miércoles, 18 de marzo de 2009

La fe nos libera del pecado.

Los caminos de Dios son tan pero tan distintos a los del hombre, que el hombre a pesar de llevar 6,000 años sobre la faz de la tierra no puede aún entenderlos. La forma en que Dios juzga los eventos de los hombres es tan diferente a la forma en que los juzgamos los hombres, que nunca podrían dos personas poder ponerse de acuerdo en un mismo evento, con respecto a la opinión de Dios. Sin embargo, sin que podamos convertir a Dios en un ser enmarcado o con patrón alguno, tenemos en la Escritura alguna manera de medición de la forma de ver los asuntos departe del ojo Divino.

Dice en Romanos 6:17-18 Pablo que:"por la fe en la doctrina de Jesucristo, hemos sido liberados del pecado". ¿Qué puede significar esto? Si estamos conscientes de que a pesar de haber recibido a Nuestro Señor Jesucristo en nuestro corazón, aún tenemos faltas, aún cometemos errores, y hasta en ocasiones repetimos pecados del pasado con nuestra débil voluntad, con nuestro mal carácter, con nuestras sucias pasiones. Bueno, simplemente que al aceptar la fe de Jesucristo, Dios juzga de otra forma nuestros faltas.

Dios mira como "pecado" al borracho que se emborracha con todo su gusto y que no tiene el menor remordimiento, pero mira con misericordia y como una "falta" la borrachera que cometió aquèl que está luchando por dejar de ser un borracho, y que sabe, arrepentido, que le faltó a su Señor y que inicia una nueva batalla por dejar de emborracharse. Esa lucha, esa batalla, ese arrepentiemiento es el que el Señor juzga de otra forma con respecto a los que NO son sus hijos, de lo contrario preguntamos ¿Cómo iba a permitir Dios que se escribiera en el capítulo 8 y verso 1 lo siguiente: NINGUNA CONDENACION HAY PARA LOS QUE ESTAN EN CRISTO JESUS, que andan conforme el Espíritu?