sábado, 2 de mayo de 2009

¿Los cuatro jinetes del Apocalipsis?

Toda la Escritura es un enigma, es un misterio, el cual solamente bajo una unción muy especial del Espíritu Santo se puede develar, como fue el caso de Pablo. Nosotros reconocemos que estamos muy lejos de esa unción, todo en lo que depositamos nuestra confianza es en la permanente búsqueda de la presencia de Dios, y la esperanza de que en su misericordia nos de migajas de su conocimiento. Por lo tanto, lo que a continuación leerán, solamente es un resumen del estudio que hemos hecho a lo largo de 28 años dentro de la iglesia de Jesucristo, usted puede hacer lo mismo.

Un jinete sobre el caballo blanco (Apocalipsis 6:2). Representan a líderes sinceros y entregados sin interés personal alguno para compartir la verdad del evangelio por todo el mundo. No puede ser Jesús en persona sobre el caballo blanco, puesto que en el verso 1 se dice que es EL quien está abriendo los sellos. El color blanco representa la pureza de Jesús y la pureza de la palabra, es decir, aquella Palabra de Dios que no lleva intereses mundanos sino solamente espirituales, ganar almas para el Reino de Dios. Hacia el año 1,520 cuando se tiene la lbertad de leer las escrituras nuevamente, y cuando se inicia a imprimir la Palabra de Dios por medio de la imprenta, se inicia también a predicar el evangelio o sea la verdadera Palabra de Dios por todo el mundo, alcanzando su apogeo hacia el año 1,900 con todos los medios de comunicación disponibles hoy.

Un jinete sobre el caballo bermejo o rojo (Apocalipsis 6:4). Representa la Revolución Bolchevique de 1,917 la cual promulgaría el famoso comunismo (cuyo color de bandera es el rojo), y que vendría a ser un enemigo extremo de la democracia. Dicho movimiento al quitar casi todo privilegio al individuo, especialmente su libertad personal y economómica, viene como dice el verso 4 mismo de Apocalipsis: a quitar la paz del mundo.

Un jinete sobre un caballo negro (Apocalipsis 6:5). Representa el deterioro de la economía mundial, dicho deterioro se inicia con la depresión de los años 30 y llega a su climax en 1,973 cuando los descendientes de Ismael, los árabes, aumentan el valor del pretrolio y esclavizan al mundo. Una prueba contundente de ello es el hecho que dice la Palabra de Dios que éste jinete tiene el poder de hacer que dos libras de trigo lleguen a valer un denario. No muchos lo saben pero un denario era el salario diario en tiempos en que esto fue escrito, lo que al día de hoy nos dice lo siguiente (lo cual investigué con un panadero profesional), con dos libras de pan usted hace 20 panes (pequeños o sea que si los hace grandes son muchos menos). Hoy el salario mínimo mundial promedio no llega al dolar per cápita, de los siete mil millones de personas que habitamos el mundo, mil cien millones de ellos están en hambruna y otros tantos en hambre (por si no sabe lo que esto significa le explicamos: en hambre están las personas que no comen lo suficiente para subsistir, en hambruna las que no tienen nada que comer). Lo que le dice a usted que: dos séptimas partes del mundo están muriendo de hambre y del resto, ya muchas personas están trabajando cada día solamente por su pan.

Un jinete sobre un caballo amarillo (Apocalipsis 6:8). Representa la muerte. Este no necesita explicación pues el mismo verso lo dice: "y el que lo montaba tenía por nombre MUERTE". Aniquilará a la cuarta parte del mundo con guerras (espada), con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra. No le extrañen a usted pues, las noticias acerca de una crisis financiera mundial, o a cerca de un virus mortal que anda de aquí para allá, no le extrañe el sida, la hepatitis C, el ébola, etc. Pues los sellos de Apocalipsis ya fueron abiertos y hemos sido testigos de ello.

Y si a usted le gustan los números vea esto: La cuarta parte de 7,000 millones son 1,750 millones, la hambruna ya alcanza al 62% de ese número, lo que lo lleva a que el quinto sello ya no tarda en abrirse. Dicho sello es la muerte de los mártires lo que le lleva a pensar que la persecusión a la verdadera iglesia de Jesucristo está a las puertas (vea Apocalipsis 6:9). La pregunta es: ¿Estamos preparados? En el día de la angustia: Clama a mí, y yo te responderé dice Jesús.