domingo, 17 de mayo de 2009

El Protocolo de Dios.

Protocolo, palabra derivada del latín: "Protókollon" y de "Protokolao" que significa: Serie ordenada de matrices y documentos que un abogado autoriza con ciertas formalidades. Y también puede significar: Actas relativas a un acuerdo. Dios tiene un Protocolo, un plan que desde antes de la creación humana, El pensaba llevar a cabo. El mediador o abogado para ello, era Su mismo Hijo hecho carne, Jesús el Cristo (1era. de Juan 2:1).

El Protocolo de Dios estaba escrito (vea Lucas 22:37) y debìa cumplirse todo a su tiempo, así, había un tiempo específico para que Jesús naciera (vea Gálatas 4:4); había un tiempo específico para que fuera expuesto o tuviera una vida pública (vea Juan 2:4), pero también había una hora para su muerte, pues sin esa muerte el testamento o la herencia no la podíamos recibir (Mateo 26:45) y el Procolo de Dios quedaba inconcluso.

El Protocolo de Dios incluía que muchos de los hombres fueran salvos, a ellos El los conoció, a ellos El los predestinó, a ellos El los llamó, a ellos El los justificó, y a ellos El los glorificó (vea Romanos 8:28-30). Todo tiene su tiempo bajo el sol dijo el sabio Salomón, todo tiempo está escrito en el Protocolo de Dios, es solamente con paciencia que veremos su pronto cumpliento total. En otras palabras: Las actas del acuerdo que Dios hiciera con el hombre están por cumplirse, pues para ello Jesús el Cristo empeñó hasta la última gota de su preciosa sangre, creámosle.