jueves, 24 de septiembre de 2009

Evitando que nadie nos censure.

El creyente vive bajo la lupa, y generalmente vive bajo la lupa de personas que viven en peores condiciones espirituales que él. Esto es porque los no creyentes o los píos caídos, buscan una excusa para seguir viviendo según las concupiscencias de su carne, en otras ocasiones es por envidia de que ellos no pueden mantener y sostener un ritmo de vida de abstenciones o abstinencias como los otros, etc. El o los motivos no importan, lo que sí debe importar es que los que nos decimos creyentes, debemos o deberíamos mantener una lucha constante para poder ser y dar testimonio en cualquier situación.

No importa si nuestra lucha es contra la mentira, contra la impuntualidad, contra la pereza, contra la lujuria, contra los deseos de la carne cualquiera que éstos fueran, pero tenemos que pedirle a Dios la fuerza para vencer. No somos ni seremos los primeros ni los únicos que tengan esa batalla. En 2da de Corintios vemos a Pablo explicándoles a los corintios, la batalla que él y sus compañeros emprendieron para poder manejar las finanzas correctamente, ésto no por debilidades de ellos sino debido a las debilidades de los demás. Allí leemos (2da. Corintios 8:19-21): "...Este donativo que es administrado por nosotros para gloria del Señor mismo... evitando que nadie nos censure en cuanto a ésta "ofrenda abundante" que administramos, procurando hacerlo honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres".

En otras palabras, Pablo sabía perfectamente que cuando de dar testimonio se trata hay que hacerlo MUY CLARAMENTE, especial situación si ésta incluye manejar fondos que con tanto amor han compartido los que más tienen. En todas las áreas hay que dar testimonio, pero muy especialmente en el área económica o de finanzas, esto nos explica Pablo, no sólo para honrar a Dios sino también para agradar a los hombres.