miércoles, 24 de marzo de 2010

No tenga tu corazón envidia de los pecadores.

Debido a que el pecador tiene una gama de caminos (engaños, dádivas, mentiras, etc.) que el hombre justo no tiene, la carrera por vivir bien o por tener algo, es, no solamente desleal sino no comparable.

Lo que al hombre justo le lleva años de trabajo, para el impío significa una noche de maldad y ya. El sueldo de años o de toda una vida de cualquier persona honrada es igualado por el impío en un sólo cargamento de droga, de contrabando, de secuestros, de extorsiones etc. Pero, Dios nos advierte o nos consuela a quienes no queremos la riqueza o el bienestar de esa forma, EL nos dice: "No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo" (Proverbios 23:17. En otros versos nos dice: "Si eres justo, no tendrás temor de pavor repentino, ni de la ruina de los impíos cuando viniere" (Proverbio 3:25). En otro punto nos dice: "Cuando los impíos son muchos, mucha es la transgresión, mas los justos verán la ruina de ellos" (Proverbios 29:16).

Este último verso siempre nos ha impresionado, sobre todo porque estamos viviendo tiempos como esos, en donde los impíos abundan y por lo tanto la transgresión también. Pero, también estamos seguros que antes de morir veremos la caída de muchos de los impíos. No podemos dejar de mencionar que Abraham vió la caída de los impíos cuando al día siguiente fue a una loma, y desde allí alcanzó a ver el humo de Sodoma y Gomorra, ciudades impías como muchas de las que hoy hay sobre la faz de ésta tierra, y las cuales, están a punto de ser juzgadas a fuego y azufre (Génesis 19:28).