lunes, 25 de mayo de 2009

Bajo la sombra del deseado.

A lo largo de la historia humana han habido personas que han ofrecido a sus pueblos, a sus gentes, a sus famlias, un sin número de propósitos pero al final los han dejado sin nada, frustrados, engañados, y hasta abandonados. Dirigentes políticos, religiosos, deportivos, socialistas, etc. han ofrecido el oro y el moro, para al final, engañar, estafar o frustar a sus seguidores.

Pero cuando vino a la tierra el Hijo de Dios hecho hombre, Jesús el Cristo, nos ofreció una nueva vida: "El que coma mi pan, vivirá conmigo para siempre", dijo (Juan 6:51). Nos ofreció que: "El había venido a dejar su vida por todos aquellos que le quisieramos seguir" (Juan 3:16), y así lo hizo. Nos dijo: "Que luego de morir, iba a resucitar al tercer día y luego se iba al cielo a esperarnos (Hechos 1:10), y así lo hizo. También nos hizo promesas que no hemos visto, pero que veremos, dijo algún día: "Voy a la casa de mi padre en donde hay muchas moradas, y voy a preprarlas para vosotros" (Juan 14:2). Y también se dijo de EL: "Que al final de los tiempos, así como subió al cielo, así mismo volverá" (Hechos 1:11).

Salomón cuando escribió el precioso libro El Cantar de los Cantares, ya había conocido a Dios y sus promesas espirituales, ya sabía que Dios no sabe ni puede fallar, por ello cuando lo describe dice: "Bajo la sombra del deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar" (El Cantar de los Cantares 2:3). Y por ello nos anima, a que le conozcamos, a que le sigamos, para que nosotros también sepamos lo que son los frutos de paz y amor, que solamente "el deseado" puede darnos si nos sentamos a su sombra.