lunes, 31 de agosto de 2009

Cristianismo contra perfección.

Generalmente cuando uno dice que es cristiano, muchas personas esperan de uno una conducta intachable, una vida sin errores, una vida con una hoja de servicios con cero faltas. Ese, debiera de ser el ideal de un cristiano, pero lamentablemente, el ser cristiano no nos convierte en seres de otros mundos, o, en seres no suceptibles a faltas.

Si vemos la hoja de servicios de algunos de los patriarcas o de muchos personajes bíblicos, veremos que antes de ser llamados por Dios ya eran unas joyitas, y aún y cuando fueron llamados por Dios cometían serias faltas. Hemos de entender que el "confesar" a Cristo es el principio de nuestra caminata (Romanos 10:9 lo dice); y el "seguir" a Cristo es el principo de nuestra santificación. Por ello es que debemos presentar nuestro cuerpo todos los días delante de Dios, para servir a la justicia o a lo que es justo (Romanos 6:19).

Que una persona que se dice creyente o cristiano cometa errores no implica que es un hipócrita, pues la misma Palabra nos dice: "Siete veces caerá el justo pero de todas ellas lo levantará Jehová" (Proverbios 24:16). Ahora bien, si una persona se dice creyente o cristiana y "practica" (1era. de Juan 3:8) el pecado, entonces esa persona no es "semilla" sino "cizaña", y la palabra nos haba claramente que con ellos no debemos de compartir sino debemos de apartarnos de ellos.