domingo, 22 de marzo de 2009

Irreprensibles en medio de una generación maligna y perversa.

Hombre de 52 años viola a su madre de 71 en Estados Unidos; hombre es detenido por intentar comprar un niño para tener relaciones sexuales con él en España; novio mata a jovencita y la tira en un basurero en España; niño de 13 años asesina a 15 compañeros de su escuela secundaria en Alemania; madre de 30 años tiene a su bebé en el baño de un avión y lo deja abandonado en un vuelo interno en Estados Unidos... Estas y otras noticias han sido los titulares de los matutinos alrededor del mundo en los últimos días. Estamos viviendo en medio de una generación maligna y perversa. Estamos viendo el cumplimiento de lo que fue dicho en Filipenses capítulo 2 y verso 15.

Pero ese verso no solamente nos dice eso, sino también nos dice lo que NOSOTROS los que decimos que conocemos a Dios y que le amamos debemos hacer, y esto es: "vivir irreprensibles y sencillos". Irreprensible es una persona a la cual no se le llama la atención porque se conduce como debe conducirse en todas las situaciones, es callado cuando tiene que callar, habla cuando tiene que hablar, hace lo que tiene que hacer en su momento, deja de hacer lo que hay que dejar de hacer cuando hay que dejarlo de hacer, etc. Y, sencillo, es una persona que no llama la atención, y menos por situaciones erróneas, que se conduce con moderación y que vive modestamente.

Estamos viviendo tiempos muy difíciles y no somos pocos los que creemos que éstos son los tiempos profetizados por Jesús en Mateo 24, cuando nos habló de los acontecimientos que antecederían su venida final, estamos siendo testigos de pueblos contra pueblos, naciones contra naciones, de guerras y rumores de guerras, de hambrunas, de pestes, de terremotos por todos lados, gentes aborreciendo gentes, muchos falsos profetas profetizando grandes proviciones cuando la crisis está en nuestros rostros (la falsa doctrina de la prosperidad), y sobre todo viendo engradecerse la maldad a tal grado que el amor de muchos se está enfriando (Mateo 24:6-12). Pidamos gracia delante de los ojos de Dios para poder vivir irreprensibles y sencillos en medio de una generación maligna y perversa.