lunes, 27 de abril de 2009

¿Para qué molestas más al Maestro?

Jairo, un hombre principal dentro de las sinagogas ve a su hija enferma, tan enferma que agoniza, en lo primero que piensa es: Dicen que en la ciudad hay un hombre con poderes sobrenaturales que ha sanado enfermos y hasta ha resucitado personas, voy a buscarlo. Cuando al fin lo encuentra y en el momento en que le explica a Jesús su angustia, llegan corriendo de su casa malas noticias: ¿Para qué molestas más al Maestro? ya es tarde, la niña murió, tus esperanzas fueron falsas Jairo (vea el contexto de Marcos 5:21-36).

En cuántas ocasiones hemos estado en penas y en angustias, y lo primero que pensamos es: hay un hombre en la ciudad celestial que sana enfermos y hasta resucita personas ¿Por qué no acudo a él? Pero otra voz interna te dice: "No molestes al Maestro, ya es tarde, pues solamente lo buscas cuando tienes penas". Esa última, es la voz del enemigo de Dios y por ende de nuestro enemigo. No quiere que nuestra fe se convierta en obras, no quiere que nuestra fe se haga palpable, pues si Dios dijo que había que perdonar setenta veces siete, preguntamos: cuántas veces más entonces, no estara dispuesto a ayudarnos, mucho más que setenta veces siete.

La respuesta de Jesús es más que elocuente y animadora: NO TEMAS, CREE SOLAMENTE... Luis, Alfonso, Edgar, Carlos, Pedro, Julio, ponga en vez del nombre de Jairo el suyo (Marcos 5:36). Dios anhela que vayamos y le pidamos ayuda, El está más que dispuesto a dejar de hacer lo que hace por tendernos la mano... "Clama a mí... y yo te responderé vive diciendo nuestro Dios". Para qué molestamos más al Maestro, simplemente para conocerlo más y para amarlo más. Selah (Palabra hebrea que significa: Haz una pausa en lo que estás haciendo y MEDITA).