jueves, 18 de diciembre de 2008

Dios es bueno pero tambiên es implacable

Todo ser humano en algùn momento de su vida, ha creîdo que Dios es un ancianito bueno y noble que estândo sentado siempre en un trono, desde donde acaricia a cuanto niño se le acerca y que ese es su trabajo diario. Nada mâs apartado de la verdad que nos muestran las Escrituras, Dios es un ser que continuamente se mantiene activo (vea Gênesis capîtulos 1 y 3); es un ser fuerte, creativo (simplemente vea cada atardecer), y sobre todo celoso de que se haga lo que EL ordena, como EL lo ordena. No porque sea un Dios dominador sino porque sabe quê es lo mejor para cada uno de nosotros.

Dios tambièn es bueno, lo vemos cuando en la Escritura dice: Si siendo enemigos de EL nos concediô la oportunidad de ser Su pueblo, cuânto màs ahora que somos Sus hijos no nos salvarâ de la muerte (vea Romanos 5:10). Sin embargo, tambièn es y sabe ser implacable, veamos la escena en donde le habla a Saûl para que destruya a Amalec: VE, PUES, Y HIERE A AMALEC, Y DESTRUYE TODO LO QUE TIENE, MATA A HOMBRES, A MUJERES, A NIÑOS, Y AUN LOS DE PECHO (vea Primera de Samuel 15:3). Segûn los "desechos humanos" mal llamados derechos humanos, por lo que vemos en êste pasaje Dios serîa un ser malo.

Pero Dios estâ muy lejos de serlo, EL pide "obediencia mâs que sacrificios y holocaustos", por quê, simplemente porque EL conoce mejor que nosotros quiênes son sus enemigos y los nuestros. ¿Recuerda la historia? Saûl le concediô la vida a algunos amalecitas porque el pueblo exigiô sus derechos, y segûn vemos en una parte de la Escritura fue precisamente a manos de los amalecitas que Saûl perdiô la vida. Si no obedecemos a Dios y destruîmos a nuestros enemigos, esos enemigos van a destruir nuestra vida espiritual y acaso, tambiên la material.