jueves, 31 de diciembre de 2009

No os mezcléis ni os caséis con ellos.

En el libro de Jousé en el capítulo 23 específicamente, vemos a un Josué ya viejo y cansado (según sus mismas palabras) sabiéndo que va a morir, entonces decide reunir a lo más granado de Israel, esto es, a sus ancianos, a sus príncipes, a sus jueces, y a sus oficiales. ellos eran la segunda autoridad sobre el pueblo, después de Josué. Ellos serían los encargados de velar porque las leyes de Dios se cumplieran ahora que él (Josué) iba a la presencia de Dios.

Alli les dice: " Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho con todas las naciones (enemigos) por vuestra causa" (verso 2); "Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios; porque si os apartáreis, y os uniéreis con lo que resta de éstas naciones que han quedado con vosotros, y si concertáis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, SABED, que Jehová no arrojará más a éstas naciones delante de vosotros, sino que os serán por LAZO, por TROPIEZO, por AZOTE para vuestros costados, y por ESPINAS para vuestros ojos, hasta que perezcáis en ésta tierra" (Jousé 23:11-13).

Dios NUNCA ha querido que su pueblo se mezcle con otros pueblos y menos en matrimonio, porque sabe que los otros pueblos son fuertes, porque sabe que los otros pueblos son malos, porque sabe que los otros pueblos no lo buscan, porque sabe que los otros pueblos van a corromper a su pueblo. Es obligación de los padres, de los líderes, de los ancianos, de los principales de la iglesia, hacer saber éste concepto a los hijos de Dios, sobre todo PORQUE ELLOS HAN VISTO LO QUE DIOS HA HECHO POR ELLOS EN CONTRA DE SUS ENEMIGOS. Y porque Dios mismo ha dicho: "Os serán por Lazo, por tropiezo, por azote, por espinas en los ojos hasta el día de tu muerte". Meditemos.