lunes, 29 de marzo de 2010

La diferencia entre entender y no entender.

Cada vez que estamos en una reunión de cualquier índole, podemos observar la diferencia de pensamientos, de criterios y de opiniones que hay acerca de tal o cual punto. Si usted habla de construcciones, unos piensan que es mejor así que asá; si usted habla de leyes, unos piensan que esto es así y otros que ésto es asá. No importa del tema que usted toque, siempre encontrará diversidad de opiniones. Ahora bien, casi por regla general en cada reunión se le concede el mejor criterio casi siempre a quien más haya estudiado.

Si se habla de construcciones y hay tres ingenieros presentes pero uno de ellos tiene un posgrado, a él se le respeta más; si se habla de leyes y entre los presentes hay alguien que es magistrado, a ese se le da la razón. Pero, curiosamente, cuando se habla de lo espiritual, cuando se habla de la biblia, de la Palabra de Dios, NO IMPORTA, increíblemente así, NO IMPORTA cuántos estudiosos haya de la Palabra o cuántos años alguien se haya preparado en su estudio, igualmente es rebatido por "cualquiera", en esa área curiosamente TODOS son expertos. Bien dice la escritura que TODOS somos sabios según nuestra propia opinión (Proverbios 3:7 y 21:2 y 28:11).

Nos dice la escritura también que: "Los que buscan a Dios entienden todo, pero los que son hombres malos no entienden sus juicios" (Proverbios 28:5). No estamos promoviendo aquí el hecho de que si alguien tiene un año más de estudio bíblico que otro, es más sabio. No, lo que estamos promoviendo es que TODOS estudiemos la Palabra de Dios para tener derecho a entender sus decisiones; que TODOS busquemos a Dios para encontrar el equilibrio en nuestras vidas, y así, podamos ayudarnos mutuamente en éste bien llamado "Valle de lágrimas" para que juntos, sobrellevando las cargas unos de los otros alcancemos dos situaciones, la una, "entender" la voluntad de Dios para nuestras vidas, y la dos, "juntos alcanzar" la presencia física de Dios.