viernes, 12 de febrero de 2010

El nos anhela celosamente.

¿Qué esposa o esposo desea que su pareja ande divirtiéndose con otro o con otra, mientras espera ardientemente en casa para compartir lo mejor de sí mismo? NADIE.
Todos nos casamos porque queremos compartir más tiempo con nuestra pareja, se supone que ESE es el anhelo de dejar la casa de los padres para estar con la persona amada.

Bueno, pues nada más y nada menos que ESO es lo que hacemos con Jesús cuando decimos que le amamos, que somos de EL, que ya levantamos la mano para decir que le seguimos y que nos ponemos en sus manos, que acepeptamos su sangre preciosa como justo pago por nuestros pecados, y que, queremos estar con EL por toda la eternidad. Ahora, la pregunta es: ¿Si decimos que queremos estar con EL por toda la eternidad, cuál es la razón por la cual no empezamos aquí? ¿Por qué esperamos a estar en enfermedad, en limitaciones económicas, en angustias, en penas, en sufrimientos para buscarle? ¿Cómo nos sentiríamos nosotros, si nuestra pareja nos dejara... porque se nos acabó el dinero, la salud, el bienestar? ¿Cómo nos sentiríamos si nuestra pareja nos utiliza como último recurso? ¿Cómo nos sentiríamos si supiéramos que está con nosotros solamente cuando nos necesita o porque nos necesita?

Eso es exactamente lo que hacemos con Jesús cuando estando sanos en lugar de estar con EL, utilizamos nuestro tiempo en nuestros placeres; eso es lo que hacemos, cuando estando bien económicamente no nos acordamos del necesitado; eso es lo que hacemos cuando tenemos recursos y los gastamos en nuestros delietes (vea Santiago 4:4) en éste pasaje la escritura nos dice que: "Cuando actuamos así, somos como ALMAS ADULTERAS". Nos indica que si solamente buscamos a Dios en nuestra pena, somos interesados pues amamos más al mundo que a EL. Demostremos nuestro amor, nuestra fe, nuestro respeto a Jesús... buscándolo en todo tiempo. Buscandolo todos los días, de mañana, de tarde, de noche, en nuestras entradas y en nuestras salidas. Dice Santiago 4:5: "El Espíritu que EL ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente".