viernes, 15 de mayo de 2009

Esto es la mano de Dios.

En los casi 30 años que he recorrido en los caminos del Señor he escuchado en muchísimas ocasiones la expresión: "Te está bendiciendo el Señor, verdad hermano", y esto, por la razón de que algún hermano compra una casa, compra un auto, se va de viaje de vacaciones, en fín, al adquirir algún bien o recibir algún bien material. Y esto, no está del todo lejos de la verdad, pero no es toda la verdad.

Dios nos bendice siempre, el hecho de haber amanecido vivos ya es bendición; el hecho de que no hayamos pasado frío anoche, ya es bendición; el hecho de tener una familia, ya es una bendición; tener un trabajo, tener un medio de transporte, tener amigos, etc. es ya en sí, una bendición de Dios. Pero, lo que Dios hace cuando nos permite adquirir algo es "prosperarnos" pues bendecidos ya somos. Si alguien entendía perfectamente esto era Salomón, miremos lo que dice en Eclesiastés 2:24: "No hay nada mejor para el hombre que coma y beba, y que su alma se alegre de su trabajo... esto es la mano de Dios".

En el Nuevo Testamento se dice: ¿Por qué os afligís de lo que has de comer o beber, acaso mi Padre no cuida de los pajaritos del campo? Jesús expresó ésta frase, y nosotros si creemos en EL debemos de confiar en que nada de lo esencial nos va a faltar. Y es más, en ciertas ocasiones para animarnos, el Señor hasta nos concederá algunos gustos o caprichos, pero esencialmente EL lo que quiere es que comamos y bebamos y nos gocemos en nuestro trabajo, no que andemos amontonando riquezas y afanados en hacerlas. Total, Salomón también descubrió: "Que el hombre trabaje con sabiduría y gran ciencia y rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que no trabajó por ella. También esto es vanidad y mal grande (Eclesiatés 2:21).