sábado, 28 de marzo de 2009

Aprendamos a contentarnos en el Señor.

En lo material uno está contento cuando obtiene lo que desea, el sembrador está contento cuando cosecha abundantemente el fruto de su trabajo; el comerciante está contento cuando vende con gran ganancia lo que trajo de otro lado; el banquero está contento cuando le pagan lo que prestó y obtuvo rápidas ganancias con ello; y así, pudiéramos mencionar cantidad de ejemplos que nos muestran que el gozo de las personas, está en obtener al final lo que planificaron al principio.

Esto no es en absoluto malo, sin embargo, las personas que transitamos por los caminos del Señor, sabemos que nuestro gozo debe de ser permanente, y como el Señor conoce los corazones humanos y conoce sus flaquezas, por ello nos incita en la pluma de Pablo a: "estad gozosos en todo y por todo, en la abundancia y en la escasez" (vea Filipenses 4:11). ¿Por qué? Pues porque allí es donde mostramos nuestra fe. Ya que nos dice más adelante: Mi Dios, pues, suplirá TODO lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús (verso 19).

¿Qué es lo que sucede entonces? Que los que no han entendido la palabra "necesidades" somos nosotros, pues EL ofrece que no tengamos "necesidades" pero un viaje de vaciones no es necesidad; un auto de lujo no es "necesidad"; tener un closet lleno de ropa a la última no es "necesidad"; sin embargo, comer, transportarse, trabajar, vestirse, estar sano, esas sí son "necesidades" y eso sí lo ofrece dar el Señor como vimos ayer, porque si se lo da a las aves del campo, cuánto más no nos las dará a sus hijos. Aprendamos a contentarnos en el Señor en todo.