sábado, 21 de noviembre de 2009

Hay secretos que ni a sus discípulos.

La escritura nos narra constantemente que los discípulos resolvían sus incógnitas haciéndole preguntas directas a Jesús, nos enseña la escritura que Jesús se las respondía todas. Es claro también, que no siempre sus respuestas eran directas y ellos se quedaban en ocasiones más aturdidos que entendidos.

Vemos en Mateo 24, en Marcos 13 y Lucas 21, cómo los discípulos le preguntan acerca de la destrucción del Templo, de la destrucción de la ciudad y del fin del mundo. Las respuestas del Señor no fueron en el orden de las preguntas, y es por ello, que los discípulos y muchos de nosotros aún hoy en día no entendemos sus planes. Otra situación o momento en el que vemos que los discípulos preguntan, y en el cuál, ni siquiera reciben una leve idea de los planes de Dios, es en el momento de la ascención del Señor, allí le preguntan: ¿Señor, cuándo restaurarás el reino de Israel? más la respuesta del Señor es clara: "No os toca a vosotros conocer esas razones".

Vemos con claridad pues, que hay razones que Dios permite que conozcamos y otras en las cuales EL se reserva el derecho de Rey. Quizás por ello es que nos oculta ciertas situaciones en nuestra vida, como el día de nuestra muerte, como el por qué perdimos aquella herencia, como el por qué se nos murió alguien, como el por qué nos sucedió lo que nos sucedió, etc. Es potestad de Dios permitir al hombre conocer ciertos eventos y ocultar otros, pero lo que nos corresponde a nosotros como hijos es aceptar su santa voluntad, y con eso le estaremos agradando grándemente.