martes, 20 de enero de 2009

Tinieblas no sacrificios

Al hombre lo habîan pasado torturando toda la noche, al amanecer del dîa de la Pascua Judîa (ver Mateo 27:15 y 26) lo desnudaron, y le pusieron un manto rojo que simbolizaba el reinado que "El" decîa tener, pusieron sobre su cabeza una corona de espinas, y una caña en su mano, todo repetimos, para simbolizar el reinado que "EL" decîa poseer.

A la hora sexta que eran las doce del dîa, hubo tinieblas hasta las tres de la tarde û hora novena, hora en que muriô Jesûs. A su lado habîan crucificado tambièn a dos ladrones cuyos nombres en la Escritura no aparecen pero que la tradiciôn les ha puesto nombre. Ambos tambièn en tinieblas espirituales, con la diferencia que uno de ellos "reconoce" al verdadero rey y salvador que estâ a la par suya y le dice: "Señor, acuèrdate de mî cuando estès en tu reino" (ver Lucas 23:42).

Muchos andan hoy por el mundo en "tinieblas espirituales" haciendo sacrificios y negândose de muchas situaciones creyendo entrar al reino de los cielos por ello, la Escritura nos muestra que el ladrôn no hizo ninguna de las dos situaciones, simplemente reconociô que sobre toda la tierra no hay otro nombre que dê salvaciôn ni que interceda por un pecador en tinieblas, sino tan sôlo el nombre de JESUCRISTO ( Hechos 4:12). El requisito para entrar al cielo es estar en tinieblas espirituales antes de reconocer a Jesûs como suficiente salvador, no hacer algûn tipo de sacrificio... pues ese lo hizo EL.