viernes, 27 de marzo de 2009

Por nada estéis afanados.

Nada es la ausencia de todo o de cualquier elemento que nos podamos imaginar. Cuando Pablo nos habla éstas palabras en filipenses 4:6, nos impresionan, pues recordamos que en el capítulo anterior nos estaba hablando de las virtudes, cualidades, dones, y talentos que debiéra de tener cada persona que se dedica a predicar el evangelio de Jesucristo.

Ahora bien, creemos que lo hace como una advertencia no solamente porque el ser humano tiende mucho a obtener su seguridad a cualquier costo, sino porque Pablo al igual que Cristo vieron un peligro en el extremo a que nos puede llevar el predicar la Palabra de Dios, y éste es la "hipocrecía". Dios instituyó "antes" que a la iglesia el matrimonio. Dios desea que el evangelio de su Hijo sea predicado por todo el mundo y para todo el mundo, pero una de las cualidades que tiene que tener el predicador es: Tener su casa en orden (vea Primera de Timoteo 3:1-7) y bajo control, sino dice Pablo, cómo podrá tener en orden la iglesia.

Dios desea que nos dediquemos a cultivar su Palabra, unos más otros menos comprometidos, pero lo que desea es que lo hagamos en donde y como EL nos puso a cada quien, el que lo haga que lo haga sin afanes. Jesús dijo en una ocasión que hasta de las aves del cielo el Padre se ocupaba, entonces cómo no se ocupará de nosotros no importando las crisis y las necesidades que tenemos ¿sin que nosotros vivamos afanados?