domingo, 29 de marzo de 2009

Para que andéis como es digno del Señor (El Protocolo del Señor Jesús).

Todo ministro de un estado de cualquier país del mundo tiene cierta forma de actuar, cierta forma de vivir, cierta forma de tomar las decisiones, etc. A esa forma de actuar se le llama "protocolo", cuando un ministro se sale de esas normas o formas de actuar, en la mayoría de los casos se tiene que pedir una disculpa o explicar el ¿por qué? se actuó de otra forma. Es más, hay ocasiones en que el actuar es tan opuesto o tan fuera de lugar que el hecho no solamente amerita una disculpa, sino muchas veces conlleva una sanción a dicho funcionario.

El Señor Jesús también tiene su protocolo, por ello llevó a Pablo a escribirnos que si nos llamamos cristianos, si nos llamamos seguidores de Cristo Jesús, andemos como es digno de un embajador de Cristo (Colosenses 1:10). Esto no nos llama al fariseísmo, a que tengamos una forma de vida en lo privado y otra en público, eso se llamaría hipocrecía. El Señor Jesús nos llama a que seamos "constantes" en nuestra forma de ser, en nuestra forma de actuar. El no desea que seamos amables con los de la calle y que seamos ásperos con los de dentro de casa. No nos llama a que seamos dadivosos con los de fuera y tacaños con los de casa. No nos manda que seamos comprensivos con los de fuera y exigentes con los de casa.

Por ello, para que actuemos correctamente siempre, Pablo nos llama a la oración en éstos términos: "Al orar, pidamos ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, con sabiduría e inteligencia celestial" (Colosenses 1:9). Esta virtud o ésta cualidad nos hará tomar las decisiones correctas, con las personas correctas, en los momentos correctos, y así, cumpliremos con el Protocolo de Dios.