miércoles, 10 de marzo de 2010

Abraham... el gran publicista de Dios.

Ciertamente Adán fue el primer humano en conocer a un Dios único y verdadero, pero no podía publicitarlo porque no había gente a quién publicitarlo (Génesis 3:8). Más tarde vendría entre la gente de reconocida trayectoria, Enoc, quien también conociera a Dios personalmente, pero que no pudo publicitarlo porque fue arrebatado al cielo (Génesis 5:22). Y, por último, tenemos al tercer precursor del conocimiento de un Dios único y verdadero, Noé, quien tampoco pudo ser un gran publicista de Dios pues allí fue el mundo el que fue arrebatado pero para el infierno (Génesis 7:21).

Fue hasta el momento en el que hace su paso por ésta tierra otro hombre de renombre, Abraham, cuando el mundo inicia a conocer el hecho de que NO se debe ser politeísta. (Poli, significa "muchos", y Teos, significa "Dios"), de donde sabemos que la palabra politeista significa: tener muchos dioses. Este mensaje publicitario ha sido el mejor del mundo, no hay otro mensaje publicitario que haya cambiado al mundo como éste. Hay mensajes y logos que se conocen en todo el mundo, ya hay marcas que ni siquiera poner su nombre sino sólo pintan su logo, y usted sabe a qué artículo se están refiriendo. Pero el mensaje de la fe en un UNICO Y VERDADERO Dios, ha sido el que ha cambiado al mundo como ningún otro.

Abraham inició a prediar su fe, sin haber recibido lo prometido (Génesis 15:2); es más, Abraham se murió publicitando su fe sin recibir físicamente la promesa de esa fe (Hebreos 11:39). Sin embargo, ese mensaje cambió al mundo, y hasta el día de hoy quienes lo promulgan estan ayudando a cambiar el mundo. Ahora bien, la pregunta es ¿Estamos viviendo ese mensaje de fe, de tal manera que quien nos mira cambia o quiere cambiar de modo de vida, o estamos viviendo de tal forma que los demás dicen: vivimos igual, no hay diferencia entre él y yo, para qué voy a cambiar? Meditemos.