lunes, 4 de enero de 2010

¿Por qué tiene enemigos el cristiano?

Durante la caminata que llevamos con el Señor que alcanza ya los 30 años, en muchas ocasiones hemos oído, incluso de personas muy dedicadas, que Dios NO PRUEBA a su pueblo. Nos cuesta estar de acuerdo con ellos, sobre todo cuando se estudia a fondo la escritura y se logra ver lo contrario. A saber.

En el libro de los Jueces podemos encontrar el siguiente argumento: "Y el pueblo de Dios había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué... pero murió Josué y fue sepultado... y murió también toda aquella generación, y se levantó otra generación que NO conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho en Israel" (Jueces 2:7-10). Como lo dijimos hace unos días, ni los padres, ni los líderes, ni los ancianos se ocuparon de hacer saber a la segunda generación que Jehová es Dios, que Jehová es quien nos tiene en donde estamos, que a Jehová hay que adorarlo siempre. No podemos esperar que nuestros hijos adquieran conocimiento de Dios por osmosis, tenemos qué enseñárselo nosotros.

Porque el pueblo falló a los ojos de Dios, Dios les dijo: "Por cuanto este pueblo traspasó mi pacto, y encendió mi ira, y no obedeció mi voz, tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a ninguna de las naciones enemigas, para PROBAR CON ELLAS A ISRAEL (Jueces 2:20-22). Esa es la razón por la cual el cristiano tiene enemigos, porque nos alejamos del pacto de Dios, y especialmente nos alejamos cuando no instruimos a nuestros hijos en el pacto de, con y para Dios. Es triste tener que decirlo y reconocerlo, pero cuando no instruimos a nuestros hijos en los caminos de Dios, resulta que el principal enemigo de nuestros hijos... somos nosotros. Y allí encontramos hijos que, no necesariamente son drogadictos, alcohólicos o perdidos, pero que juegan a ser cristianos, mencionando a Dios en sus penas y angustias, pero cuya forma de vida no hace ninguna diferencia entre la de ellos y la del mundo.