domingo, 28 de diciembre de 2008

Mañana estarâs conmigo

Se ha predicado mucho en los pûlpitos y discutido mâs, el famoso pasaje en el que Saûl va a consultar con la adivina acerca de si los ejêrcitos jûdîos vencerîan a los ejêrcitos filisteos o no. Unos predican si fue realmente Samuel el que llegô por las palabras dichas por el propio Saûl (entonces Saûl "entendiô" que se trataba de Samuel)(ver Primera de Samuel 28:14), puesto que Samuel ya estaba muerto (ver el verso 3). Pero la escritura es clara en que sî se trataba de Samuel (ver versos 12 y 16). Dicho sea de paso por eso prohibe Dios consultar a los muetos, porque sî se puede pero no se debe. (ver Deuteronomio 18:9-10).

Bueno, pues el resultado de la consulta fue mâs negativo para Saûl de lo que êl mismo pensaba, pues Samuel no solamente le dice que no ganarâ la batalla sino agrega quê: Tû y tus hijos estarân mañana conmigo (ver el vero 19). Aquî vemos de paso, otra lecciôn que ha sido muy discutida por siglos: ¿Se fue Saûl al cielo a pesar de su desobediencia? En lo personal responderîa con otra pregunta ¿Estaba Samuel en el cielo o en el infierno? Pues a donde êl estaba es que iba a ir Saûl. La respuesta es Sî, y ademâs esto nos muestra una vez mâs la tambiên tan discutida: Predestinaciôn.

Preguntamos: Con todos nuestros defectos, con todas nuestras faltas, a pesar de que hemos seguido al Señor y hemos tropezado, a pesar de que nuestra lucha en muchas ocasiones la vemos infructuosa... si mañana muriêramos: ¿Irîamos a donde estâ Samuel? ¿Irîamos a donde estâ Jesûs? ¿Tenemos esa certeza o solamente lo creemos porque un lîder de la congregaciôn nos lo ha dicho, o, hecho creer?