viernes, 4 de diciembre de 2009

El que no es contra nosotros, por nosotros es.

Muchas, pero muchas personas que se dicen creyentes nos han criticado lo suficiente porque NO pertenecemos como lo hicimos durante casi 25 años, a una congregación determinada. Incluso hay líderes que desde los micrófonos han prohibido la junta de sus ovejas con nosotros, y que desde dicho lugar nos señalan como creyentes descalificados, o más aún, como creyentes caídos o no creyentes.

En una ocasión los discípulos vieron a una persona sacar demonios en el nombre de Jesús, y lo primero que hicieron fue "prohibírselo", por el hecho de que esa persona "no seguía" (no acompañaba) a Jesús todos los días como ellos, y luego fueron con Jesús a contárselo como gran hazaña. ¿Cuál fue la reacción de Jesús? "Reprender a sus propios discípulos", diciéndoles: "No se lo prohibáis, porque el que no es contra nosotros, por nosotros es" (Marcos 9:38 y 40). Es más, cuando Jesús eligió a sus discípulos, eligió a doce (vea Mateo 10:1-4) pero uno de los que estaba y caminaba con Él, no era de los de EL, ese se llamaba Judas. Hoy, es igual, habemos en la calle muchos que "aparéntemente" no estamos con Jesús, pero todo lo que hacemos lo hacemos en su nombre. Pero también hay muchos que caminan dentro de los que se dicen de EL, que no son de EL.

Esto nos lo respaldan escrituras como las de Juan en 1era. 2:18 en donde nos dice: "...han surgido muchos anticristos, salieron de nosotros; pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros"; en donde el verbo utilizado para "permancer" (MENO), no implica "estar dentro de nosotros" como el español lo dice sino que implica: "aguanta, soportar ó tolerar" lo que nosotros aguantamos, soportamos o teleramos. No nos confundamos pues, ya que no todos los que están dentro de una congregación son de dentro, pero tampoco todos los que estamos fuera de ella somos de fuera.