viernes, 9 de enero de 2009

A la media noche

Maten un cordero por familia, y con la sangre pinten los dinteles de sus casas, para que cuando el ângel de la muerte pase por enfrente de ellas a la media noche, no mate a vuestros primogênitos. Màs o menos parafraseado asî, fue el mensaje que Dios le diô a los Israelitas cuando la ûltima de las plagas iba a caer sobre el territorio de Egipto hace aproximadamente 3,500 años (vea Exodo 11).

Cuando Dios creô Su mundo, lo creô de noche (ver Gênesis 1:5 y Salmo 24:1)); cuando Dios sacô a Su pueblo de Egipto lo hizo de noche (ver Exodo 12:12); cuando los israelitas pasaron el mar rojo y êste se abriô, era de noche (ver Exodo 14:21); cuando se cumpliô la promesa de un redentor, o sea, el nacimiento del Hijo de Dios hecho carne, era de noche (ver Mateo 2:29; ¿Cuândo cree usted que vendrâ el Hijo del Dios para reinar sobre êsta tierra? Bueno, pues dêjenos decirle que la promesa de la venida del Hijo de Dios para reinar sobre êsta tierra, fue anunciada para la media noche (vea Mateo 25:6).

Ahora bien, si el horario mundial tiene noche de un lado pero tiene dîa del otro ¿Cuâl es el horario que debemos observar? Sencillo, la promesa del primer advenimiento, y, el cumplimiento de esa promesa fue en Medio Oriente, en Israel. La segunda promesa de otro advenimiento, y, el cumplimiento serâ tambiên en Medio Oriente, en Israel. El reloj del mundo no es un avivamiento espiritual en Guatemala; el reloj del mundo no es una crisis financiera en Estados Unidos; el reloj del mundo no es la degeneraciôn campeante en Europa; el reloj del mundo es una invasiôn mundial de ejêrcitos sobre el territorio Israelita... que no nos extrañe que una noche cualquiera esto suceda (Vea Zacarîas 14:1-3).