lunes, 5 de enero de 2009

Dios siempre tiene un propôsito

La mente humana nunca llegarâ a entender los caminos de Dios, hacemos la lucha por acercarnos a EL lo mâs posible, y EL en su inmensa misericordia lo permite, y vemos a personas a lo largo de 6,000 años de humanidad que han estado muy cerca de Dios en realidad, pero llegar a comprender al 100% lo que El es o lo que El desea, ninguno. Antes de que Moisês se presentara por primera vez ante Faraôn, le dice a Dios: Señor, cômo lo harê, acaso no vez que no soy hombre de fâcil palabra (recordemos que Moisês era tartamudo) (ver Exodo 4:10).

Y Dios le responde a EL y a nosotros: ¿Quiên diô la boca al hombre? ¿Quiên hizo al sordo o al mudo? ¿Quiên hizo al que ve o al que no ve? ¿No soy YO acaso jehovâ? (ver Exodo 4:11). Por quê decimos que no solamente le repondiô a Moisês sino a nosotros tambiên, pues nosotros nos vivimos cuestionando ¿Si Dios existe, si Dios es bueno, si Dios ama a sus hijos? ¿Por quê permite enfermedades, limitaciones, abusos, muertes, etc? La respuesta nos la da Jesûs 2,000 años despuês del Exodo en el libro de Juan 9:2: PARA QUE LAS OBRAS DE DIOS SE HAGAN MANIFIESTAS.

Todo lo que nos pasa, o si usted prefiere todo lo que nos acontece tiene un motivo, una razôn de ser, un fin en el Plan Perfecto de Dios no solamente para la humanidad sino para la vida privada de cada uno de sus hijos. Hoy quizâs no entendemos por quê nos robaron el carro, por quê nos quedamos sin dinero, por quê nos enfermamos, por què se perdiô una vida... pero Jesûs tambièn nos respondiô a eso, dijo en Juan 13:6: "Lo que yo hago no lo entiendes hoy, pero lo entenderâs despuês".