lunes, 29 de diciembre de 2008

Amigos de Dios

Las Escrituras son el camino que nos lleva al conocimiento de Dios, luego, cuando ya lo conocemos aprendemos a tener intimidad con EL, el grado de intimidad que lleguemos a alcanzar por medio de la relaciôn personal y diaria con Dios, serâ lo que determine si seremos solamente Pueblo, si seremos Siervos, o, si llegamos a ser Amigos de Dios. Ciertamente la Biblia nos habla directamente de sôlo una persona como Amigo de Dios, Abraham (Isaîas 41:8), pero vemos que otros alcanzaron esa dica tambiên como David, del cual se dice que tenîa el corazôn como el de Dios (Hechos 13:22).

La historia nos muestra que 120 recibieron al Espîritu Santo en el Aposento Alto (Hechos 1:15); pero sôlo 70 fueron enviados a predicar con Poder (Lucas 10:1); y de ellos sôlo 12 fueron escogidos para caminar junto al Señor (ateo 10:5); y de êstos, el Señor tomô a 3 para que vieran su gloria en êsta tierra (Mateo 17:1); y mâs aûn, solamente 1 de ellos se recostaba en su pecho (Juan 13:25). No hemos entendido que hay diferencia entre ser Siervo de Dios y ser Amigo de Dios, los 500 y los 70 fueron Siervos. Pero los 12, los 3 y aquêl 1 fueron Amigos de Dios. A ellos se les concediô conocer los secretos de Dios.

Los Siervos de Dios corren un alto riesgo de llegar a ser asalariados, los Amigos de Dios corren un alto riesgo de llegar a conocer Sus secretos. La intimidad con Dios hace la diferencia. No podemos levantarnos a convites sociales, al gimnasio, al trabajo, a otras actividades si queremos ser Amigos de Dios. La Escritura nos muestra que aquellos cuya prioridad es Dios se levantan para estar primeramente con EL. No hay otro camino Jesûs es el mejor ejemplo, abundan las porciones bîblicas en donde se nos indica la hora en que oraba. De nosotros depende ser solamente Pueblo, Siervos o Amigos de Dios.