lunes, 19 de octubre de 2009

Todo lo que se logra con el temor de Jehová..

Debido a que la biblia fue escrita en un idioma diferente al nuestro, en muchas ocasiones no entendemos exactamente lo que la misma nos quieren decir. Por ejemplo, cuando nosotros decimos el verbo "conocer", entendemos que por ejemplo no teníamos conocimiento de alguien o de algo y ahora sí lo tenemos. En el idioma hebreo y en el griego es diferente. Un ejemplo, cuando en Mateo 1 y verso 24 y 25 se escribe que José no "conoció" a María sino hasta que dió a luz a su Hijo primogénito (o sea refiriéndose a Jesús), no se está refiriendo a que alguien se la presentó o que él mismo se fue a presentar. Sino a que tuvo ya una vida de marido y mujer y de esa relación nacieron los (al menos seis) hijos mencionados en Mateo 13:55. Si usted es católico y tiene una biblia versión Nacar Colunga, o una Félix Torres Amat, leerá en ese verso lo siguiente: "Y José no conoció o toco a María sino hasta después que dio a luz a su Hijo primogénito".

De la misma manera cuando se nos menciona el "temor de Jehová", no se nos está diciendo que le tengamos "miedo o pánico", sino se nos está incitando a que tengamos una "reverencia o un respeto especial". Y esa reverencia o respeto especial será la que haga la diferencia entre nosotros y los que no son de la casa de Dios. Veamos algunos ejemplos de lo que nos habla la escritura: Proverbios 10:27 "El temor de Johová aumentará los días, más los años de los impíos serán cortados". Proverbios 14:27: "El temor de Jehová es manantial de vida para apartarse de los lazos de la muerte". Proverbios 16:6: "Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal". Proverbios 1:5 "El temor de Jehová nos lleva al conocimiento de EL mismo".

Como vemos, no es lo mismo tenerle pánico o miedo a Dios que tenerle reverencia o respeto, mientras que los primeros nos llevan a alejarnos de Dios por lo que pudiera hacernos, los segundos nos acercan a El para recibir lo que necesitamos recibir de EL para ser transformados. Pues o recibimos de Dios o recibimos del enemigo de Dios, y eso, es una gran diferencia.