jueves, 11 de junio de 2009

Ceñidos vuestros lomos, velando...

Cuando Lucas (12:35-40) nos narra el famoso "Sermón del Monte" vemos que nos hace una ampliación de los conceptos que nos emite Mateo, vemos cómo nos indica que tenemos que ser "siervos vigilantes y no descuidados". Para ello nos señala enfáticamente que vivamos con los lomos ceñidos y velando. ¿Qué podría estarnos diciendo Lucas?

Si nosotros analizamos la historia antigua del pueblo de Dios, veremos cómo esas mismas expresiones fueron utilizadas por Dios cuando se dirigió a Moisés, para que avisara al pueblo Israelita cómo debía prepararse para celebrar la Pascua antes de su èxodo de Egipto. Veamos Exodo 12:1-11: Dice: "Este mes, os será por principio de los meses (verso 2); el día diez escogerán un cordero, y será uno por familia (verso 3); el animal será sin defecto y macho de un año (verso 5); tomarán la sangre y la pondrán en los postes y en los dinteles de las puertas (verso 7); comerán la carne asada y con panes sin levadura y con hiervas amargas (verso 8); ninguna parte la comerán cocida ni cruda (verso 9); no dejarán nada de él (verso 10); y lo comerán CEÑIDOS VUESTROS LOMOS, VUESTRO CALZADO PUESTO, VUESTRO BORDON EN LA MANO, Y APRESURADAMENTE... en otras palabras VELANDO (verso 11).

Dios es bueno, inmensamente bueno, quizás por ello es que en nuestras mentes pensamos que EL es incapaz de castigar a alguien "solamente" porque olvidó algún detalle. No nos equivoquemos, Dios es bueno, es inmensamente misericordioso también, pero cuando en la historia EL dió instrucciones precisas los que no las cumplieron simplemente murieron en el camino. Entiéndase los que no marcaron los dinteles de las puertas con sangre, entiéndase la mujer de Lot cuando volvió sus ojos para ver lo que se les había prohibido ver, entiéndase Saúl cuando no quiso matar a todos los filisteos, etc. No debe sorprendernos pues, que Dios desee que seamos siervos que están prestos a partir con EL en cualquier momento, pero estando vigilantes y preparados.