lunes, 12 de enero de 2009

El siempre tiene algo mejor para nosotros

!Ojalâ hubiêsemos muerto en Egipto¡ Esta fue una de las primeras expresiones de murmuraciôn que el pueblo de Israel tuvo en el desierto, cuando se vieron sin agua y sin pan (vea Exodo 16:3). Acostumbrados a la buena comida de Egipto (tierra fêrtil regada por el Nilo), se atemorizaron cuando se vieron rodeados de kilômetros de desierto y temperaturas de 40 o 45 grados, sin comida y sin agua. Nada extraño desde el punto de vista humano pero muy obvio desde el punto de vista que "sabîan" que tenîan un Dios pero que no lo "conocîan" personalmente.

Dios siempre tiene algo mejor para nosotros, pero como "sabemos" que tenemos un Dios pero no lo "conocemos" entonces dudamos, murmuramos y vivimos pensando que se olvidô de nosotros. Los Israelitas se estaban muriendo de hambre en Canaân, entonces se los llevô a Egipto 400 años antes, y se los llevô a lo "mejor" de Egipto a la tierra de Gosên (vea Gênesis 47:6) por medio de Josê. Luego, por medio de Moisês ahora los estâ sacando no solamente para su propia tierra, sino a una tierra mâs fructîfera la cual fluye leche y miel, pero como ellos "saben" que tienen un Dios pero no lo conocen, dudan, murmuran y se quejan.

Murmuran por la comida de Egipto sin darse cuenta que ahora tendrân agua y comida sin trabajar y sin tener quê cocinarla (Manâ por 40 años), porque Dios siempre tenîa algo mejor para Su pueblo. Eso mismo nos sucede a nosotros hoy, queremos ser Su pueblo porque "sabemos" que EL existe pero no lo "conocemos" lo suficiente como para confiar en EL. Lo decimos de palabra pero lo negamos con nuestras obras. Por ello cuando nos sucede algo lo primero que preguntamos es ¿Por què me sucede esto? en lugar de preguntar ¿Para quê me sucede esto? pues El siempre tiene un propôsito mejor para nosotros.