sábado, 27 de marzo de 2010

El que se mete a redentor... sale crucificado.

Según la Lengua Española, "redentor", se define como la persona que "va y entra a rescatar a otra". Por ejemplo clásico de "redentor" conocemos a Jesucristo. El fue la persona que para que nosotros no pagáramos por nuestro pecado, lo pagó EL.

Nuestro padre terrenal, que muriera hace poco tiempo destrozado materialmente por un cáncer de próstata, pero gozando de las mieles espirituales en el Señor, nos decía desde que éramos niños: "Patojos, entiendan esto: El que se mete a redentor... sale crucificado". En más de una ocasión hemos podido comprobar en lo personal, que cuando alguien, o, nosotros mismos, nos metemos a defender la causa de otro, es ese alguien o somos nosotros los que ocupamos el puesto de crucificados. El que se mete a redimir a otro, tiene que ir con la idea fija y segura, que va a ocupar el lugar del otro al momento de la crucifixión. Va a ser calumniado; va ser visto como la persona que tiene un interés oculto; como el que se quiere aprovechar de la oportunidad; como el que vió la mesa servida, y ahora, sólo quiere llegar a sentarse a comer, para al final, pocos o ninguno aprecien lo que quiso hacer.

Ninguno que se mete a "redentor" sale ileso. Todos, todos, todos, los que en alguna medidad se meten, o, nos metemos a defender la causa ajena salen o salimos lastimados. Con razón la escritura dice: "No tengas pleito con nadie sin razón, si no te han hecho agravio" (Proverbios 3:30), y, "El que pasando se deja llevar de la ira en pleito ajeno, es como el que toma al perro por las orejas" (Proverbios 26:17).