lunes, 8 de junio de 2009

Delante de Dios... transparentes.

Grandes hombres de la historia, hombres renombrados entre los pueblos, grandes personalidades de èpocas pasadas y actuales han pasado por la verguenza de que alguien, un historiador, un periodista, un familiar, un amigo, etc. sacan a luz el verdadero vivir de dicha persona. Muchos nombre de hombres y mujeres famosos y famosas han quedado en la verguenza, luego de que sus más profundos secretos se han visto descubiertos. ¿Quién iba a pensar que el gran símbolo de los artistas de hace unos años, era homosexual? ¿Quièn iba a pensar que uno de los hombres que recibió el premio Nobel de la Paz, era uno de los terroristas más grandes de la historia? ¿Quién iba a pensar que un hombre dedicado a predicar el nombre de Dios, abusaba sexualmente de muchos niños?

El hombre ha podido, puede y podrá engañar al hombre por toda la historia, pero dice la Palabra de Dios que delante de EL ¿Cómo se justificará el hombre? (vea Job 25:4). El hombre puede engañar al hombre porque éste es finito, éste es incompleto e imperfecto, por lo tanto sus capacidades son limitadas pues tan sólo es una imagen y una semejanza de Dios. El hombre no es igual a Dios quien es perfecto, infinito, poderoso, etc. Cuando estamos delante de Dios no podemos ocultar nada, si alguien sabe y conoce qué somos, cómo somos y el por qué, es EL, pues es nuestro creador (vea Génesis 1:27 y Salmo 24:1).

Los hombres que nos han antecedido, nosotros y nuestros hijos después de nosotros, podremos creer que porque no nos llegó el castigo inmediato a la hora de pecar, podemos decir una mentira, hacer una fachada de él, negarlo o simplemente ocultarlo, creyendo que con eso como no lo miran los hombres, Dios tampoco lo vió. El día en que seremos descubiertos será aquí y temprano o mañana en el día de nuestra muerte y tarde. Tenemos que saber que delante de Dios lo entendamos o no, somos transparentes y así debiéramos de vivir también delante de los hombres, acaso, ese sea el secreto para no ser avergonzados delante de Dios.