lunes, 7 de diciembre de 2009

Leyes para con el prójimo.

Como hemos visto a Dios lo que más le interesa es que lo "amemos y lo honremos" primero a EL, puesto que es un Dios fuerte, grande, misericordioso pero también celoso de sí mismo. Luego quiere que busquemos la "santidad" con cuya actitud estamos demostrando amor hacia lo que EL ha hecho por y para nosotros; y en tercer lugar hemos visto que quiere que "amememos y respetemos" al prójimo.

Y, entre las leyes para amar y respetar al prójimo tenemos las siguientes: "No endurecerás ni cerrarás tu mano contra tu hermano menesteroso (necesitado)"; Nunca dejará de haber pobres sobre la tierra, por eso te "ordeno": "Abre tu mano al desposeído y al menesteroso de tu tierra" (Deuteronomio 15:7-11). "No torcerás el derecho del indigente en el curso un proceso" (Exodo 23:6). "Quien quite la vida a otra persona, ése ha de morir"; "Quien quite la vida a un animal, deberá indemnizarla, vida por vida" (Levítico 24:17:22). "No aceptaréis rescate en dinero por la vida de un homicida que es culpable" (Número 35:30-31). "El presunto homicida no será muerto sino hasta que salga culpable después de haber compadecido en juicio ante la comunidad" (Números 35:10-12). Todos éstos mandamientos os doy para que no os
dejéis llevar por vuestros propios deseos y antojos extraviados.

Como podemos apreciar lo que Dios ve como amor al prójimo no es un desenfreno de caricias o nada similar, es un respeto y cuidado por la vida y el bienestar del prójimo como lo desearíamos para nosotros, o en su defecto, para uno de los de nosotros. Vamos pues a agradar a Dios compartiendo de lo mucho que nos ha dado, dándole una oportunidad al menesteroso y necesitado; y, respetando sus derechos aún en la adversidad.