miércoles, 17 de junio de 2009

Las oraciones sin respuestas aparentes.

Muchos creyentes en ocasiones nos sentimos indignos, nos sentimos condenados, incluso hasta hay quienes han llegado a dudar de su fe por el sólo hecho de que sus oraciones no han tenido respuestas... aparentes. La Palabra de Dios nos declara que El responde las oraciones de los impíos, cuánto más no responderá la de los justos. Vemos cómo Dios responde las oraciones de los impíos pues antes de conocerlo a El, nosotros orábamos y nuestras oraciones eran respondidas; y vemos que ya siendo parte de su pueblo las manifestaciones son mayores.

Sin embargo, hay quienes no reciben respuesta a sus oraciones aún siendo ya parte del pueblo de Dios, los motivos solamente Dios los conoce, y, eventualmente o con el tiempo nos lo hace saber. Pero hoy creemos que nos puede animar el hecho de que en la historia del pueblo de Dios encontramos a grandes hombres de fe, cuyas oraciones "aparentemente" no fueron respondidas. Recuerda usted a Abraham, el Padre de la fe, pues bien, si usted estudia los capítulos 18-19 de Génesis comprobará que Dios no escuchó el rosario de oraciones que hizo éste por Sodoma y Gomorra; pero lo que Abraham no sabía es que cuando éstas ciudades fueron destruidas solamente quedaron los justos... que era por lo que Abraham oraba. Si usted hace memoria de David, éste oró porque su niño nacido de un pecado grave con Betsabé no muriera, sin embargo el niño murió, a raíz de eso David vio cumplido su deseo de morar por largos días en la casa y la presencia de Jehová... que era el gran anhelo en las oraciones de David (véalo en 2da. Samuel 12). Si usted recuerda a Pablo, el gran titán del evangelio para el mundo, oró en tres ocasiones para que su problema de salud fuera quitado (muchos creemos que era en sus ojos el problema), sin embargo Dios le respondió que no, pero a cambio le dijo: Bástate mi gracia. Casualmente esa era la oración de Pablo durante su conversión.

Con todo respeto e incluyéndonos, no somos mejores que éstos tres hombres de fe, sin embargo son muchas las oraciones que nos son respondidas pronto, acaso las que no han tenido respuesta por muchos años estén siendo respondidas por medio de lo que nos acontece, y si somos imparciales para juzgar, también es posible que ya fueran respondidas pero simplemente no nos dimos cuenta sino hasta hoy que alguien nos hace reflexionar. Amén.