domingo, 22 de febrero de 2009

Còmo quiere Dios que demos y repartamos

Jesús quiere y desea un pueblo dadivoso, EL mismo vino a darnos un ejemplo claro de lo que espera de los que le seguimos, EL proveía para los suyos sino recuerde en el desierto cuando predicó a más de cinco mil personas, no dejó que se fueran a casa hambrientos sino les dio de comer panes y peces (Mateo 14:15-21). Jesús no deseaba formar un pueblo tacaño, sino un pueblo dadivoso "pero con orden", EL vino a ser un ejemplo de dar, a quién dar y cómo dar.

Con respecto a las prioridades recordemos el enfrenamiento que tuvo con los religiosos por no dejar a los hijos dar a los padres: "Basta con que un hombre diga a su padre o a su madre, lo que tengo es "Corbán", o sea consagrado a Dios para que no lo dejéis darles a sus propios padres, invalidando LA PALABRA DE DIOS de honrar padre y madre" (Lucas 7:11). Lo que Jesús estaba recordándonos es que no podemos ni debemos dar a la congregación ni a nadie ANTES que a los padres... siendo que éstos tengan necesidad.

Pablo nos exhorta a lo siguiente: "Si algún creyente tiene viudas en la familia, MANTENGANLAS, para que no sean una carga para la congregación (Primera de Timoteo 5:16). En otras palabras, si tenemos una viuda en la familia, la familia más cercana de ésta debe mantenerla para que la congregación no tenga que hacerlo, y además, nos está diciendo que ESA es una función del dinero en la congregación ayudar a las viudas que no tienen familia, pero no ponerse a construir templos y catedrales en donde Dios no mora.