo que vas ha hacer hazlo pronto" (Juan 13:27). Nuestras abuelitas nos decían cuando niños: "En la tardanza está el peligro". Sí, es cierto. Si nos tardamos podemos perder tiempo, dinero, una vida, o, lo que sería lamentable, nuestra vida eterna. Meditemos.

martes, 12 de enero de 2010

¿En dónde estuvo el éxito de Rut?

El éxito de Rut no estuvo en ser inteligente, en ser astuta, ni siquiera en ser perseverante o emprendedora, solamente estuvo en "escuchar y ser obediente". Cuando Noemí le da instrucciones, ella escucha y luego las sigue al pie de la letra. Noemí le dice qué tiene que hacer y cómo hacerlo, y Rut responde: "Haré TODO lo que tú me mandes" (Rut 3:5).

El total éxito o el total fracaso en los caminos a los que nos enfrentamos en la vida, se debe en mucho, a escuchar o no escuchar consejos o directricez, y por supuesto, a llevarlos a cabo. Como un ejemplo práctico de esto, podemos contar cómo nuestra bisabuela Sofía se dedicaba a hacer quesos con la leche de su hato lechero hace un poco más de cien años, en su momento le enseñó la técnica a la segunda generación, ésta a su vez se la enseñó a la tercera generación, y ésta a su vez nos lo enseñó a nosotros, la cuarta generación. Déjenos decirle que cuando se siguen las instrucciones los quesos salen excelentes, pero, si usted varía un poco la cantidad de cuajo, el tiempo de cuajado, la temperatura de la leche, y es más, la sal agregada, o deja que la temperatura exterior influya más de lo que se debe en dicha cuajada... el queso ya no sale y usted echa a perder todo. Usted debe seguir TODAS las instrucciones para sacar un queso de calidad. Y esto, hablando de algo material ahora imagínese lo que sucede en el plano espiritual cuando no se siguen las instrucciones, y TODAS.

¿Cuál fue el fruto de Rut por seguir todas las instrucciones de su suegra Noemí? En el plano material veamos: El respeto de un pueblo que no era su pueblo; consiguió un marido que la honró; fue fructífera; y bendijo a otras personas. Y en el plano espiritual, pues fue ni más ni menos una de las bisabuelas del Rey David, y por ende una de las bisabuelas lejanas del Hijo de Dios hecho hombre, Jesús (Rut 4:14-21).

lunes, 11 de enero de 2010

No abandones éste campo.

Todos hemos leído o hemos escuchado en algún servicio el gran amor y la gran fidelidad que Rut llegó a prodigar por Noemí, su suegra. Todos sabemos casi de memoria el hecho de que el hambre hizo que Elimelec, esposo de Noemí, emigrara de su tierra a tierras lejanas, que en ese ínterin murieron sus hijos Malión y Kelión, y que, tanto Orfa como Rut eran sus nueras (Rut 1:1-5).

Acaso, lo más relevante y lo que no olvidamos es la célebre expresión de Rut para con su suegra el día que la quizo despedir: "A donde tú vayas iré contigo, tu Dios será mi Dios, y tu pueblo será mi pueblo; donde tú vivas viviré yo, y, donde tú mueras moriré yo" (Rut 1:16-17). Pero el punto que queremos infocar en ésta hora es el siguiente: Cuando Rut va a recoger espigas de la cosecha, la "suerte" dice la Palabra (Rut 2:3), hace que llegue al campo de un pariente cercano de sus suegros, un pariente rico llamado Booz, y cuando éste pariente la encuentra le dice: "NO ABANDONES ESTE CAMPO". Esa es la lección que hoy queremos enfocar. Dios nos ha puesto (y a eso le llamamos suerte) en un lugar, nos ha dado un negocio quizás, o nos ha dado un empleo, y nos ha dado una familia, etc.

NO ABANDONEMOS LO QUE DIOS NOS HA DADO. Si abandonamos el negocio, lo vamos a perder; si abandonamos el trabajo, lo vamos a perder; si abandonamos la familia, la vamos a perder, etc. La contraparte de la "suerte" de tener algo, es la "gratitud" para cuidarlo y no perderlo. ¿Qué hemos hecho con esos talentos que nos han entregado? Si Dios viniera hoy por nosotros y nos preguntara ¿Qué has hecho con tu negocio? ¿Qué has hecho con tu trabajo? ¿Qué has hecho con tu familia? ¿Has multiplicado lo que te dí, o tienes menos hoy? ¿Has prosperado y abanzado en tu trabajo o sigues siendo y estando en el mismo puesto? ¿Tu familia, está caminando conmigo o está dispersa? Qué lamentable sería que en lugar de preguntar el Señor afirmara ¡Abandonáste éste campo!

domingo, 10 de enero de 2010

El arrepentimiento trae confesión y ésta el perdón.

Para poder vencer una debilidad o un pecado tenemos que aceptarlo primero, una persona no dejará de ser mentirosa si cree que no miente; una persona no dejará las malas palabras si cree que no las dice. Nunca vamos a dejar de cometer un pecado si no creemos que lo que hacemos lo sea.

Pedro, cometió el error o el pecado grave de negar a Jesús pero se arrepentió, lo confesó con lágrimas, fue perdonado y nunca más lo cometió; Pablo, cometió el error o el pecado grave de perseguir a los cristianos para encarcelarlos y en ocasiones hasta para matarlos, se arrepintió, lo confesó, y fue perdonado, luego de lo cual nunca jamás lo volvió a hacer. Eso mismo nos corresponde hacer a nosotros. Si queremos dejar una debilidad o queremos dejar de cometer un pecado que tengamos muy arraigado en nosotros tenemos que aceptarlo, y si verdaderamente nos arrepentimos hemos de confesarlo, luego de lo cuál vendrá el perdón, y eso, nos ayudará a no volverlo a cometer, al menos, será el inicio.

Ahora bien, a quién confesó Pedro su pecado y a quién confesó Pablo su pecado. No fue a alguien en especial, fue a donde corresponde, primero confesárselo de viva voz a Dios quien ha sido el primer ofendido, y luego a quienes se ha afectado directamente. Usted, lo hemos dicho en otras ocasiones, no puede ir con Carlos a pedirle perdón por lo que que le hizo a Luis, pues para Carlos va a ser muy fácil perdonarlo y hacerlo sentir bien, porque no tiene nada en su corazón contra usted. Vaya con Luis y pídale perdón a él. Los pecados se confiesan con la parte interesada no con hombres que ignoran el pecado cometido y que por lo tanto no sufren el sentimiento de haberlo recibido. David, oraba hasta por sus pecados ocultos (Salmo 19:12), díganos usted ¿A quién le va usted a pedir perdón por un pecado así? Solamente puede ser con Dios no con los hombres.

sábado, 9 de enero de 2010

Debilidades que nunca se vencen.

No vamos a negar el poder de la sangre de Cristo, no vamos a predicar que el sacrificio de Jesucristo es o fue infructuoso, o que, el poder de Dios ha habido tiempos en los que no funciona. No, de ninguna manera podríamos afirmar algo semejante. Simplemente lo que queremos demostrar es el hecho de que la "naturaleza humna" es lo que es, y será lo que será hasta el fin de los tiempos. Ejemplos.

Jacob, hasta su nombre lo dice, era torcido y un engañador. Desde su juventud vemos cómo se roba literalmente la primogenitura con un engaño; luego lo vemos hacer tratos con el suegro; y al final de sus días vemos como, antes de enfrentar a su hermano Esaú todavía sigue trancero. Envía varias comisiones con regalos antes de dar la cara personalmente, eso no era precausión era una treta, un engaño. Lo que nos enseña que nunca cambió, nunca logró vencer su debilidad. Otro ejemplo, vemos la debilidad de David con las mujeres, tomó esposa y tuvo hijos; tomó a Betsabé y luego del engaño y de su teatral teoría de conspiración mata a Uzías; y luego toma a Abigaíl por esposa también, y cuando está ya viejo para calentarse no pide una chimenea sino pide una virgen, la sunamita. En otras palabras nunca venció su debilidad por las mujeres.

¿Quiere decir que no vale la pena luchar por vencer nuestros pecados y/o debilidades? NO, NO ES ESO LO QUE QUEREMOS EXPONER. Nuestro mérito delante de Dios será precisamente la calidad de lucha que tengamos contra esas debilidades, si las vencemos totalmente, parcialmente o no las vencemos ya será el juicio de Dios sobre nosotros. NO podemos abandonarnos a ellas, tenemos que luchar, pero debemos estar conscientes que algunas áreas de nuestra vida... jamás serán vencidas, ya vimos dos ejemplos, y si cree que en el Nuevo Testamento no lo hay, estudie a Pedro, a Jacobo y Juan y verá como sus malos carácteres los persiguieron por mucho tiempo... Y eso, con el agrabante de que convivieron personalmente con Jesús.

viernes, 8 de enero de 2010

Fuerte, pero sólo contra el mundo.

Otro de los jueces de Israel fue Sansón, famoso por su descomunal fuerza. Admirables las proezas que hizo durante su vida, pocos hombres o quizás ninguno con la fuerza de Sansón ¿Qué hombre desarma las puertas gigantes de una ciudad y las lleva a lomo por el camino? ¿Qué hombre mata a un león a mano limpia? ¿Qué hombre tiene la fuerza y la resistencia para matar a otros mil en un combate?

Dios nos ha dado a todos y cada uno de los que le seguimos, un don, un talento, un llamamiento, y éstos, son "irrevocables" lo que quiere decir que cuando Dios los da, no los quita nunca más, aún y cuando cometamos errores o los utilizemos mal. El asunto es que, el resultado de utilizarlos bajo su cobertura trae "consecuencias diferentes" a utilizarlos por cuenta propia. De Sansón podemos sacar un sin fin de lecciones, buenas y malas, entre las buenas encontramos las siguientes: a) No tuvo miedo de pelear sólo contra los enemigos de Dios y de su pueblo, los filisteos. b) Nunca bebió vino, ni sidra por lo que se mantuvo sobrio toda su vida. c) Fue muy respetuoso de la relación padre-hijo, al extremo que siendo ya hombre maduro pidió a su padre le acompañara a pedir esposa. d) Era tan respetuoso de Dios que cuando clamaba, el Espíritu de Dios lo visitaba. e) Siempre veló por su pueblo.

Pero entre las cualidades malas o negativas tenemos las siguientes: a) Cometió uno de los errores más graves para Dios, que fue el hecho de poner sus ojos en mujeres que no eran de su sangre y de su tribu. b) Jugaba con su don, con su talento, con su llamamiento, su fuerza, especialmente con Dalila. c) Cuando combatía a sus enemigos lo hacía con ira, pues no buscaba solamente la paz de su pueblo sino venganza personal. Y, acaso, la lección más importante que nos deja la vida de Sansón es el hecho de que: "Cuando vamos sólos contra el mundo, utilizando a discreción personal el don, el talento, el llamamiento que Dios no ha entregado, perdemos la visión (en el caso de Sansón es reflejado en la pérdida de sus ojos)de lo que Dios desea para nosotros. Y entonces, aún y cuando seamos parte de una congregación muy grande, perdemos la también misión que Dios nos ha encomendado.

jueves, 7 de enero de 2010

El hombre de los vellones con el Dios de los vellones.

Hace alrededor de 10 años tuvimos el privilegio de conocer a un hombre que realmente busca a Dios, él tuvo una experiencia muy peculiar. El lugar en donde estaba desde hacía 15 años lo había instruido en la Palabra de Dios, lo había entrenado a predicar la Palabra de Dios, pero no le permitían "ir y predicar esa Palabra" por un llamamiento propio. Este hombre, le puso a Dios un vellón, y con todo el amor, el temor y el respeto del caso, esperó la respuesta, cuando ésta vino se lo notificó a su pastor y dándole las gracias por el tiempo de su cobertura espiritual, se fue. El pastor aceptó, no sin antes decirle que era "injusto" ponerle vellones a Dios, pues era una falta de fe, de respeto y obligar a Dios a que hiciera lo que uno quería.

Unos de los jueces de Israel se llamó Gedeón, era miembro de una de las familias más pobres y humildes de Israel en Manasés, y él en lo personal, era el menor en la casa de su padre (Jueces 6:15). Sin embargo, Dios lo escogió a él, para librar al pueblo de Israel de sus enemigos. Estando consciente de sus limitaciones, Gedeón, con amor, temor y respeto le puso un vellón a Dios, y Dios se lo respondió; no seguro de sí mismo, Gedeón le volvió a poner otro vellón a Dios, el cual también fue respondido positivamente (ver Jueces 6:39). Pero no sólo quedó allí el asunto, cuando ya Gedeón había aceptado el reto, entonces fue Dios quien puso los vellones para escoger a los verdaderos guerreros, para que no con cantidad (32,000 soldados) sino con calidad
(300 de ellos), la victoria le fuera atribuida a Dios y no a los hombres (Jueces 7:2,3 y 6).

Como dijimos, han pasado 10 años desde que éste hermano le pusiera un vellón a su Señor, en esos 10 años el progreso material y especialmente el espiritual que éste hermano ha tenido ha sido "considerable", no se puede negar que Dios está con él y por él, muchos testigos podemos afirmar esto. El hombre por lo general teme los cambios, y si a eso le agregamos el temor que puede llegar a infundir una persona de alto rango, el resultado puede ser catastrófico para el interesado y para los interéses de Dios. Como escribió alguien que ama al Señor, no podemos depender sólo de la cabeza (Cristo), también tenemos que depender del cuerpo (la iglesia, la congregación, los hermanos), pero, eso no implica de ninguna manera esclavitud hacia el liderazgo, ni que el liderazgo quiera tener en esclavitud a las ovejas, pues a "libertad" hemos sido llamados dice el Espíritu de Dios.

miércoles, 6 de enero de 2010

Iré contigo, mas no será tuya la gloria.

El hombre fue creado, como género masculino, para ser la columna de una casa, el hombre es el lado fuerte de la familia, es ciertamente el sostén pero tambíén quien es la cabeza del mismo. La mujer es la base sobre la que gira el hogar, fue diseñada frágil y débil, y no fue diseñada para dirigir el hogar. Pablo lo deja muy claro en el libro de los Corintios. Pero como todo en la vida, siempre hay sin embargos.

En el libro de Jueces vemos a una mujer con carácter fuerte, con la sabiduría necesaria para poder organizar, decidir y hasta profetizar lo que va a suceder, se llamaba Débora. Fue juez en Israel por 40 años (Jueces 5:31) durante los cuales hubo reposo en Israel debido a las acciones de ella. Sin embargo, había hombres fuertes también como Barac, pero que no tenían las cualidades de Débora. Es por ello que la escritura nos menciona el pasaje en el cual el pueblo de Israel era oprimido por sus enemigos, en éste caso Sísara. Y cuando Débora oyó de Dios que había que luchar contra éste rey y su pueblo, pues iban a ser entregados en sus manos, Barac no tuvo el valor de ir solo, sino le dijo a Débora que lo acompañara. Débora asintió, pero le dijo: "Ciertamente iré contigo, sólo que la gloria no será mas tuya sino dirán, que el Señor ha entregado a Sísara en manos de una mujer" (Jueces 4:9). Hecho vergonzoso no solamente en nuestros tiempos, sino más aún en aquellos tiempos.

Hay hogares en los cuales el hombre no puede literalmente trabajar, pero quiere hacer sus labores bien a pesar de, en esos hogares aún y cuando sea la mujer la que hago todo, la gloria es para el hombre; pero, cuando el hombre puede pero no quiere, entonces Dios bendice, respalda y da asistencia a la mujer para que no solamente sea base sino también columna y guíe el hogar, en esos casos la gloria es para la mujer. Esa acaso, es una de las lecciones que nos deja éste pasaje.

martes, 5 de enero de 2010

Todo tiene su tiempo y todo tiene su hora.

La biblia no lo aclara, nosotros hemos dado en suponerlo y así lo hemos aceptado. Cuando Dios le dijo a Noé que construyera un arca porque traería un diluvio de aguas para destruir al mundo, nos aclara la biblia que Dios le dió término a ese tiempo de espera, serían 120 años (Génesis 6:3). Debido a eso, hemos supuesto que Noé tardó 120 años construyendo el arca, pero repetimos, la biblia no lo aclara.

El punto principal es éste, suponiendo que hayan sido 120 años los que Noé tardó en construir el arca, y suponiendo que alguien de sus contemporáneos lo hubiera querido imitar, si ese alguien hubiese iniciado a construir un arca igual cuando Noé llevaba 90 años construyéndola, le hubiese alcanzado el tiempo solamente para hacer la base del arca. Si ese alguien hubiese imitado a Noé cuando Noé llevaba 60 años construyéndola, a ese alguien le hubiera dado tiempo a construir la mitad del arca. ¿Cuál es el punto? El punto es que, dice también la biblia: "Todo tiene su tiempo y todo tiene su hora bajo el cielo" (Eclesiastés 3:1). En ocasiones vemos el fruto de los caminos de Dios en una familia, y con envida de la sana, queremos tener lo mismo. Se puede, porque es un deseo sano y digno de imitarse, pero tenemos que estar conscientes que eso... lleva su tiempo.

No es por osmosis, que alguien que llega a los pies del Señor, va a conseguir que de un día para otro toda su familia esté frente al altar... eso, repetimos, lleva su tiempo. No podemos esperar que toda la familia tenga nuestro sentir con respecto al Señor, pues unos son jóvenes mientras que otros no tanto; la experiencia de unos no es la misma que la de otros; es más, suponiendo que todos sean llamados, el llamamiento de unos no es el mismo que el de otros. Alguien que lleva tres años en los caminos del Señor no puede tener los mismos resultados de alguien que lleva 15 o 30 años en ese camino esforzándose, luchando y perseverando en los mismos. No es que Dios no quiera o no pueda hacerlo, y también es cierto que EL y sólo El nos puede redimir el tiempo, pero la biblia es SU Palabra y por lo tanto no miente: Todo tiene su tiempo y su hora bajo el cielo... creamos, luchemos y seamos perseverantes, pero estemos conscientes que todo lleva un proceso.

lunes, 4 de enero de 2010

¿Por qué tiene enemigos el cristiano?

Durante la caminata que llevamos con el Señor que alcanza ya los 30 años, en muchas ocasiones hemos oído, incluso de personas muy dedicadas, que Dios NO PRUEBA a su pueblo. Nos cuesta estar de acuerdo con ellos, sobre todo cuando se estudia a fondo la escritura y se logra ver lo contrario. A saber.

En el libro de los Jueces podemos encontrar el siguiente argumento: "Y el pueblo de Dios había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué... pero murió Josué y fue sepultado... y murió también toda aquella generación, y se levantó otra generación que NO conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho en Israel" (Jueces 2:7-10). Como lo dijimos hace unos días, ni los padres, ni los líderes, ni los ancianos se ocuparon de hacer saber a la segunda generación que Jehová es Dios, que Jehová es quien nos tiene en donde estamos, que a Jehová hay que adorarlo siempre. No podemos esperar que nuestros hijos adquieran conocimiento de Dios por osmosis, tenemos qué enseñárselo nosotros.

Porque el pueblo falló a los ojos de Dios, Dios les dijo: "Por cuanto este pueblo traspasó mi pacto, y encendió mi ira, y no obedeció mi voz, tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones enemigas, para PROBAR CON ELLAS A ISRAEL (Jueces 2:20-22). Esa es la razón por la cual el cristiano tiene enemigos, porque nos alejamos del pacto de Dios, y especialmente nos alejamos cuando no instruimos a nuestros hijos en el pacto de, con y para Dios. Es triste tener que decirlo y reconocerlo, pero cuando no instruimos a nuestros hijos en los caminos de Dios, resulta que el principal enemigo de nuestros hijos... somos nosotros. Y allí encontramos hijos que, no necesariamente son drogadictos, alcohólicos o perdidos, pero que juegan a ser cristianos, mencionando a Dios en sus penas y angustias, pero cuya forma de vida no hace ninguna diferencia entre la de ellos y la del mundo.

domingo, 3 de enero de 2010

Una historia con un final muy triste.

Cuando Dios integró al pueblo de Israel le dió a un líder, ese líder era el guía material y el guía espiritual de Israel; era el hombre fuerte; era, en una sóla expresión, la autoridad visible para el pueblo. Se llamaba Moisés, era tan especial para el cargo, que le llevó ochenta años prepararse para asumirlo (40 en el Palacio de Faraón y 40 en el desierto).

Era tan capacitado que durante los últimos cuarenta años de su vida, se preocupó por preparar a otro líder, para que, cuando él ya no estuviera el pueblo no quedara acéfalo. Ese hombre se llamó Josué, tenía tantas cualidades como las que poseía Moisés, y tenía una diferencia buena, era guerrero, mientras que Moisés no lo era; pero, tenía una diferencia mala con Moisés, NUNCA prepararó a un hombre para que lo sustituyera cuando él muriera. De ese cuenta y de ese error, nació una segunda generación en la nación de Israel, rebelde. Solamente cuando se levantaba un líder con ciertas cualidades, entonces el pueblo dejaba el desenfreno y volvía a los caminos de Dios (el libro de los Jueces da testimonio de ello). Dios es un Dios de orden, de disciplina, con normas y estatutos, y así es como se maneja y como le gusta manejar a su pueblo. Dios no se maneja por sentimientos, ni por sentimentalismos, ni con lógica, su justicia está basada en sus verdades, las cuales nos ha hecho saber.

En todo lugar en donde usted vea que no hay autoridad, usted verá que no hay orden, que no hay disciplina, y que las normas y los estatutos no se cumplen. Por ello el mundo está como está, porque dice la Palabra de Dios que, aún y cuando TODA autoridad ha sido puesta por Dios, ni siquiera el Israel de hoy tiene a la autoridad que Dios necesita para liberar a ese pueblo de su religiosidad. Viene el día en que Israel tendrá no uno sino dos líderes que lo liberarán de esa religiosidad y lo confrontarán con su Señor, la Palabra los llama "los dos testigos". Volviendo al tema, la historia del pueblo de Israel es tan triste luego de la muerte de Josué, que dice el final del libro de los Jueces: "Cada quien hacía, lo que bien le parecía, porque no había autoridad" (Jueces 21:25). Meditemos.

sábado, 2 de enero de 2010

La gratitud una de las principales virtudes.

Según el diccionario de la lengua española (que es la nuestra), la "virtud" se define, entre otras, como: "El hábito y la disponibilidad del alma para las buenas acciones"; y "gratitud" se define como: "El sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio recibido y a corresponder a él". Y éstas, son cualidades que debieran de hacerse notar especialmente entre los que nos decimos creyentes, para hacer una diferencia entre el pueblo de Dios y el mundo.

Uno de los últimos discursos de Josué horas antes de morir fue el siguiente: "Así dice el Señor, el Dios de Israel: Os dí una tierra que NUNCA labrásteis, ciudades que NO edificásteis para que habitaras en ellas, y viñas y olivos que NO plantásteis para que comieras de ellos. Ahora, pues, adorar al Señor y servirle con lealtad y fidelidad" (Josué 24:13-14). Las preguntas para nosotros son ¿Qué hemos hecho para que Dios nos dé la vida? ¿Que hemos hecho para que nos haya concedido la salvación? ¿Qué hemos hecho para estar sanos? ¿Qué hemos hecho para tener nuestras necesidades cubiertas? ¿Qué hemos hecho para que Dios nos proteja en y de un mundo lleno de maldad, de violencia y de corrupción?

¡Que hemos trabajado duro toda la vida para tener lo que tenemos o ser lo que somos! Eso, es tan sólo un "grano" en la montaña de arena que han sido nuestras bendiciones a lo largo de tantos años de vida. Muchos, si lo analizamos fríamente, pero muchos en verdad, son los que trabajan duro, y más que nosotros, y tienen menos de lo que nosotros tenemos. Siguen con deudas, siguen con enfermedades, siguen con angustias, mientras nosotros tenemos cubiertas nuestras más elementales necesidades. ¿No será entontes que debemos tener: "el hábito y la disponibilidad del alma para las buenas acciones", y que debemos fomentar también "un sentimiento que nos obligue a estimar los beneficios recibidos por EL y corresponderle de alguna manera?. Ahora que iniciamos un nuevo año, un nuevo período de nuestra vida, que por qué no decirlo para algunos quizás sea el último, sería bueno meditar en ello.

viernes, 1 de enero de 2010

Ve y toma la tierra que Jehová tu Dios te entrega hoy.

Hoy, uno de enero de un nuevo año, muchos de nosotros iniciamos nuestra vida con "nuevos propósitos", es el esperado día del banderazo de salida de los "deseos y promesas de principio de año", a saber: Que éste año sí dejo de fumar; que éste año si adelgazo; que éste año si entro al gimnasio; que ahora sí voy a ahorrar; que ahora sí salgo de las deudas, etc. Otros, más atrevidos todavía pensamos: que éste año sí pongo mi propio negocio; que éste año si compro mi casa; que éste año me hago misionero, etc.

Todo propósito no solamente es bueno sino es de felicitarse, pero, le hemos preguntado a Dios: ¿Señor, es eso lo que quieres para mí? ¿Señor, es esa la tierra que Tú me estás diciendo que tome hoy, puesto que Tú me la estás entregando? El pueblo de israel cuando entró a la tierra de Canaán, la conquistó, no por sus propias fuerzas, no por sus propias habilidades, no por necios, o por perseverantes, la conquistaron simple y llanamente porque era lo que Dios había escogido para ellos (vea Josué 23:9). Si hubiera sido por sus propias fuerzas, deseos o necesidades, entonces por qué no conquistar mejor el Imperio Romano por completo, eran tantos y suficientes guerreros que si lo hubieran hecho, hasta el día de hoy fueran dueños no sólo de ese imperio sino de todos los demás y para siempre. Simplemente, porque la tierra que Dios les había dado, y por la cual iban a ser respaldados por El, era solamente Canaán.

Excelente que tengamos buenos y nuevos propósitos para el año nuevo, pero, ¿Está Dios en el asunto? ¿Nos ha dicho Dios, hijo-a míó-á, ESTA es la tierra que yo te he entregado hoy? ¿Vamos con la nube del Señor por delante y la columna de fuego por detrás, o vamos solos en la caminata? Si Dios no nos ha hablado, o si nosotros no le hemos preguntado, luego, si fracasamos no le echemos la culpa a EL, pues solamente nuestra.