lunes, 19 de enero de 2009

Jehovâ recompense tu obra

Noemî estaba casada con Elimelec y tuvieron dos hijos, Malôn y Queliôn, ambos estaban casados uno con Orfa y el otro con Rut, pero luego de 10 años de morar en Moab, donde habîa nacido Rut, nos cuenta la historia que muriô Elimelec y luego murieron sus dos hijos, por lo que Noemî quizo regresar a Belên de donde era nacida, y dispuso, despedir a sus nueras para que êstas rehicieran su vida. Pero Rut en lugar de alejarse de su suegra, la siguiô y trabajô duro por y para ella (Ver Rut capîtulo 1).

En esas circunstancias fue y trabajô en los campos de Booz, el cual se enterô de todas las bondades que Rut habîa hecho para con su anciana suegra, cuando se encuentra con ella le declara: "El Señor Jehovâ recompense tu obra, y tu remuneraciôn te sea cumplida". La historia sigue narrando lo sucedido a Rut, y cômo con el tiempo llegô, incluso, a ser la bisabuela del Rey David (vea Rut 4:17).

El hecho es que muchas veces hacemos algo y en el momento no vemos la recompensa, simplemente porque esperamos que sean los hombres quienes nos den el mèrito, pero con el tiempo es el Señor quien nos honra, y esa honra es mucho mayor que la que hubiêsemos recibido de los hombres. La lecciôn serîa acaso, el consejo que se nos da en el libro de Colosenses capîtulo 3 y verso 23: "Y todo lo que hagâis, hacerlo de corazôn, COMO PARA EL SEÑOR y no como para los hombres".