martes, 5 de mayo de 2009

¿Qué dejamos al partir? (Explicación).

Hace dos días se trató el hecho de que tarde o temprano tendremos que dejar éste mundo, en ése mensaje se habló de lo que los ancestros nos habían legado para la posteridad, alguien preguntó: ¿Qué significado tiene cada legado de los patriarcas y de los grandes hombres de fe? Trataremos de dar una breve explicación.

Cuando la Escritura nos dice que Abraham hacía "altares" para Dios, está diciéndonos que Abraham sabía, con mil doscientos años de anticipación al Apóstol Pablo y por revelación del Espíritu Santo, que Dios está en todo lugar, y qué, por lo tanto, en cualquier lugar podemos buscar un tiempo para estar a solas con Dios. Cuando la Escritura nos dice que Jacob nos dejó como herencia el "hacer pozos", nos está diciendo que el símbolo de la Palabra de Dios es el agua, y que nosotros debemos buscar a solas lo que ésta nos dice, para permitir que Dios nos hable directamente, y así, cuando vayamos a reunirnos con los hermanos lo que oigamos no será el "agua que Dios le de a otro", sino solamente la confirmación de lo que ya trató con nosotros a solas. Lo de Job no necesita mayore explicación, el hecho de que Job hacía sacrificios continuamente al Señor, nos afirma la confianza que éste hombre tenía en que Dios no le iba a fallar, y que si alguno de sus temores se cumplía, como efectivamente pasó, Dios era poderoso para revertir la situación como también, efectivamente pasó.

David, al estar alabando a Dios mientras cuidaba las ovejas bajo la sombra de los árboles, nos muestra que no es por estar en determinado lugar repitiendo coro tras coro, que Dios va a descender para compartir con nosotros, en cualquier parte y en cualquier situación que lo hagamos, El vendrá. Pablo, al dejarnos las Escrituras casi completas del Nuevo Testamento nos dejó un camino trazado, nos dejó una senda marcada, nos indicó la dirección por donde poner nuestros pies. Jesús, al decirnos que hay que llevar la cruz, nos dijo que es un camino difícil, pero que con la gracia divina, se llega al final. Ninguna palabra dejada en la Escritura está sin motivo alguno. Para nuestro Dios, todo vale, así como lo malo es tomado en cuenta por pequeño que sea, también lo bueno es tomado en cuenta delante suyo. Nuestro pensamiento pues, debe estar fijo en qué dejaremos al partir, pues todos debemos hacerlo tarde o temprano. La pregunta es ¿Hemos pensado solamente en lo material o estamos pensando también en lo espiritual que es eterno?