martes, 17 de marzo de 2009

El temor en tiempos de crisis

Al principio como muchos no entendíamos lo que era una crisis económica no nos afligíamos, pero ahora cuando la entendamos o no la entendamos, ya nos alcanzó, entonces sí nos preocupa. Pocos saben qué es inflación, qué es recesión, qué es deflación, si una nos conviene más que la otra para que el gobierno esté estable, etc. Lo que sí ya entendimos es que nos afecta y en mucho. Millones de personas alrededor del mundo (según las estadísticas de ayer 30 millones de personas estarán sin empleo para el mes de mayo próximo) no tienen ingresos. Mil millones de familias están por perder sus viviendas en hipotecas, y, mil cien millones de personas ya están en hambruna. Resultado: Temor.

Es perfecta y humanamente comprensible que nos de temor en éste tiempo el no tener ingresos, el no tener comida, el no tener un techo, sin embargo, para los que conocemos a Dios la esperanza debe ser diferente. Dios le dijo a Abraham, no temas que yo te daré un hijo que te heredará, y se lo dió (Génesis 15.1). Dios le dijo a Josué, no temas que yo estaré contigo y conquistarás la tierra que te prometí, y se la dió (Jousé 1:9). Dios le mandó a decir por medio de un ángel a Daniel, no temas pues desde el primer día escuché tu oración, y así había sido (Daniel 10:12).

Dios quiere que nosotros sus hijos no temamos, por ello el salmista se atrevió a escribir en el Salmo 27:10 algo precioso: "aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová mi Dios no me dejará". Esa es la esperanza con la que debemos vivir los creyentes, que Jehová nuestro Dios no nos dejará. Si salvó a un pueblo rebelde en Egipto, si le entregó una tierra fértil aún con la falta de gratitud que tenían, si alivió sus temores a la hora de la batalla y la conquista, la pregunta es: ¿Cuánto más no nos librará a nosotros si confiamos en El, si le damos gracias a EL, si confiamos en EL, si tenemos gratitud hacia El?.