domingo, 26 de abril de 2009

Lo que vas a hacer, hazlo pronto.

La hora de la muerte de Jesús se acerca, la cena está por ser compartida alrededor de los seres que han acompañado a Jesús por los últimos treinta y seis meses, la media noche se acerca y es entonces cuando Jesús, dándole un bocado de su propio pan a Judas le dice: "Judas, lo que vas a hacer, hazlo pronto" (Juan 13:27). Ciertamente en éste momento lo que Judas iba a hacer no era nada bueno, pues su labor era entregar al Hijo de Dios a manos de sus asesinos intelectuales, los religiosos, para que éstos a su vez lo entregaran a manos de sus asesinos físicos, los romanos.

Alguna vez se ha preguntado usted el por qué Jesús apura a Judas. Judas era un hombre predecible, muy predecible. Se sabía que le gustaba el dinero, por ello se le dió la bolsa de dinero de los discípulos para que la cuidadra (vea Juan 12:6). Jesús sabía que era Judas el que lo tenía que entregar, pues Jesús leía las escrituras y las conocía en jotas y tildes, por lo tanto, Jesús conocía que el Salmo 109 hablaba de Judas (ver Salmo 109:7-10), por lo tanto sabía que Judas no se iba a arrepentir a último minuto, pues ese dinerito no lo dejaría escapar. ¿Lo hizo porque estaba nervioso y quería que todo terminara pronto? ¿Lo hizo por aquello de que Judas se arrepintiera y no hubiera quién lo entregara? No. Lo hizo porque el anhelo ardiente de su corazón era AMOR por todos nosotros. Vea cómo le dice tiernamente a Pedro: "A donde yo voy, no me puedes seguir... ahora", pero Jesús sabía que dentro de unos años sí, la prueba es que murieron de la misma forma, ambos crucificados (vea Juan 13:36).

Ahora bien, el punto positivo que queremos ver es el hecho de que nosotros en vida como creyentes, también lo que nos corresponde hacer tenemos que hacerlo y pronto, pues no sabemos cuánto tiempo tendremos por delante. Si hoy nos tocara partir, quizás seamos cuestionados por lo que hicimos, pero lo más seguro es que seamos cuestionados por lo que dejamos de hacer. Ciertamente para todo hay tiempo en la vida dijo Salomón, pero mientras el tiempo lo permita, seamos diligentes en lo que nos corresponde, y tratemos de hacerlo prontamente, así, si el Señor nos llamara hoy a su reino, podremos irnos tranquilos sabiendo que cumplimos nuestro deber, y eso es lo que determinará el galardón que recibiremos.