miércoles, 18 de noviembre de 2009

No es por una religión... es por una relación con EL.

Actualemente existe el concepto de que si una persona no asiste a una congregación entonces está mal o anda mal. Se tiene el concepto de que usted tiene que estar congregado en algún lugar para poder dar cartas credenciales de que usted sí es cristiano, y además, si es ujier, maestro de biblia o líder, entonces es un buen cristiano.

De todos los patriarcas ninguno asistió a una congregación, y fue de ellos, que Dios hizo el pueblo que hoy conocemos como el pueblo del Señor; cuando Crito vino a morar como hombre sobre ésta tierra, no vino a meter más gente a las sinagogas, más bien vino a sacarlas de allí. Vea Juan capítulo 10 los primeros seis versos y verá claramente que cuando Cristo seleccionó a los suyos El entró a lo que llamaban congregación, los llama por nombre, Y LOS SACA para que le sigan porque conocen su voz. Y termina diciendo el verso 6: "Esta alegoría les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía". Ahora lo entendemos, Cristo no llenó las sinagogas ni las llenará de nuevo, Cristo no llenó templos ni los llenará de nuevo. Una prueba de ello es que cuando venga la persecusión todos esos llamados templos quedarán vacíos.

A Nicodemo, a la Samaritana, a José de Arimatea, a sus discípulos, a todos los israelitas que lo querían seguir, Cristo les enseñó que es en ESPIRITU que se le adora, no es con religiones, ni con ritos, ni con reglamentos, ni con velas, ni con imágenes... es en ESPIRITU. Y cuando nos aconsejan que no debemos dejar de congregarnos o reunirnos, es porque debemos caminar con los que conocen a Cristo, con los que creen en Cristo y con los que practican a Cristo, simple y llanamente. Cristo predicaba al aire libre, en planzas, y en la playa; y sus discípulos iban al templo solamente para orar, pero las reuniones de la iglesia primitiva nacieron en las casas no en lujosos templos, y en los tiempos del fin que se avecinan será exactamente igual. La salvación de nuestras almas no la obtendremos por una religión sino por una relación con Dios.