miércoles, 17 de marzo de 2010

Y la buena nueva conforta los huesos.

Todos los días mientras que alguien muere, alguien nace. Hace muchos años había una canción popular que decía: "Unos que mueren, otros nacerán, pero la vida sigue igual". Ciertamente la vida sigue igual tanto por los que mueren como por los que nacen, pero no sigue igual para aquellos que enterramos a otros, y mucho menos sigue igual para aquellos que recibimos en nacimiento a otros.

Decía el hombre más sabio del mundo después de Jesucristo, esto es Salomón: "Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los años de su edad fueren muchos, si su alma no se sació del bien, es mejor un niño que nace muerto que él" (Eclesiastés 6:3). ¿Qué significa saciarse del bien? ¿Comer bien, vestirse bien, viajar mucho, tener buenos carros o buenas casas, tener la oficina en uno de los edificios más prestigiosos de la ciudad? NO. Saciarse del bien, es caminar con Jesucristo. Conocer a Jesucristo es que "el reino de los cielos se haya acercado a nosotros".

Cuando un ángel se presenta a los pastores de israel para anunciar el nacimiento de Jesucristo les dice: "He aquí os traigo NUEVAS de gran gozo, os ha nacido HOY en la ciudad de David,un Salvador que es CRISTO el Señor" (Lucas 2:10-11). Por ello es que creemos que como dice Proverbios 15:30. " Las buenas nuevas confortan los huesos". No hay mejor noticia que nos cuenten que ha nacido un niño, pero mejor noticia nos es que nos cuenten que ese niño nació al Señor... eso, creemos, es saciarse del bien.