miércoles, 28 de enero de 2009

No en templos hechos de manos

Todos corremos a los templos para "buscar la presencia de Dios" creemos que solamente allí lo encontraremos. Pero Dios le dijo al profeta Isaías en 66:1-4: "El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies... ¿en dónde está la casa que me edificaréis?... "El que sacrifica buey es como si sacrificara hombre, el que sacrificare ofrenda como si ofreciere sangre de cerdo, el que quema incienso como si bendijere un ídolo"... "para ellos escogeré escarnio y les traeré todo lo que temieron porque hablé y no oyeron sino escogieron lo que me desagrada".

Jesús le dijo a la samaritana: "La hora viene en que Dios será adorado en espíritu y en verdad" (ver Juan 4.21-24) ¿Por qué razón se lo dijo? Porque Jesús siendo el Hijo de Dios hecho hombre sabía lo que le agrada al Padre: "Pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra" (ver Isaìas 66:2). No decimos que ir al templo sea pecado, NO. Lo que interpretamos de la Palabra de Dios es que, a Dios lo encontramos en todo lugar media vez seamos pobres y humildes en espíritu, y de la manera que le agrada no de la que le desagrada.

Ir al templo nos facilita el encontrar a Dios porque se supone que todos los que van hacen lo mismo, pero eso no "garantiza" que allí y así sea; lo único que nos garantiza encontrarlo es buscarlo en espíritu y en verdad, según consejo de Jesús. ¿Es imposible que agrademos a alguien haciendo lo que a él le desagrada? definitivamente NO, y eso es lo que nos dice Dios: No me busquéis a vuestra manera buscadme a mí manera. ¿Cómo? Con pobreza y humildad de espíritu, no creyendo que es por ir a templos hechos de manos, pues ahora, el templo es vuestro propio cuerpo. Pablo nos lo dijo en Primera de Corintios 13:16-17. Si queremos encontrar a Dios no pensemos que es por ir al templo... es por cuidarlo.