sábado, 9 de enero de 2010

Debilidades que nunca se vencen.

No vamos a negar el poder de la sangre de Cristo, no vamos a predicar que el sacrificio de Jesucristo es o fue infructuoso, o que, el poder de Dios ha habido tiempos en los que no funciona. No, de ninguna manera podríamos afirmar algo semejante. Simplemente lo que queremos demostrar es el hecho de que la "naturaleza humna" es lo que es, y será lo que será hasta el fin de los tiempos. Ejemplos.

Jacob, hasta su nombre lo dice, era torcido y un engañador. Desde su juventud vemos cómo se roba literalmente la primogenitura con un engaño; luego lo vemos hacer tratos con el suegro; y al final de sus días vemos como, antes de enfrentar a su hermano Esaú todavía sigue trancero. Envía varias comisiones con regalos antes de dar la cara personalmente, eso no era precausión era una treta, un engaño. Lo que nos enseña que nunca cambió, nunca logró vencer su debilidad. Otro ejemplo, vemos la debilidad de David con las mujeres, tomó esposa y tuvo hijos; tomó a Betsabé y luego del engaño y de su teatral teoría de conspiración mata a Uzías; y luego toma a Abigaíl por esposa también, y cuando está ya viejo para calentarse no pide una chimenea sino pide una virgen, la sunamita. En otras palabras nunca venció su debilidad por las mujeres.

¿Quiere decir que no vale la pena luchar por vencer nuestros pecados y/o debilidades? NO, NO ES ESO LO QUE QUEREMOS EXPONER. Nuestro mérito delante de Dios será precisamente la calidad de lucha que tengamos contra esas debilidades, si las vencemos totalmente, parcialmente o no las vencemos ya será el juicio de Dios sobre nosotros. NO podemos abandonarnos a ellas, tenemos que luchar, pero debemos estar conscientes que algunas áreas de nuestra vida... jamás serán vencidas, ya vimos dos ejemplos, y si cree que en el Nuevo Testamento no lo hay, estudie a Pedro, a Jacobo y Juan y verá como sus malos carácteres los persiguieron por mucho tiempo... Y eso, con el agrabante de que convivieron personalmente con Jesús.