miércoles, 9 de diciembre de 2009

Bendiciones y castigos.

Siguir o no seguir a Dios y cumplir o no cumplir sus estatutos y normas, trae como consecuencias lógicas únicamente bendiciones o castigos. No hay términos intermedios, a Dios no lo podemos engañar. Estamos con El o estamos en su contra. Miles de personas creen que pueden mencionar su nombre en casos de necesidad, pero seguir viviendo como les place luego de una buena respuesta de EL, y creer que son hijos sólamente por el resultado. Simplemente han confundido la "misericoridia" de Dios con la "salvación" de Dios.

Cuando Dios estableció una relación personal con el pueblo de Israel allá en Egipto, fue muy claro y les estuvo diciendo cuáles eran las normas y los estatutos que EL esperaba que ellos cumplieran, no sólamente para ser su pueblo, sino también para poder bendecirlos. Los términos fueron claros y concisos, y los resultados de obedecerle o no, también lo fueron. Veamos: Deuteronomio 28 nos lo dice así: "Acontecerá que si OYERES atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y PONER POR OBRA todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra, y vendrán sobre tí todas estas bendiciones" (versos 1-2). Y continúa una lista interminable de situaciones buenas y agradables a la vida de cualquier mortal.

Pero, también advierte: "Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre tí todas estas maldiciones y te alcanzarán: "Maldita será tu ciudad, y maldito será tu campo; maldito el fruto de tu vientre, maldito el fruto de tu tierra; maldita la cría de tu vaca, y maldita la cría de tu oveja; maldito serás en tu entrar, y maldito serás en tu salir; y Jehová mandará sobre tí la maldición, quebranto y asombro de todo cuanto pusieres en tu mano e hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a causa de la maldad de las obras por las cuales me habrás dejado...." Y la lista negra sigue y sigue sigue (vesos 17-46). Quizás ahora comprendamos cómo, por qué, o a qué horas, hemos cometido el acto de abandono a Dios y nos han acontecido todos los males aquí mencionados. Entendamos, con Dios las bendiciones y las maldiciones o castigos vienen por simple lógica. Meditemos.