miércoles, 8 de julio de 2009

Venid a mí...

El hombre había estado tan tenso y lleno de presiones que tenía literalmente pelotas en los músculos, su cuerpo estaba duro, tenso, él se sentía sin fuerzas, cada mañana era una obra tí
tánica tener que levantarse, muchas cargas llevaba sobre sí. No solamente las propias sino las de otras personas que le rodeaban. Pero un día una persona con el conocimiento adecuado le roció aceites naturales una especie de cocktail de frutas y semillas naturales, le frotó piernas, brazos, la espalda, los pies, los dedos, etc. de tal forma que el hombre quedó tan relajado que esa noche durmió nueve horas seguidas, como hacía muchos años no lo hacía. Todo por un simple masaje humano.

Ahora imagíne usted la siguiente escena, usted se siente agobiado por los quehaceres diarios, el carro no le funciona como quisiera, en el trabajo existe mucha tensión y mucha presión debido a los constantes despidos de hoy en día, las finanzas de su casa no están como usted lo quisiera y menos como usted lo necesita, siente que su salud decrece naturalmente debido a los años, y por si fuera poco, hay momentos en que cree que su pareja se levantó el día de hoy con la exclusiva tarea de hacerle imposible el día. Si usted se siente así, créanos, es el escenario de mucha gente el día de hoy, incluídos creyentes y no creyentes. Pero la diferencia es que, para los creyentes hay una solución y no es precisamente un masaje con aceites naturales.

Jesús, como profeta que era, y sabiendo que nos ibamos a sentir así algún día, nos dejó dicho a su paso por éste mundo: "Cuando se sientan así, VENID A MI QUE YO OS HARE DESCANSAR... porque mi yugo es fácil y ligera mi carga (Mateo 11:28). Olvídese de los aceites naturales y de los masajes, cuando Jesús nos toca, literalmente el reino de los cielos se acerca a nosotros, los problemas no se solucionan como por arte de magia pero le encontramos solución o se nos hacen más llevaderos, pues nos hace saber que El está con nosotros. Probemos, démosle la oportunidad a Jesús de llevar nuestras cargas, el resto lo veremos hecho una realidad pronto.