lunes, 6 de julio de 2009

Pronto seremos todos consolados.

Ya sea que usted estudie mucho o poco la escritura, ya sea que usted esté o no esté interesado en los asuntos de Dios, en alguna ocasión usted a escuchado acerca de Jesús. Por poco que haya escuchado de El, hay algo que la gran mayoría de personas en el mundo conocemos, y es el hecho de que EL ya vino una vez, en cuya venida el propósito era "entregar su vida por la salvación del hombre" (aún los incrédulos hablan y viven en ese respecto, la prueba es que el tiempo se divide en años "antes" de Cristo, en años "después" de Cristo). Y también conocen que hay profetizada una segunda venida de Cristo, solamente que ahora, para tomar lo que le corresponde y reinar.

Por no entender ésta situación a pesar de estudiarla diariamente, fue que los "religiosos" de su época lo asesinaron, entiéndase escribas, fariseos, saduceos, ancianos, y principales de la sinagoga, quienes en lugar de ser los que lo presentaran al mundo, por celos de que les venía a desmontar su medio de vida, complotaron para asesinarlo. Para esa venida reinante del Señor la escritura nos da varias claves, que si las observamos nos dará la oportunidad de estar apercibidos para cuando suceda, y poder participar así, de las bendiciones que ese evento conlleva.

Nos dice el mismo Jesús en Mateo 24:32, que cuando la "higuera" florezca estará sobre la tierra la "última" generación de hombres. La "higuera" es una figura de Israel, nación que resurgió de la nada el 29 de noviembre de 1,947 por resolución número 49 de la ONU. Nos dice Jesús en Mateo 24:14 que cuando el "evangelio" sea predicado en todo el mundo, entonces viene el fin. Gracias a los medios de comunicación estamos a punto de que no haya rincón en el mundo al que el evangelio no llegue. En Mateo 24:15 nos explica Jesús: Cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora entonces vendrá el fin. Lo más sagrado de un israelita es el lugar santísimo del templo, cuando un hombre impío esté en ese lugar diciendo que es el Cristo, entonces podemos estar seguros que estamos en el fin. Ese día, será día de "castigo eterno" para los impíos, pero de bendición eterna para los que le seguimos y le esperamos (Mateo 24:33 y 46).